(CNN) – Sin importar a dónde mires, Santorini te recordará que estás sobre un volcán. Los paisajes lunares, las playas negras y rojas, los guijarros de lava solidificada. La fascinante belleza de la isla griega es el resultado de la violenta historia volcánica de la zona.
Santorini es famosa, por supuesto, por su impresionante caldera en forma de media luna, la mitad de la cual está sumergida, lo que la convierte en la única caldera hundida del mundo. Fue creada por una de las mayores erupciones conocidas hace unos 3.600 años. La explosión fue tan potente que destruyó Akrotiri, la antigua ciudad de Santorini, y asestó un golpe mortal a la civilización minoica, que por entonces se había asentado en la isla.
En la actualidad, Santorini, también conocida como Thira, es el lugar más romántico de Grecia, con lujosas villas y complejos turísticos que ofrecen escapadas a las celebridades y escenarios de ensueño para bodas y sesiones fotográficas. Los acantilados volcánicos escarpados de la isla, a unos 300 metros sobre el nivel del mar, crean un impresionante lienzo geológico con casas encaladas en equilibrio sobre el borde. No es de extrañar que sea uno de los lugares más fotografiados del planeta.
Cada atardecer, la isla se detiene para disfrutar de las mundialmente famosas puestas de sol de Santorini. El pueblo de Oia, con sus cúpulas azules y blancas, se llena de gente a medida que se acerca la hora dorada. Cuando el sol comienza a ocultarse tras los acantilados de la caldera, el cielo se transforma en un vívido despliegue de tonos rojos, naranjas y rosas. Miles de personas suspiran cuando los últimos rayos desaparecen en el mar.
Pocos se dan cuenta de que bajo el hipnótico caleidoscopio de colores se esconde un volcán activo.
Secretos de las profundidades
Santorini forma parte del Arco Volcánico Helénico, uno de los yacimientos volcánicos más importantes de Europa, que ha sufrido más de 100 erupciones en los últimos 400.000 años. El volcán submarino más activo y potencialmente peligroso del Mediterráneo oriental, el Kolumbo, se encuentra a ocho kilómetros al noreste de Santorini y forma parte del mismo sistema volcánico.
Sumergido en el mar Egeo, el Kolumbo lleva casi 400 años en calma, pero no está dormido. La última vez que entró en erupción, en 1650, mató a 70 personas y provocó un tsunami de 12 metros. Se registraron fuertes terremotos y réplicas, además de gases tóxicos y columnas de humo.
Los científicos saben que la explosión del Kolumbo podría causar grandes estragos. Algunas de las mayores expediciones oceanográficas del mundo lo han visitado y la vigilancia ha aumentado en los últimos 20 años. Uno de los mayores buques de investigación estadounidenses, el buque de perforación profunda JOIDES Resolution, viajó a Santorini para su primera misión en el Mediterráneo entre diciembre de 2022 y febrero de 2023.
El formidable buque trajo “todo un laboratorio flotante a la zona”, dice el vulcanólogo y cojefe de la expedición Tim Druitt. Capaz de perforar a más de 8.000 metros bajo la superficie del mar, los investigadores recogieron sedimentos hasta entonces inalcanzables para tratar de reconstruir la historia del vulcanismo en la zona.
Los resultados, cuyos los primeros informes se esperan para finales de este año, deberían ayudar a los científicos no solo a predecir futuras erupciones, sino también a desvelar el comportamiento de otros volcanes activos de todo el mundo que suponen una amenaza para millones de personas que viven en sus proximidades. También se están estudiando los vínculos entre los terremotos y los volcanes.
Evi Nomikou, oceanógrafa geológica de la Universidad de Atenas, ha participado en todas las expediciones en su Santorini natal durante los últimos 20 años. “Poco a poco vamos componiendo un rompecabezas geológico que muestra qué partes eran tierra y qué partes eran agua”, explica.
“Si podemos entender mejor las erupciones pasadas y su impacto, tendremos una hoja de ruta para afrontar mejor los retos futuros”.
Un océano extraterrestre
La expedición JOIDES Resolution no es el primer gran estudio de la zona. Nomikou dice que las condiciones extremas encontradas en Kolumbo, estudiadas durante mucho tiempo, llevaron a la NASA a financiar una expedición pionera en 2019. “En el fondo de su cráter hay un océano extraterrestre con formas de vida que se podrían encontrar en otros planetas”.
El entorno hostil, con sus fuentes hidrotermales activas que escupen agua caliente y minerales, sirvió como campo de pruebas ideal para las nuevas tecnologías de vanguardia que utilizan vehículos submarinos autónomos. La NASA probó sumergibles que algún día, espera, explorarán océanos en Júpiter y Saturno.
Otro estudio reciente también descubrió una cámara de magma no detectada anteriormente bajo el Kolumbo. Los científicos creen que la cámara también puede ser clave para comprender la actividad sísmica de esta región.
Los volcanes humeantes y los cráteres burbujeantes también despertaron la imaginación de los productores de Hollywood, que eligieron Santorini como escenario inicial de “Lara Croft: Tomb Raider - The Cradle of Life”, una superproducción de Hollywood de 2003 cargada de adrenalina. Con los dramáticos acantilados de Santorini como telón de fondo, Angelina Jolie se vio envuelta en situaciones peligrosas en aguas misteriosas mientras buscaba un tesoro submarino.
Jolie y su entonces marido, Brad Pitt, pasaron unas vacaciones en Santorini tras el rodaje, y no son los únicos. Las Kardashian, Lady Gaga y Shakira son algunos de los famosos que han chapoteado en las cristalinas aguas de Santorini. Todos los veranos, los megayates van y vienen entre Santorini y el otro imán de famosos de Grecia, la fiestera isla de Mykonos, y sus pasajeros VIP desvelan su exclusivo entorno en publicaciones ostentosas.
Caminatas por el cráter y aguas termales
Puede que el romance de Brangelina sea cosa del pasado, pero el espíritu aventurero de Lara Croft sigue vivo en las excursiones turísticas en barco. Entre ellas, una visita al volcán de Nea Kameni: una de las cinco islas que forman el complejo volcánico de Santorini, y un parque geológico nacional.
“La última erupción en Nea Kameni fue en la década de 1950”, explica Marios Fytros, CEO de la agencia de viajes Santorini View. “A los visitantes les encanta la emoción de subir hasta el cráter de un volcán. Es una de nuestras excursiones más populares”. Las excursiones en barco continúan con un baño en las aguas termales volcánicas de la cercana isla de Palea Kameni, seguido de una puesta de sol en cubierta frente a los acantilados de Santorini.
Otra excursión popular, al magnífico yacimiento arqueológico de Akrotiri, sirve de sobrio recordatorio de la fuerza volcánica. La próspera ciudad de la Edad de Bronce fue destruida por la erupción de hace 3.600 años, que expulsó una columna de ceniza y roca de casi 32 kilómetros de altura, sepultando la ciudad. Unos 1.700 años más tarde, un desastre similar destruiría Pompeya.
Una vez retiradas las cenizas y la lava, los frescos de colores vívidos de Akrotiri se conservan en perfecto estado.
Cuestión de tiempo
Gracias a su fama mundial, Santorini ha recibido algunas de las mayores inversiones turísticas del país. Hilton y Nobu son algunas de las marcas que han llegado a la isla en los últimos años, y los precios de la vivienda son de los más altos de Grecia.
Sin embargo, los geólogos, que vigilan de cerca el Kolumbo, advierten que es cuestión de tiempo para que vuelva a producirse una gran erupción.
Aún así, el “tiempo” en años geológicos puede ser ultralento. Tanto es así que un agente inmobiliario de la isla, que no quiso dar su nombre, afirma que “la actividad volcánica nunca entra en la conversación” a la hora de vender una propiedad.
Cuando entra en erupción, el Kolumbo es capaz de producir una columna eruptiva de decenas de kilómetros de altura y también puede desencadenar un tsunami. El aumento de la actividad hace unos 10 años suscitó preocupación, pero ha remitido desde entonces.
“Si empezamos a ver un aumento de la actividad del Kolumbo, debemos estar alerta”, afirma Druitt. “La buena noticia es que los volcanes avisan con mucha anticipación”.
Mientras tanto, en 2020, la Agencia de Protección Civil de Grecia dio a conocer un plan de 185 páginas para hacer frente a las consecuencias de una posible activación del grupo volcánico de Santorini.
Comida y vino volcánicos
En su vida cotidiana, los lugareños tienen poco tiempo para pensar en el volcán más allá de las excursiones. En verano, la isla está abarrotada. El exceso de turismo sigue siendo uno de los mayores retos, ya que la morfología única de Santorini sigue atrayendo a las multitudes. El año pasado, la Unión Internacional de Ciencias Geológicas, en colaboración con la Unesco, incluyó la caldera de Santorini en su primera lista de los 100 mejores lugares geológicos del Patrimonio Mundial.
Más allá de hoteles y restaurantes, todos los negocios de la isla están vinculados al volcán. Los cosméticos de fabricación local están repletos de minerales, y los ingredientes alimentarios de primera calidad se cultivan en un suelo único. Hay un museo dedicado al tomate cherry de Santorini, producto con denominación de origen protegida desde 2006, y las habas de la isla están consideradas las mejores de Grecia.
Luego está la exportación más famosa de Santorini después del turismo: el vino. Los isleños dicen que en Santorini hay más vino que agua.
Aproximadamente una quinta parte de los casi 50 kilómetros cuadrados de la isla está ocupada por viñedos, la mayoría de los cuales cultivan assyrtiko, una uva autóctona que produce vinos blancos frescos, secos y, como era de esperar, minerales.
Las tradicionales casas “cueva” excavadas en las rocas volcánicas, llamadas yposkafa, son el nido ideal para los recién casados que buscan unas vacaciones de ensueño. Pero para Nomikou, que creció en Santorini, fue Kolumbo el lugar de sus sueños infantiles.
“Me influyeron mucho las historias de mi abuelo y mi bisabuelo. Recordaban las pequeñas explosiones de Nea Kameni”, explica.
“Pero insistían en que de la que hay que preocuparse es de ‘la que no se ve’”.
“Poco a poco me di cuenta de que había otro volcán, bajo el agua. Un volcán más poderoso, misterioso y peligroso. Es imposible saber si alguno de nosotros vivirá una gran erupción pero, en algún momento, la habrá”.
Algún día, Santorini podría volver a quedar sepultada bajo una capa de ceniza. Pero por ahora, mientras los visitantes disfrutan de otra impresionante puesta de sol con una copa de assyrtiko, el volcán guarda silencio.