(CNN) – El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se dirige a China en una visita de Estado y se espera que las conversaciones con el líder chino, Xi Jinping, se centren principalmente en el comercio, así como en la guerra en Ucrania.
Lula, de 77 años, originalmente tenía planeado visitar Beijing el mes pasado, pero fue hospitalizado debido a una neumonía. Este lunes, su despacho anunció que se reanudaba el viaje con el objetivo de “retomar sus relaciones con el país que ha sido su principal socio comercial desde 2009”.
La delegación brasileña que llega a China con Lula este miércoles incluye empresarios, gobernadores de estado, congresistas y ministros, que buscan firmar más de 20 acuerdos bilaterales con China en agricultura, ganadería, tecnología, viajes y turismo, entre otros.
Las cifras del gobierno muestran que China importó el equivalente a más de US$ 89.700 millones en productos brasileños el año pasado y exportó casi US$ 60.700 millones a Brasil, fijando el valor comercial entre los dos países en US$ 150.400 millones.
Según la presidencia brasileña, el comercio entre los dos países “ha aumentado 21 veces desde la primera visita de Lula a China en 2004”. Lula sirvió previamente dos mandatos como presidente de Brasil y ya realizó dos visitas oficiales al país.
Entre las decenas de acuerdos que se espera finalizar durante la visita se encuentra uno sobre la construcción conjunta de Brasil y China de los satélites CBERS-6, un modelo que “tiene tecnología mejorada que permite el monitoreo eficiente de biomas como la selva amazónica incluso en días nublados”, según un folleto del gobierno brasileño publicado este lunes.
Durante su estancia en China, Lula también asistirá a la investidura de la expresidenta brasileña Dilma Rousseff en Shanghái como directora del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, un bloque comercial formado por las economías emergentes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Ucrania
También se espera que Xi y Lula discutan la guerra en Ucrania, y ambos líderes han posicionado previamente a sus países como mediadores posibles para el conflicto.
Al igual que muchos líderes de países de ingresos medios y en desarrollo, Lula adoptó una política de no intervención en la guerra de Ucrania, al rechazar los esfuerzos encabezados por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para unir a la comunidad mundial en oposición a la invasión de Rusia.
En una entrevista de febrero con Christiane Amanpour de CNN, Lula – quien en su mandato anterior desempeñó un papel importante durante las discusiones nucleares entre Estados Unidos e Irán – predijo que “hablaría mucho con el presidente Xi Jinping sobre el papel que debe desempeñar China en las cuestiones de la paz (en Ucrania)”.
“Este es mi trabajo. Este es el trabajo que tengo que hacer. Empecé con el canciller de Alemania (Olaf Scholz). Hablé con (el presidente de Francia, Emmanuel) Macron por teléfono. Hablaré con el presidente Biden ahora. Hablaré con Xi Jinping, con los indios, con todos los países. Tenemos que tener un grupo de personas y países que hablen de paz”.
El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, insinuó la esperanza de un posible consenso entre algunos países que emergen del viaje de Lula, informó AFP a principios de esta semana.
“Para cuando Lula regrese a casa, se habrá creado un grupo de países mediadores”, habría dicho Vieira.
Su visita a China se produce en medio de esfuerzos más amplios para impulsar las relaciones internacionales de Brasil, incluido un viaje reciente a Argentina para una reunión de la CELAC – un bloque de estados de América Latina y el Caribe – que también incluyó una delegación de Estados Unidos.
El viaje “marcará el comienzo de una nueva era y un nuevo futuro para las relaciones entre China y Brasil”, dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin.
Después de su visita a China, Lula también tiene previsto viajar a los Emiratos Árabes Unidos para una visita de Estado.
Julia Vargas Jones en Sao Paulo contribuyó a este reporte