(CNN) – Desde volver al cielo con una nueva imagen para volar para otra aerolínea, hasta ser reciclados por piezas o trasladarse a un cementerio de aviones, las posibilidades de los aviones retirados son aparentemente infinitas.
Algunos se han convertido en restaurantes, museos, cafeterías e incluso locales de fiesta. Pero este jet privado convertido en villa de lujo, situado en lo alto de un acantilado cerca de la playa de Nyang-Nyang, en la isla indonesia de Bali, puede ser una de las transformaciones de aviones más bellas hasta la fecha.
El Boeing 737, que formaba parte de la flota de la desaparecida Mandala Airlines, fue adquirido por el promotor Felix Demin en 2021 y trasladado a una ubicación remota.
Con dos dormitorios y una piscina, la Private Jet Villa by Hanging Gardens, que se encuentra a 150 metros sobre el nivel del mar, está disponible para alquilar a partir de abril, con tarifas por noche a partir de unos US$ 7.000.
Un jet convertido en villa
Demin, también propietario de la cadena hotelera Bubble Hotel Bali, dice que al principio pensó en comprar un avión privado para uso personal, pero enseguida vio el potencial de transformar la aeronave en algo realmente especial.
“Incluso antes de comprarlo, pensé que era posible convertirlo en algún tipo de objeto único, y decidí concentrarme en crear una villa”, afirma, antes de explicar que solo durante la búsqueda encontró una veintena de aviones similares repartidos por Indonesia.
Al final, Denim se decidió por un Boeing 737 que había comprado un inversor indonesio y aceptó adquirirlo.
Sin embargo, transportar el avión desde su ubicación en Bali hasta un acantilado a varios kilómetros de distancia no fue tarea fácil.
“Tuvimos que desmontarlo tras consultar con el equipo de Boeing”, explica. “Aflojamos 50.000 tornillos”.
Según Demin, que vive en Bali desde hace unos ocho años, todo el proceso llevó unos dos meses de planificación, mientras que el transporte en sí, en el que intervinieron dos grúas, una enorme plataforma, varios especialistas y una escolta policial, duró un total de cinco días.
“Fueron los cinco días más insomnes de mi vida”, dice, y añade que gran parte de la operación se llevó a cabo por la noche.
Posición peligrosa
“Lo cierto es que Bali tiene carreteras muy estrechas y muchos cables que cuelgan bastante bajos”, explica. “Tuvimos un grupo de personas que utilizaron un equipo especial para elevar los cables a mayor altura para que el avión no los tocara durante el transporte”.
Una vez montado el avión en el lugar, en la costa más meridional de Bali, pudo desmontar gran parte del interior para completar el largo trabajo de renovación. Demin dice que hizo todo lo posible para asegurarse de que el interior coincidiera con su visión original.
“Quiero que la gente experimente el ‘efecto sorpresa’ en cada segundo que pase en este lugar insólito”, afirma.
A la villa se accede por una escalera que sube por el ala hasta la entrada principal.
Dentro hay un salón con un bar, un sofá cama y un portal de cristal, así como dos dormitorios con vestidores.
La cabina del avión se convirtió en un gran cuarto de baño, con ojos de buey adicionales para que los de dentro puedan ver “por la borda”.
También cuenta con camastros, una zona de estar al aire libre y un pozo de fuego.
“Todo se hizo con el único propósito de conseguir exactamente la imagen que se había planeado originalmente”, añade Demin.
Sensación en las redes sociales
El singular proyecto ha acaparado mucha atención en las redes sociales desde que se dio a conocer, lo que ha provocado algunos incidentes bastante inusuales sobre el terreno.
“Un día llegué y vi una valla rota y 150 personas sentadas en nuestro avión”, cuenta Demin, antes de describir cómo un parapentista saltó una vez desde el ala del avión.
Aunque Demin subraya que el avión ha sido sometido a numerosos controles de seguridad, su posición peligrosa, así como las diversas imágenes compartidas de influencers caminando por el ala o con las piernas colgando por la puerta del avión han causado rechazo.
Demin explica que instaló una barrera en la roca por motivos de seguridad. Pero dice que ha tenido problemas para contratar a alguien que instale una barrera de cristal en un ala situada sobre un acantilado.
“El mayor problema es la barrera de cristal a lo largo del contorno del ala en sí y a lo largo del contorno de la roca”, dice, admitiendo que “todo el mundo tiene miedo de hacerlo”.
“Hay ciertas dificultades con esto, en particular, con el ala. Pero lo haremos de todos modos, en cuanto encontremos a alguien lo bastante valiente para llevarlo a cabo”.
Tras años de un trabajo minucioso, Demin está impaciente por recibir a sus huéspedes en la villa privada, que abrirá sus puertas en abril.
Esto ocurre un año después de que un avión de British Airways fuera desmantelado y renaciera como un espacio único para eventos de alquiler en el aeropuerto privado de Cotswold, Reino Unido.
Por su parte, el Jumbo Stay Hotel, un antiguo Boeing 747 convertido en albergue/hotel, abrió sus puertas cerca del aeropuerto de Arlanda, en Estocolmo, Suecia, en 2009.