(CNN) –– Tras una búsqueda intensa de varios días, Francisco Oropesa, el hombre señalado de perpetrar un tiroteo en Cleveland, Texas, está finalmente bajo custodia, anunció el sheriff del condado de San Jacinto, Greg Capers, en la noche de este martes.
Previamente, dos fuentes policiales familiarizadas con la investigación habían confirmado el arresto a CNN. La detención ocurrió en la ciudad de Cut and Shoot, Texas, según una fuente policial federal. Cut and Shoot está aproximadamente a 27 kilómetros al oeste de Cleveland, donde ocurrió la masacre.
Oropesa, a quien las autoridades buscaban desde el viernes pasado luego de que disparara mortalmente contra cinco personas ––incluida una madre y su hijo de 9 años––, fue encontrado “cuando se escondía en un armario, debajo de la ropa”, detalló Capers.
El sospechoso fue trasladado a la cárcel “sin incidentes” y será retenido con una fianza de US$ 5 millones, dijo la oficina del sheriff.
A Francisco Oropesa, de 38 años, lo acusan de perpetrar una masacre contra sus vecinos el pasado viernes, que dejó cinco personas muertas, entre ellas una madre y su hijo de 9 años. Según las autoridades, Oropesa abrió fuego después de que los vecinos le pidieran que dejara de disparar su rifle tan cerca de su casa.
Inicialmente, los investigadores comenzaron a rastrear a Oropesa usando su teléfono celular, pero dijeron que la pista se desvaneció la noche del sábado y no tenían información sobre su paradero desde entonces.
La pista que permitió localizar a Oropesa llegó a través de la línea de información del FBI, dijo el agente especial adjunto a cargo Jimmy Paul en conferencia de prensa.
“Solo queremos agradecer a la persona que tuvo el coraje y la valentía de llamar para ubicar al sospechoso”, añadió.
Según Paul, el aviso llegó a las 5:15 p.m., hora local, y Oropesa fue detenido a las 6:30 p.m.
Los agentes vigilaron a la esposa de Francisco Oropesa hasta una casa cerca de Cut and Shoot, Texas, que estaba asociada con uno de los miembros de su familia, le dijo a CNN una fuente del orden público.
La policía ahora investiga si el sospechoso recibió ayuda para huir de la ley durante días, según el fiscal local. “Estamos investigando si tuvo alguna ayuda”, dijo el fiscal de distrito del condado de San Jacinto, Todd Dillon, a CNN a través de un mensaje de texto la noche de este martes.
Una búsqueda que se extendió durante días
Durante días, las autoridades instaron al público a presentar cualquier información y dedicaron recursos sustanciales para rastrear al sospechoso. Entre ellos, más de 250 agentes y una recompensa de US$ 80.000 por pistas que condujeran a su arresto. También se ubicaron vallas publicitarias en español con la recompensa por toda la ciudad de Cleveland, de acuerdo a la Policía. Por su parte, el gobierno de EE.UU. comunicó la información a los medios de todo México en caso de que Oropesa estuviera allí, dijo la fuente policial a CNN este lunes.
Aunque se desconoce su estatus migratorio actual, Oropesa ingresó ilegalmente a Estados Unidos y fue deportado por funcionarios de inmigración al menos cuatro veces desde 2009, dijo una fuente de ICE. Un juez de inmigración ordenó su retiro del país por primera vez en marzo de 2009 antes de que lo deportaran nuevamente en septiembre de 2009, enero de 2012 y julio de 2016, dijo la fuente.
No se sabe cuánto tiempo lleva Oropesa en Estados Unidos desde su última deportación, según la fuente.
Las víctimas, todas de nacionalidad hondureña, han sido identificadas como Sonia Argentina Guzmán, de 25 años, y su hijo Daniel Enrique Laso-Guzmán, de 9; Diana Velázquez Alvarado, 21; Julisa Molina Rivera, 31, y José Jonathan Cásarez, 18.
Así se desarrolló la masacre
Alrededor de 15 personas, incluidos amigos y padrinos que habían llegado para ayudar a la preparación de un evento religioso, estaban reunidos el pasado viernes en la casa en Cleveland, una ciudad de unos 8.000 habitantes al noreste de Houston, dijo Wilson García, cuya esposa e hijo fueron asesinados.
Entre 10 y 20 minutos antes de la masacre, Wilson García y otros dos hombres se habían acercado al patio de Oropesa para pedirle que dejara de disparar su rifle tan cerca de su casa porque su bebé estaba durmiendo, según declaró García a CNN. Le habían pedido a Oropesa que disparara al otro lado de su propiedad, dijo.
El sospechoso se negó y García dijo que llamaría a la policía.
“Entramos y mi mujer estaba hablando con la policía, y llamamos cinco veces porque cada vez era más amenazador”, recordó García.
“Lo vimos, estaba saliendo de su propiedad y amartilló su arma”, dijo el padre. “Le dije a mi mujer que se metiera dentro porque había amartillado la pistola y podía venir a amenazarnos. Así que mi mujer dijo: ‘Entra tú, no creo que me dispare porque soy mujer, yo me quedaré aquí en la puerta’”.
Poco después, el atacante llegó a la casa de García y disparó contra su mujer, Sonia Argentina Guzmán, en la puerta, antes de matar a otros tres adultos y al hijo de García, Daniel Enrique Laso-Guzmán, según relató el padre afligido.
“Una de las personas que murió vio cuando mi esposa cayó al suelo”, dijo García a CNN.
“Ella me dijo que escapara por la ventana porque mis hijos ya se habían quedado sin mamá. Así que uno de nosotros debía sobrevivir para cuidarlos. Ella fue la persona que me ayudó a saltar por la ventana”, añadió.
La mujer que ayudó a García a huir no sobrevivió, dijo.
“Dos de las personas que murieron estaban protegiendo a mi hija de dos años y medio y a mi hijo de un mes”, dijo García entre sollozos. “Lo protegieron con un montón de ropa para que el atacante no lo matara también. Así que imagina lo que estamos sintiendo ahora. Fue horrible”.
Cuando la policía llegó, encontraron que las víctimas habían recibido disparos “casi estilo ejecución” a corta distancia por encima del cuello, dijo el sheriff Greg Capers, a los medios locales.
Antes del enfrentamiento mortal en la casa de García, se habían realizado cinco llamadas al 911 para informar que el hombre armado disparó su rifle al aire libre, dijo el padre.
Las autoridades acudieron al lugar tan rápido como pudieron, dijo Capers. Pero su pequeña fuerza cubre un condado grande, dijo, y la casa está a unos 15 minutos fuera de la ciudad.
“Siento que una parte de mí se ha ido con ella”
Mientras las familias de las víctimas lloran, los seres queridos de Argentina Guzmán se esforzaron por expresar su dolor en palabras.
El dolor que siente su hermano, Germán Guzmán, es “inexplicable”, le dijo a CNN, y agregó: “Es difícil saber que las personas que están muy cerca de ti se han ido, muy difícil”.
“Siento que una parte de mí se ha ido con ella. Siento que una parte de mi corazón está roto”, dijo su madre, Francia Guzmán.
“Con el permiso de Dios regresará en un ataúd para poder despedirme aunque nunca me responda, aunque ya no pueda decirme nada”, dijo la madre.
Funcionarios de Honduras se preparan para repatriar los restos de las víctimas, dijeron.
“El Gobierno de Honduras lamenta profundamente la pérdida de estas valiosas vidas y acompaña en su dolor a todos sus seres queridos. Exigimos a las autoridades pertinentes la detención del autor material de este terrible hecho y la aplicación de todo el peso de la ley”, dijo la Cancillería hondureña en un comunicado.
“Yo lo único que quiero es que me los devuelvan para que descansen donde nacieron, para que descansen para siempre y estén en un lugar donde por lo menos les pueda llevar una flor”, dijo Francia Guzmán.
Rosa Flores, Ashley Killough, Holly Yan, Jamiel Lynch, Roxanne García, Claudia Domínguez y Raja Razek de CNN contribuyeron a este reporte.