Nueva York (CNN) – Elon Musk advirtió en una nueva entrevista que la inteligencia artificial podría llevar a la “destrucción de la civilización”, incluso mientras sigue profundamente involucrado en el crecimiento de la IA a través de sus muchas empresas, incluida una nueva empresa que se rumorea.
“La IA es más peligrosa que, por ejemplo, un mal diseño de un avión o un mal mantenimiento de la producción o una mala fabricación de un automóvil, en el sentido de que tiene el potencial –por pequeña que sea la probabilidad, pero no es trivial– de destruir la civilización”, dijo Musk en su entrevista con Tucker Carlson, que se emitirá en dos partes el lunes y este martes por la noche.
Musk advirtió recientemente en repetidas ocasiones de los peligros de la IA, en medio de la proliferación de productos de IA para uso general de los consumidores, incluidos los de gigantes tecnológicos como Google y Microsoft. El mes pasado, Musk también se unió a un grupo de otros líderes tecnológicos en la firma de una carta abierta pidiendo una pausa de seis meses en la carrera “fuera de control” para el desarrollo de la IA.
Musk dijo este lunes por la noche que apoya la regulación gubernamental de la IA, aunque “no es divertido estar regulado”. Una vez que la IA “pueda tener el control”, podría ser demasiado tarde para establecer regulaciones, dijo Musk.
“Una agencia reguladora tiene que empezar con un grupo que inicialmente busque información sobre la IA, luego solicite la opinión de la industria, y luego tenga una propuesta de elaboración de normas”, dijo Musk.
De hecho, Musk lleva años haciendo sonar las alarmas sobre la IA –algo que reconoció en un tuit el fin de semana–, pero también ha participado en la carrera armamentística de la IA a través de inversiones en su extenso imperio de empresas.
Tesla, por ejemplo, confía tanto en la inteligencia artificial que organiza un día anual de la IA para promocionar su trabajo. Musk fue miembro fundador de OpenAI, la empresa que está detrás de productos como ChatGPT (Musk ha dicho que la evolución de OpenAI “no es lo que yo pretendía en absoluto”). Y en Twitter, Musk dijo en un tuit el mes pasado que planea “usar la IA para detectar y poner de relieve la manipulación de la opinión pública en esta plataforma”.
A Carlson, Musk le dijo que puso “mucho esfuerzo” en crear OpenAI para servir de contrapeso a Google, pero quitó “el ojo de la pelota”.
Ahora, Musk dijo que quiere crear un rival para las ofertas de IA de los gigantes tecnológicos Microsoft y Google. En su entrevista con Carlson, Musk dijo que “vamos a poner en marcha algo que yo llamo TruthGPT”. Musk lo describió como una “IA que busca la verdad máxima” que “se preocupa por entender el universo”.
“Esperemos que haya más bien que mal”, dijo Musk.
Más recientemente, se ha informado que Musk está trabajando para construir una startup de IA generativa que podría rivalizar con OpenAI y ChatGPT. El Financial Times informó la semana pasada que Musk está formando un equipo de investigadores e ingenieros de IA, así como buscando inversores para una nueva empresa, citando a personas familiarizadas con los planes del multimillonario. Musk constituyó el mes pasado una empresa llamada X.AI, según el informe, que cita los registros mercantiles de Nevada.
Durante su conversación con Carlson, Musk abordó su propiedad de Twitter, que compró por US$ 44.000 millones y desde entonces ha estado envuelta en polémica.
“Pensé que probablemente habría algunas reacciones negativas”, dijo Musk a Carlson, afirmando que el público decidirá en última instancia el futuro de la aplicación.
La cuenta principal del New York Times perdió su marca de verificación azul a principios de este mes, que previamente había dicho a CNN que no pagaría por la verificación.
“Obviamente, hay muchas organizaciones que están acostumbradas a tener una especie de influencia sin restricciones en Twitter que ya no la tienen”, dijo Musk, pareciendo dar consejos al periódico de 171 años sobre cómo gestionar el contenido de su cuenta, calificando su feed de “ilegible”.
Musk dijo que era un usuario activo de Twitter desde 2009 y que empezó a tener un “mal presentimiento” sobre hacia dónde se dirigía la aplicación, pero no especificó de qué se trataba. Dijo que más tarde decidió adquirir la plataforma tras conversaciones insatisfactorias con su consejo y dirección.