(CNN) – Hace una década, el Tesla Model S fue el Auto del Año de MotorTrend y Consumer Reports lo aclamó como el mejor auto que había probado. Era tan bueno que Consumer Reports tuvo que replantearse su propia escala de puntuación porque el Model S era literalmente fuera de serie.
La velocidad, el confort y la tecnología del Model S no tenían comparación en el sector. Los diseñadores de Tesla aprovecharon la naturaleza compacta de los sistemas de propulsión eléctrica, sin voluminosos motores ni baterías que encajan a la perfección en el suelo, para crear un auto con una amplitud tan extraordinaria que incluso disponía de asientos orientados hacia atrás en la parte trasera.
La producción aumentó lentamente, pero en 2017 Tesla ya vendía más de 100.000 unidades al año del Model S y de su hermano SUV, el Model X. Pero una vez que llegaron el Model 3 y su homólogo SUV, el Model Y, las ventas de los
Teslas más grandes y mucho más caros disminuyeron drásticamente.
Es fácil entender por qué. Los modelos 3 y Y son mucho más asequibles. Hoy en día, un Model 3 tiene un precio inicial de unos US$ 40.000 dólares. El Model S cuesta unos US$ 88.000. Del mismo modo, el precio del SUV Model X comienza en unos US$ 98.000, mientras que el Model Y, más pequeño, solo cuesta US$ 47.000.
Si a esto añadimos que, en comparación con la mayoría de los modelos de automóviles, el Model S y el X ya pasaron la edad de jubilación, no es de extrañar que representen una parte tan pequeña de las ventas anuales de Tesla, alrededor del 5% el año pasado.
Esto plantea una pregunta: ¿por qué Tesla sigue fabricándolos en lugar de abandonarlos para concentrarse en alternativas más populares? La respuesta es sencilla: estos modelos antiguos siguen proporcionando beneficios fiables, y eso puede ser aún más necesario ahora que Tesla recurre a recortes de precios para aumentar las ventas.
¿Hora de jubilarse?
Además del paso de los años, el Model S ya no es tan bueno como cuando era considerado lo mejor de la historia, dice Jake Fisher, jefe de pruebas de automóviles de Consumer Reports, y no solo porque esté envejeciendo mientras sus competidores sacan productos mucho más nuevos. En realidad, Tesla ha empeorado el Model S, dijo, persiguiendo cifras de rendimiento bruto a expensas de la comodidad.
“Estoy seguro de que el auto puede dar más vueltas al circuito de Nurburgring, pero la conducción es peor y más ruidosa”, afirma Fisher. “Han hecho concesiones para sacar el máximo rendimiento, pero eso hace que el auto sea menos habitable”.
Tesla, que no suele responder a las consultas de los medios de comunicación, no contestó a las preguntas enviadas por correo electrónico sobre los Model S y X.
Sin embargo, al igual que la Clase S de Mercedes-Benz, el Model S sigue siendo el buque insignia de Tesla y representa a la marca.
“El Model S fue el auto que puso a Tesla en el mapa”, dijo Brian Cox, editor ejecutivo de Autotrader. “Es el Model S el que enseñó a los compradores estadounidenses lo que es posible en un auto eléctrico, lo que realmente querían de un auto eléctrico”.
Además, aunque las ventas pueden ser pequeñas en comparación con el Model 3, esa no es realmente una forma normal de ver estas cosas. Mercedes-Benz también vende muchos menos sedanes Clase S que la más asequible Clase C. Pero Mercedes no va a dejar de fabricar la Clase S.
De hecho, dentro de su competitiva clase, los Tesla Model S y X son buenos vendedores. El año pasado, superaron ampliamente en ventas a vehículos eléctricos de lujo de un rango de precios similar, como el BMW i7, el Audi E-tron y el Mercedes EQS, según datos de Cox Automotive.
Todos estos vehículos son mucho más nuevos que el Tesla S o X, pero cuando se trata de rentabilidad, la edad tiene sus ventajas. A estas alturas de su larga vida, los Tesla Model S y X se han convertido en un flujo de beneficios bastante constante, según Cox.
Flujo de ingresos
Una gran parte de los costos asociados a la introducción de un nuevo auto o SUV se acumulan antes de que el vehículo salga a la venta. Cuesta mucho diseñar y desarrollar el nuevo modelo y mucho más montar una fábrica para construirlo. El dinero empieza a llegar cuando el vehículo sale a la venta.
Cuanto más tiempo pueda un fabricante de automóviles seguir vendiendo el mismo modelo, más dinero puede ganar con esa enorme inversión inicial. Y es dinero que Tesla puede utilizar para seguir adelante con nuevos proyectos, como el Cybertruck.
Entre los autos convencionales, un ciclo de vida de cinco o seis años es bastante común. Ocho años es una exageración, pero difícilmente inaudito. Diez años es más normal para modelos especiales, como los autos exóticos que se venden en pequeñas cantidades.
En ese periodo suele haber una “renovación de mitad de ciclo”, con ligeros cambios de aspecto y mejoras tecnológicas, para que pueda venderse como “nuevo modelo” antes de que el fabricante tenga que invertir en un modelo realmente nuevo.
Hay excepciones. El pick-up Toyota Tacoma lleva 18 años sin cambios importantes. (Se espera una nueva versión pronto). El Dodge Challenger lleva 15 años sin que sus cifras de ventas se resientan. El año pasado vendió más que el Ford Mustang. Así que hay algo a favor de seguir con lo que funciona.
Pero Ed Loh, vicepresidente sénior de contenidos de MotorTrend, cree que Tesla puede pasar de moda si no hace al menos algunos cambios significativos en el diseño. (MotorTrend, como CNN, forma parte de Warner Bros. Discovery).
“Parece futurista, parece de la época. No está anticuado en absoluto, a pesar de ser un auto de hace 10 años”, dijo. “Dicho esto, creo que probablemente están dejando mucho sobre la mesa al no cambiar el diseño”.