(CNN) – Masivas multitudes llenaron las calles de la ciudad israelí de Tel Aviv a última hora de la noche de este domingo, después de que el primer ministro Benjamin Netanyahu despidiera a su ministro de Defensa por su oposición a una reforma judicial prevista.
Ondeando banderas israelíes y coreando “democratia”, se pudo ver a manifestantes bloqueando calles y puentes, incluida la autopista Ayalon.
Los manifestantes encendieron varios fuegos en la autopista principal de Tel Aviv, cuyo humo negro y acre se elevó hacia el cielo, ocultando parcialmente algunos de los rascacielos más emblemáticos de la ciudad. Los manifestantes también se congregaron junto a la autopista, quemando chatarra y madera sin apenas presencia policial.
La crisis política de Israel se agravó este domingo cuando la oficina de Netanyahu anunció la destitución de Yoav Gallant en un comunicado de una sola línea, después de que se convirtiera en el primer miembro del gabinete en pedir una pausa en los controvertidos planes para revisar el sistema judicial del país.
“El primer ministro Benjamin Netanyahu ha decidido destituir de su cargo al ministro de Defensa Yoav Gallant”, decía el comunicado.
Gallant abogó por detener las reformas judiciales en un discurso pronunciado este sábado por la noche, cuando Netanyahu se encontraba fuera del país en visita oficial al Reino Unido. Algunos reservistas militares han prometido retirarse del servicio en oposición a los planes, que según los críticos socavarían la independencia del poder judicial. Gallant afirmó que seguir adelante con las propuestas podría poner en peligro la seguridad de Israel.
Mientras los manifestantes se congregaban en las primeras horas de este lunes, tres ministros del gobierno israelí –todos ellos miembros del partido de Netanyahu, el Likud– sugirieron que Netanyahu debería detener la reforma de la legislación judicial.
“Cuando la casa está ardiendo, no se pregunta quién tiene razón, sino que se echa agua y se salva a sus ocupantes”, tuiteó el ministro de Cultura y Deportes, Miki Zohar. “Si el primer ministro decide detener la legislación para evitar la fractura creada en la nación, debemos apoyar su postura”.
Y el ministro de Economía, Nir Barkat, ex alcalde de Jerusalén, sugirió que Netanyahu debería “parar y recalcular” su plan de reforma, advirtiendo que ha llevado al país al borde de la guerra civil.
“La reforma es necesaria y la haremos, pero no a costa de una guerra civil”, dijo.
El ex primer ministro de Israel Naftali Bennett pidió este lunes a Netanyahu que suspenda la reforma judicial prevista y anule el despido del ministro de Defensa.
“Pido al primer ministro que retire la carta de despido de Gallant, suspenda la reforma [judicial] y entre en una tregua negociadora hasta después del Día de la Independencia”, dijo Bennett en su cuenta de Twitter.
Las protestas habían disminuido hacia las 2 de la madrugada, hora local, en Tel Aviv. El equipo de CNN sobre el terreno vio cómo media docena de coches de policía se dirigían a toda velocidad hacia donde se encontraban los manifestantes e imágenes en directo desde el lugar de los hechos mostraban a las fuerzas de seguridad disparando cañones de agua contra los manifestantes que seguían reunidos.
Un portavoz de la policía de la ciudad dijo a CNN que la policía se está preparando para dispersar a los manifestantes de Ayalon en dirección sur, cerca del intercambiador de Hashalom, y está pidiendo a los manifestantes que abandonen la zona y evacúen la carretera.
Los comentarios del ahora despedido ministro de Defensa Gallant, que es miembro del partido Likud de Netanyahu, alteraron el ya delicadamente equilibrado gobierno de coalición de Israel. No está claro si los planes podrán seguir adelante. Un funcionario de la oficina de Netanyahu dijo que el Primer Ministro había perdido la confianza en Gallant, añadiendo que no había autorizado los comentarios con antelación y había “saboteado así los esfuerzos por alcanzar una solución.”
En su discurso de este sábado, Gallant dijo que la pausa era necesaria “para la seguridad de Israel”, citando la negativa de algunos reservistas de las Fuerzas de Defensa de Israel a entrenarse en protesta por los planes del gobierno.
Gallant reiteró ese sentimiento en un tuit el domingo tras su destitución: “La seguridad del Estado de Israel siempre ha sido y seguirá siendo la misión de mi vida”.
El ex primer ministro israelí Yair Lapid calificó el despido de Gallant de “nuevo mínimo”. Escribió en Twitter que Netanyahu podría despedir al ministro pero “no puede despedir al pueblo de Israel que se enfrenta a la locura de la coalición”.
Y añadió: “El primer ministro de Israel es un peligro para la seguridad del Estado de Israel”.
El ex ministro de Defensa israelí y legislador de la oposición Benny Gantz tuiteó: “Nos enfrentamos a un peligro claro, inmediato y tangible para la seguridad de Israel”, antes de añadir que el peligro se había intensificado. “Esta noche Netanyahu ha puesto la política y a sí mismo por encima de la seguridad”.
El cónsul general de Israel en Nueva York, Asaf Zamir, dimitió en respuesta a la decisión de Netanyahu de despedir a Gallant. En su carta de dimisión, que publicó en Twitter, Zamir calificó la medida de Netanyahu de “decisión peligrosa” y añadió que le “preocupan cada vez más las políticas del nuevo gobierno y, en particular, la reforma judicial que está liderando.”
“Creo que esta reforma socava los cimientos mismos de nuestro sistema democrático y amenaza el Estado de Derecho en nuestro país”, escribió.
Las universidades de Israel irán a la huelga a partir de este lunes, según anunciaron, y el mayor sindicato del país y líderes empresariales dijeron que darían una rueda de prensa este lunes por la mañana. El sindicato, Histadrut, dijo que su conferencia de prensa con los líderes empresariales programada para las 11 a.m. (4 a.m. hora de Miami) sería dramática.
Una polémica reforma judicial
Según las propuestas, el gobierno controlaría el nombramiento de los jueces y el parlamento podría anular las decisiones del Tribunal Supremo.
El gobierno argumenta que los cambios son esenciales para frenar al Tribunal Supremo, al que considera insular, elitista y que ya no representa al pueblo israelí. Los opositores afirman que los planes amenazan los cimientos de la democracia israelí.
Las protestas de los reservistas militares preocupan especialmente al gobierno israelí, ya que son convocados regularmente para entrenar y servir, incluso en tiempos de paz.
El ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, había pedido a Netanyahu que despidiera a Gallant tras su discurso del sábado. “Gallant ha cedido esta noche al chantaje y las amenazas de todos esos anarquistas que llaman a la resistencia y utilizan a las [Fuerzas de Defensa de Israel] como instrumento de negociación”, tuiteó Gvir.
“Gallant fue elegido por los votos de los votantes de derechas y en la práctica promueve una agenda de izquierdas. A la hora de la verdad se derrumbó bajo la presión de los medios de comunicación y los manifestantes. Pido al Primer Ministro que lo despida inmediatamente”.
Para aumentar la presión sobre Netanyahu, el Tribunal Supremo de Israel le dio este domingo una semana para responder a la petición de que se le declare en desacato al tribunal.
La acción legal del Movimiento por un Gobierno de Calidad en Israel se produce después de que el fiscal general dijera a Netanyahu que había actuado ilegalmente y violado una orden judicial de conflicto de intereses al decir que se implicaría personalmente en la revisión judicial.
Parte del proyecto de ley, que priva a los tribunales de la facultad de declarar a un primer ministro no apto para el cargo, ya ha sido aprobado.
Los críticos dicen que Netanyahu está impulsando los cambios debido a su propio juicio por corrupción en curso; Netanyahu lo niega.
El propio Netanyahu no ha dado indicios de que vaya a echarse atrás. En un discurso pronunciado el jueves dijo que abordaría las preocupaciones de “ambas partes”, pero prometió seguir adelante con los planes de reforma.
El legislador del Likud Danny Danon dijo que era demasiado pronto para saber si había suficientes rebeldes en el partido para detener la legislación, diciendo a CNN: “Sólo lo sabremos el lunes”, cuando los miembros del partido se reúnan en la Knesset, o parlamento.
Netanyahu y sus aliados controlan 64 escaños de los 120 de la legislatura, por lo que, en teoría, cinco rebeldes del Likud podrían privar a la coalición de la mayoría absoluta. Pero los legisladores pueden abstenerse o ausentarse, lo que reduce el número de votos que necesita una ley para ser aprobada.
–Richard Allen Greene, de CNN, colaboró en este reportaje desde Jerusalén. Lauren Said-Moorhouse escribió desde Londres.