(CNN) – Las personas que consumieron alimentos de las dietas Mediterránea basada en plantas y MIND enfocada en el cerebro tuvieron menos signos distintivos de la enfermedad de Alzheimer (placas pegajosas de beta-amiloide y ovillos de tau en el cerebro) cuando se les hizo la autopsia, encontró un nuevo estudio.
La dieta MIND es la abreviatura de Mediterranean-DASH Diet Intervention for Neurodegenerative Delay.
De hecho, las personas que siguieron más de cerca cualquiera de las dietas tenían “casi un 40% menos de probabilidades” de tener placas y ovillos en el tejido cerebral para ser diagnosticados con alzhéimer, según el estudio.
“Las personas que obtuvieron la puntuación más alta por adherirse a la dieta mediterránea tenían una cantidad promedio de placa y ovillos en el cerebro equivalentes a 18 años menos que las personas que obtuvieron la puntuación más baja”, según un comunicado sobre el estudio.
“Los investigadores también encontraron que las personas que obtuvieron la puntuación más alta por adherirse a la dieta MIND tenían cantidades promedio de placa y ovillos equivalentes a ser 12 años más jóvenes que las que obtuvieron la puntuación más baja”.
Eso no es todo. Incorporar solo una categoría de alimentos de cualquiera de las dietas, como por ejemplo comer las cantidades recomendadas de verduras o frutas, redujo la acumulación de amiloide en el cerebro a un nivel similar a tener unos cuatro años menos, según el estudio.
“Hacer una simple modificación en la dieta, como agregar más verduras, bayas, granos integrales, aceite de oliva y pescado, puede retrasar la aparición de la enfermedad de Alzheimer o reducir el riesgo de demencia al envejecer”, dijo la autora del estudio, Puja Agarwal, profesors asistente de medicina interna en el Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago.
El mayor beneficio es el de las verduras de hoja verde, dijo. Sin embargo, agregar más bayas, granos integrales y otros alimentos saludables recomendados por las dietas también es beneficioso, dijo.
“Aunque este estudio no prueba definitivamente que es posible retrasar el envejecimiento del cerebro a través de elecciones dietéticas, los datos son lo suficientemente convincentes como para agregar verduras de hoja verde a la mayoría de mis comidas y sugerir la dieta de estilo mediterráneo a mis pacientes en riesgo”, dijo el investigador de la enfermedad de Alzheimer, el Dr. Richard Isaacson, neurólogo preventivo del Instituto de Enfermedades Neurodegenerativas de Florida. Él no participó del nuevo estudio.
“Por supuesto, la dieta mediterránea también es saludable para el corazón… al reducir el riesgo de accidente cerebrovascular y lesión neurovascular que también puede aumentar el riesgo de patología de la enfermedad de Alzheimer”, dijo Rudy Tanzi, profesor de neurología en la Escuela de Medicina de Harvard, quien tampoco participó en el estudio.
“Lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro”, dijo Tanzi, quien también es director de la unidad de investigación de genética y envejecimiento del Hospital General de Massachusetts en Boston.
Dentro de la dieta mediterránea
La dieta mediterránea se centra en la cocina basada en plantas. La mayor parte de cada comida debe consistir en frutas y verduras, cereales integrales, frijoles y semillas, junto con algunas nueces. Hay un fuerte énfasis en el aceite de oliva virgen extra. La mantequilla y otras grasas se consumen rara vez, si es que se consumen. Los dulces y productos elaborados con azúcar refinada o harina son raros.
La carne puede aparecer rara vez, pero generalmente solo para dar sabor a un plato. En cambio, las comidas pueden incluir huevos, lácteos y aves de corral, pero en porciones mucho más pequeñas que en la dieta occidental tradicional. Sin embargo, el pescado, que está lleno de omega-3 que estimula el cerebro, es un alimento básico.
La dieta mediterránea, que ha ganado los máximos honores como la mejor dieta durante años, tiene una impresionante respaldo científico detrás. Los estudios han encontrado que esta forma de comer puede prevenir el deterioro cognitivo, pero también ayuda al corazón, reduce la diabetes, previene la pérdida ósea, fomenta la pérdida de peso y más.
Dentro de la dieta MIND
La dieta MIND fue desarrollada en 2015 por investigadores de Rush interesados en llevar la dieta mediterránea al siguiente nivel, enfocándola en la salud del cerebro. En lugar de proporcionar una declaración general (coma más verduras y frutas) como lo hace la dieta mediterránea, la dieta MIND recomienda cantidades específicas de alimentos saludables para el cerebro, dijo Agarwal.
Por ejemplo, las verduras de hoja verde —cuanto más oscuras mejor— deben consumirse todos los días de la semana en la dieta MIND. Estas incluyen rúcula, col rizada, hojas de diente de león, escarola, hojas de parra, hojas de mostaza, lechuga romana, espinacas, acelgas y hojas de nabo.
Las bayas también se destacan sobre otras frutas en la dieta MIND. Las moras, los arándanos, las frambuesas o las fresas deben consumirse al menos cinco días a la semana.
Un estudio de 2017 entre casi 6.000 estadounidenses mayores saludables con una edad promedio de 68 años encontró que aquellos que seguían la dieta mediterránea o MIND redujeron su riesgo de demencia en un tercio.
La mayoría de los beneficios se encuentran en las verduras de hoja verde
El estudio, publicado este miércoles en la revista Neurology, examinó los cerebros de 581 personas que donaron su cuerpo como parte del Proyecto de Memoria y Envejecimiento de la Universidad Rush. El proyecto, que comenzó en 1997, ha recopilado información sobre la dieta anual de los participantes desde 2004, dijo Agarwal.
El estudio actual analizó los datos de la dieta de 2014, durante un promedio de seis a siete años, y luego comparó esa información con la cantidad de placas y ovillos en el cerebro de cada persona en la autopsia.
Observar el tejido cerebral para determinar el nivel específico de los marcadores de demencia fue una parte única del estudio, dijo Agarwal: “Estudios anteriores sobre riesgo de demencia se centraron más en el resultado clínico (rendimiento cognitivo a lo largo del tiempo), pero nuestro estudio en realidad está analizando las características de la enfermedad en el cerebro después de la muerte”.
Las personas que comían mayores cantidades de pasteles, dulces y comidas fritas y rápidas tenían niveles mucho más altos de placas y ovillos en el tejido cerebral, encontró el estudio.
¿Qué alimento fue el más útil para reducir la acumulación? Vegetales de hoja verde, que están llenos de bioactivos, químicos en los alimentos que reducen la inflamación y promueven la salud. Los ejemplos de compuestos bioactivos incluyen vitaminas, minerales, flavonoides (antioxidantes) y carotenoides (pigmentos en la piel de los vegetales).
El tejido cerebral de las personas que comieron la mayor cantidad de verduras de hoja verde parecía casi 19 años más joven en la acumulación de placa en comparación con los que comieron una o menos porciones por semana, dijo un comunicado sobre el estudio.
“La combinación de diferentes nutrientes y bioactivos en los vegetales de hojas verdes los hace únicos”, dijo Agarwal. “Son muy ricos en muchos bioactivos, flavonoides y luteína, que es importante para la salud del cerebro”.
Hay diferentes hipótesis sobre por qué la luteína podría ayudar con la integridad general del cerebro”, agregó, “como reducir el estrés oxidativo y la inflamación”.
El impacto más impresionante de las dietas fue en la acumulación de beta-amiloide, no en los ovillos, y “la asociación inversa con la carga de beta-amiloide fue más fuerte para la dieta mediterránea que para la dieta MIND”, dijo el estudio.
Hubo una cierta reducción en los ovillos de tau, el otro marcador clave de la enfermedad de Alzheimer, pero no fue tan fuerte como la del amiloide, dijo Agarwal. Sin embargo, Agarwai y su equipo realizaron otro estudio que encontró que comer bayas, una parte clave de la dieta MIND, era útil para reducir los ovillos en el cerebro.
“Todavía tenemos que analizar qué es lo que sucede exactamente”, dijo. “Pero en general, estas dietas son ricas en nutrientes esenciales y bioactivos que reducen la inflamación general y el estrés oxidativo en el cerebro y probablemente conducen a una menor acumulación de placas y ovillos amiloides”.