CNNE 1358829 - video- estadounidenses secuestrados en mexico si iban a consulta medica
Video captado por víctima confirma que estadounidenses secuestrados en México se dirigían a consulta médica y nunca llegaron
00:57 - Fuente: CNN

(CNN) – Cuatro habitantes de Carolina del Sur en una minivan blanca salieron del estacionamiento de un Motel 6 rodeados de palmeras y entraron en una autopista en Brownsville, Texas —pasando rápidamente por centros comerciales llenos de taquerías, talleres de reparación de automóviles y oficinas de abogados con nombres en español— para realizar el corto viaje a la ciudad fronteriza mexicana de Matamoros.

En uno de los cruces fronterizos más concurridos del país, ese viernes por la mañana los ciudadanos estadounidenses se unieron a otros automovilistas y peatones en viajes por trabajo o para ver a la familia, procedimientos médicos y medicamentos más baratos, o almuerzos con margaritas en restaurantes pintados de colores brillantes donde los precios del menú se enumeran en pesos y dólares.

Alrededor de las 9:20 a.m., LaTavia Washington McGee, una madre de seis hijos de 33 años, y sus tres amigos de Carolina del Sur cruzaron el puente internacional Brownsville y Matamoros Express. Ya iban tarde a la cita de Washington McGee para un procedimiento cosmético.

Aproximadamente a esa hora, la minivan conduce a lo largo de una sección deteriorada de Matamoros, según un video en vivo tomado por uno de los ocupantes de la minivan que obtuvo y analizó CNN.

“Ustedes nunca han estado en México”, dijo uno de los hombres dentro de la camioneta. “Ustedes no saben cómo es en Mexi”.

Momentos después, el hombre dijo: “Hola”, y hubo risas durante un viaje por carretera que pronto tomaría un giro mortal en la ciudad fronteriza sin ley.

En plena luz del día, a las 11:45 horas, la camioneta fue interceptada y baleada. Todos los ocupantes recibieron disparos excepto Washington McGee. Una mujer mexicana murió por una bala perdida a una cuadra y media de distancia.

El video mostró a los atacantes, armados con rifles y con chalecos protectores, arrojando a Washington McGee —”como basura”, en palabras de su madre, Barbara McLeod Burgess— sobre la cama de una camioneta.

Los hombres armados, que se cree que están vinculados con el cartel del Golfo, arrastraron a las otras víctimas al vehículo. Dos parecían inertes, dejando un rastro de sangre en el suelo de la concurrida intersección. Luego, los secuestradores se dieron a la fuga.

En cuestión de días, las fuerzas de seguridad mexicanas encontraron a dos de los estadounidenses —Shaeed Woodard y Zindell Brown— muertos en una pequeña choza de madera en un camino desolado que conduce a Playa Bagdad, cerca del lugar donde el Río Grande se encuentra con el Golfo de México. Otro hombre, Eric Williams, resultó herido. Y Washington McGee fue encontrada con vida luego de un secuestro violento que se ha convertido en un punto álgido entre los países vecinos y atrajo la atención internacional a una ciudad fronteriza mexicana donde los asesinatos y desapariciones poco notados son parte de la vida cotidiana.

“Si fueran mexicanos, esto no habría sucedido con tanta rapidez”, dijo sobre el rescate Guadalupe Correa-Cabrera, experta en contrabando que es profesora en la Universidad George Mason y ha vivido y trabajado cerca de la frontera de Brownsville. “No habría sucedido en absoluto. No pasa con los mexicanos, particularmente en ese estado”.

Para el viernes, una semana después de los secuestros, las autoridades mexicanas anunciaron que cinco personas habían sido detenidas por el ataque. Un día antes, el cártel del Golfo supuestamente emitió una carta de disculpa y entregó a cinco miembros a las autoridades locales, según imágenes en línea y una versión de la carta obtenida por CNN de un funcionario familiarizado con la investigación en curso. Un sexto hombre, que según las autoridades había vigilado a los rehenes, fue arrestado cuando los estadounidenses fueron encontrados el martes.

(De izquierda a derecha) LaTavia Washington McGee y Eric Williams sobrevivieron al secuestro, mientras que Shaeed Woodard y Zindell Brown fueron asesinados.

“Ella no viajaría al peligro”

Ese viernes por la mañana los cuatro estadounidenses entraron en un país donde las autoridades han luchado por pequeñas victorias en una larga y mortal batalla contra los cárteles de la droga. El conflicto se ha cobrado la vida de miles de mexicanos, desde transeúntes inocentes hasta periodistas, funcionarios gubernamentales y candidatos políticos.

Se desconoce cuánto sabían los amigos en la minivan alquilada sobre la ciudad fronteriza asolada por el crimen, donde las facciones del poderoso cártel del Golfo han luchado por el territorio, junto con el control del tráfico de personas, el secuestro y las redes de extorsión. Matamoros se encuentra en el estado nororiental de Tamaulipas, donde una explosión de homicidios, secuestros y desapariciones rara vez es noticia internacional.

“La conozco”, dijo la mejor amiga de Washington McGee, Cheryl Orange, quien viajó con el grupo de Carolina del Sur a Texas el 2 de marzo pero se quedó porque no tenía la identificación adecuada para cruzar la frontera. “Ella nno vijaría al peligro”.

El viaje fue el segundo de Washington McGee a México para un procedimiento médico, según su madre. Se sometió a una cirugía al otro lado de la frontera hace dos o tres años, dijo Barbara Burgess.

Matamoros, con una población de más de 500.000 personas, se encuentra al otro lado del Río Grande desde Brownsville. El Departamento de Estado de EE.UU. emitió en octubre un aviso de “Nivel 4: No viajar” para los ciudadanos estadounidenses que visitan Tamaulipas, citando tiroteos, secuestros y desapariciones forzadas.

El día de los secuestros, las autoridades de Tamaulipas emitieron una advertencia a los padres de familia para que mantuvieran a sus hijos en casa debido a los tiroteos. La embajada y los consulados de Estados Unidos en México advirtieron al personal que evitara el centro de Matamoros.

Se cree que los estadounidenses fueron atacados por error y no eran las víctimas previstas, según un funcionario estadounidense con conocimiento de la investigación. Las autoridades creen que los miembros del cártel probablemente los confundieron con contrabandistas haitianos, dijo el funcionario. Las autoridades estadounidenses no han identificado antecedentes penales preocupantes por parte de los estadounidenses.

El viernes, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador hizo referencia a los supuestos “antecedentes criminales en Estados Unidos” de los estadounidenses, pero no explicó cómo se relacionaba con el secuestro mortal. La política anticrimen de “abrazos, no balazos” de López Obrador, que se centra en los programas sociales en lugar de la confrontación con las bandas criminales, ha sido criticada en el país y en el extranjero.

CNN investiga las afirmaciones de López Obrador sobre los antecedentes penales de los ciudadanos estadounidenses.

El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, declinó comentar el viernes sobre la motivación detrás de los secuestros.

Cuando se le preguntó qué quería que la gente supiera sobre sus amigos, Orange dijo: “Quiero que el mundo nos deje en paz y deje de ser malo. Quiero que tengan corazón porque todos tienen un pasado”.

Un viaje por carretera y una celebración anticipada de cumpleaños

La desaparición de los cuatro estadounidenses se ha convertido en un incidente internacional.

El FBI inició una investigación y anunció una recompensa de US$ 50.000 por su devolución y el arresto de los involucrados. La Casa Blanca y el Departamento de Estado condenaron el secuestro y los asesinatos. Algunos republicanos en el Congreso pidieron una invasión militar estadounidense en México para combatir los cárteles. Otros pidieron que Estados Unidos designara a los cárteles como “organizaciones terroristas”.

Orange dijo que ella y los otros cuatro estadounidenses se embarcaron en su viaje desde Carolina del Sur el jueves.

“Fue un viaje por carretera”, afirmó. Acompañaron a Washington McGee, quien tenía programado someterse a una cirugía estética al otro lado de la frontera, le dijo Orange a la policía de Brownsville cuando denunció la desaparición de sus amigos un día después del secuestro.

CNNE 1358695 - acompanante de secuestrados en matamoros habla con cnn sobre los momentos previos al incidete
Amiga de estadounidense secuestrada en Matamoros relata los momentos previos a su desaparición
06:36 - Fuente: CNN

México es el segundo destino más popular para el turismo médico a nivel mundial, con un estimado de 1,4 millones a 3 millones de pacientes que viajaron al país para recibir tratamiento económico en 2020, según Patients Beyond Borders, una empresa consultora internacional de atención médica.

Woodard, quien fue asesinado en el secuestro, habría celebrado su 34 cumpleaños el jueves, según su padre, James Woodard.

Washington McGee y Shaeed Woodard eran primos, “como dos guisantes en una vaina”, y ella lo invitó a un viaje a México para una celebración anticipada de cumpleaños, dijo James Woodard.

“Se adoraban”, comentó sobre los primos.

Orange aseguró que se esperaba que los hombres dejaran a Washington McGee en el consultorio médico en Matamoros y regresaran al hotel unos 15 minutos después. Se quedó dormida después de tomar una ducha en el Motel 6. “Estaba exhausta, ya sabes, por las largas horas, por el largo viaje”, dijo.

Ella se despertó alrededor de las 5 p.m. y no habían regresado. Orange le dijo a la policía que trató de llamar a sus amigos pero no pudo comunicarse.

“Ella los vio morir”

Los cuatro amigos nunca llegaron al consultorio del médico para la cita de las 7:30 a.m. de Washington McGee. Uno de ellos llamó a la oficina ese viernes por la mañana para decir que llegaban tarde.

En algún momento después de las 11 a.m., se ve un Volkswagen Jetta gris siguiendo su minivan, según un video de vigilancia obtenido por los fiscales mexicanos.

Aproximadamente 40 minutos después, varios vehículos parecen estar detrás de la minivan y, a las 11:45 a.m., los estadounidenses fueron interceptados por hombres armados.

Burgess dijo que su hija le dijo más tarde por teléfono que la minivan fue golpeada por otro vehículo antes de que comenzara el tiroteo.

En un video que circuló en línea después del secuestro, se ve a McGee Washington sentado en el suelo junto a la minivan blanca. Una bala pareció perforar en el medio de la ventana del lado del conductor. Se pueden ver otras tres personas en la carretera cuando los autos en la concurrida intersección comienzan a alejarse del peligro.

McGee Washington es empujada a la parte trasera de una camioneta antes de que sus tres amigos sean levantados y arrojados a su lado.

“Ella dijo que los otros intentaron correr y les dispararon al mismo tiempo”, aseguró Burgess que su hija le dijo después de que los estadounidenses fueran encontrados el martes.

“Ella los vio morir”, afirmó Burgess sobre Woodard y Zindell Brown.

Burgess vio el video, indicó, y “pensé que la habían matado”, refiriéndose a su hija.

En las primeras horas después de denunciar la desaparición de sus amigos, Orange vio el video del secuestro que circuló ampliamente.

“Mi cuerpo se tensó. Dejé caer el teléfono. Se me hizo un nudo en el estómago y comencé a orar por su regreso”, dijo.

James Woodard también se sintió dolido por el video que vio en la televisión.

“Eso fue tan difícil para mí de ver”, dijo. “Era un bebé y que me lo quitaran de esa manera fue muy doloroso”.

Fueron trasladados “de un lugar a otro”

En los días posteriores al secuestro, las autoridades mexicanas revisaron el video de vigilancia de la intersección del centro. Se pusieron en contacto con las autoridades estadounidenses después de descubrir documentos en la minivan alquilada con placas de Carolina del Norte, que fueron rastreados por funcionarios al otro lado de la frontera. Los investigadores mexicanos también lograron identificar la camioneta utilizada por los atacantes.

Los investigadores procesaron vehículos y obtuvieron datos balísticos y huellas dactilares. También recolectaron muestras biológicas para realizar perfiles genéticos, según funcionarios mexicanos.

Después de identificar la camioneta utilizada por los atacantes, las fuerzas de seguridad mexicanas fuertemente armadas de varias agencias realizaron varios registros sin éxito.

Los estadounidenses habían sido trasladados a varios lugares “para crear confusión y evitar los esfuerzos de rescate”, dijo el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal.

Burgess señaló que su hija le dijo que los secuestradores trasladaron a los cuatro estadounidenses “de un lugar a otro” y finalmente los escondieron en “un lugar pequeño y apestaba”.

“Todos ellos fueron empujados y se quedaron juntos”, comentó.

A las 10:15 a.m. del martes por la mañana, los estadounidenses fueron encontrados en una pequeña choza de madera roja en un campo a las afueras de la ciudad. Las autoridades mexicanas arrestaron a un hombre que, según dijeron, vigilaba la casa. Las imágenes de la escena mostraban a McGee descalza y cubierta de tierra, con vetas de sangre en la pierna izquierda.

México envió cientos de fuerzas de seguridad a Matamoros en lo que la Secretaría de Defensa dijo que era una medida para salvaguardar “el bienestar de los ciudadanos”.

La rápida respuesta de las autoridades al secuestro de los estadounidenses sorprendió en un país donde los familiares desesperados de las personas que han desaparecido a lo largo de los años se han unido para realizar sus propias investigaciones. Más de 100.000 mexicanos y migrantes han desaparecido en el país a lo largo de los años, sin explicación sobre su destino.

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04:23 - Fuente: CNN

Después del frenético rescate, Orange dijo que escuchar la voz de Washington MaGee en el teléfono fue “música para mis oídos”.

“Esta mujer vislumbró muy cerca a la muerte y dijo: ‘Estaba preocupada por ti’”, recordó Orange.

Los cuerpos de Woodard y Brown fueron entregados a las autoridades estadounidenses el jueves.

Washington McGee le dijo a CNN el sábado que está agradecida de estar de vuelta en casa con su familia en Carolina del Sur.