Nota del editor: Incluye spoilers sobre el final de temporada de “The Last of Us”, que se estrenó el 12 de marzo.
(CNN) – ¿Y si salvar el mundo se redujera a sacrificar a un adolescente inocente? Esa fue la brutal elección que planteó el final de temporada de “The Last of Us”, y el destino, con la ventaja de la retrospectiva, al que conducía cada paso de este camino.
Si la serie “Héroes” popularizó la frase “Salva a la animadora, salva al mundo”, “The Last of Us” le dio la vuelta, de forma desgarradora, al exigir la muerte de una adolescente, Ellie (Bella Ramsey), para conseguir el mismo efecto esperado.
Joel (Pedro Pascal), que perdió a su hija al estallar el apocalipsis, estaba endurecido y amargado cuando se le encomendó escoltar a Ellie a través del país, pues su inmunidad al virus podría dar esperanza a la humanidad.
Sin embargo, los dos fueron estrechando lazos a lo largo de sus (muy agitados) viajes, y cuando él la llamó “niña” al reencontrarse al final del octavo episodio, se percibía una ternura que indicaba lo lejos que había llegado la relación.
El episodio comenzó con un flashback del nacimiento de Ellie y el cruel destino de su madre, una especie de historia de origen similar a la de Blade de Marvel (su madre fue mordida por un vampiro mientras le daba a luz) en los cómics. También se estableció que Marlene (Merle Dandridge), ahora de las Luciérnagas, conocía a Ellie desde aquellos acontecimientos, profundizando en su historia con el personaje.
Todo ello condujo a la aparentemente inevitable recompensa, cuando Joel y Ellie llegaron a las instalaciones que tanto les había costado encontrar, sólo para que él se enterara de que la panacea potencial que ella llevaba estaba enterrada en lo más profundo de su cerebro. Los médicos podrían extraerla y producir una cura, pero la niña tendría que morir como consecuencia.
Aunque Ellie parecía preparada para tal posibilidad –”No hay medias tintas con esto”, le dijo a Joel antes de que llegaran–, esa perspectiva era sencillamente demasiado para él, a pesar del argumento nada irrazonable de Marlene de que perdonarle la vida sólo prolongaría lo inevitable a costa de todos los demás.
“No puedes mantenerla a salvo para siempre”, dijo Marlene, señalando que si él se negaba al procedimiento, Ellie seguiría viviendo “en un mundo roto que tú podrías haber salvado”.
Sin embargo, para Joel, dejarla morir no era ninguna opción. Sin dejarse convencer por la lógica de Marlene, escapó de sus captores, liberó a Ellie y mató, bueno, a casi todos los que se interpusieron en su camino. A continuación, mintió a la niña diciéndole que los científicos habían “dejado de buscar una cura” y resumió su evolución personal diciendo, en términos de encontrar una razón para vivir: “Si sigues adelante, encuentras algo nuevo por lo que luchar”.
Los espectadores pueden (y deben) debatir sobre la moralidad de esta afirmación y sobre el debate que suscita entre las “necesidades de muchos” y las de una sola persona. Sin embargo, desde el punto de vista dramático, es difícil discutir el impacto de esos momentos finales y el sombrío augurio de un futuro al que Joel parece haber privado de su único rayo de esperanza.
Sea lo que sea lo que el final signifique para “The Last of Us” en el futuro –en una segunda temporada y probablemente más allá–, ha añadido un último golpe emocional a una temporada salpicada de ellos. En el camino, Joel encontró claramente algo por lo que luchar, y eligió ese propósito renovado por encima de la promesa de un mundo mejor.
La decisión no fue racional, pero, al igual que muchas de las cosas que la serie ha producido al adaptar el videojuego a la pantalla, fue ejecutada con mucho corazón.
– Al igual que CNN, HBO es una unidad de Warner Bros. Discovery.