(CNN) – A las pocas horas del tiroteo masivo de este sábado en un centro comercial en Allen, Texas, algunos usuarios de Twitter compartieron imágenes espantosas de cuerpos ensangrentados, supuestamente de la escena del crimen. Al menos una imagen parecía ser de un niño.
Estas imágenes eran más difíciles de evitar en la plataforma, según algunos usuarios, en parte porque se compartían desde cuentas que habían pagado para ser verificadas, una opción introducida por el propietario Elon Musk que puede elevar la visibilidad de los tuits de un usuario.
“El material gráfico a menudo llegaba a Twitter en el pasado, pero era más probable que fuera degradado y difícil de encontrar”, dijo en un tuit Emily Bell, directora del Tow Center for Digital Journalism de la Universidad de Columbia. “El nuevo sistema parece priorizar estas cuentas viles y presenta material en la parte superior del feed. Horrible”.
Jennifer Mascia, colaboradora de CNN y redactora sénior de noticias en The Trace, un medio de periodismo sin fines de lucro dedicado a noticias relacionadas con armas, dijo que las imágenes “eran inevitables”.
“Me sorprendió que ese video y esas imágenes permanecieran en Twitter tanto tiempo… En una era diferente de Twitter, no habrían estado circulando, se habrían retirado de inmediato”, agregó Mascia.
Twitter, que ha recortado gran parte de su equipo de relaciones públicas, no respondió a una solicitud de comentarios.
La aparente difusión de estas imágenes reavivó el escrutinio sobre cómo las plataformas de redes sociales manejan el contenido gráfico de los tiroteos masivos. Las plataformas de redes sociales suelen tener políticas que restringen el intercambio de contenido gráfico, con ciertas excepciones. En Twitter, por ejemplo, los usuarios tienen técnicamente prohibido compartir contenido que muestre “gore gratuito”, una categoría que incluye “seres humanos desmembrados o mutilados”. Se pueden permitir otras formas de medios gráficos, siempre que el usuario marque su cuenta como confidencial.
Pero también revivió un debate más amplio sobre el valor potencial de compartir imágenes gráficas para dar forma al discurso público en un momento en que los tiroteos masivos ocurren regularmente en Estados Unidos.
En lo que va corrido de 2023, se han registrado 202 tiroteos masivos en Estados Unidos (en los primeros cinco meses de este año), según Gun Violence Archive, en comparación con 647 tiroteos masivos en todo 2022. La organización sin fines de lucro y CNN definen los tiroteos masivos como aquellos en los que cuatro o más personas reciben disparos, excluyendo al tirador.
El ataque de este sábado fue el segundo tiroteo masivo más mortífero del año en Estados Unidos hasta el momento. Ocho personas murieron y al menos otras siete resultaron heridas cuando un hombre armado abrió fuego en el centro comercial en Allen, Texas, según funcionarios locales.
Este domingo, en una entrevista con KTVT, afiliada de CNN, Steven Spainhouer, un veterano del ejército y exagente de Policía que ayudó a administrar los primeros auxilios en la escena, describió el horror que encontró. “A la primera chica a la que me acerqué… le tomé el pulso, le tiré la cabeza hacia un lado y no tenía rostro”, dijo.
Pero en un tuit el sábado por la noche, Spainhouer criticó una foto del centro comercial que se compartió en las redes sociales. “No quiero ver la foto flotando en las redes sociales, tomada mientras llamaba al 911 y trataba de prestar ayuda en los outlets de Allen”, escribió. “Lo mínimo que podrían haber hecho es ayudar, no tomar fotos de personas al borde de la muerte”.
Mascia, mientras tanto, dijo que estaba “sorprendida de cuántas personas” estaban debatiendo los méritos de publicar tales imágenes. Algunos, dijo, pueden no haber querido publicar las imágenes, pero también sintieron que “tal vez es hora de que tengamos que hablar sobre esto”.
El cálculo sobre si mostrar al público imágenes espantosas de actos violentos se remonta a décadas en Estados Unidos. En 1955, a instancias de su madre, se publicó en Jet Magazine una imagen de un adolescente negro asesinado.
Esta imagen inquietante del cuerpo mutilado de Emmett Till quedó grabada en la mente de muchos como una imagen perdurable de la violencia racista de la época, y muchos vincularon la publicación de la imagen en ayudar a impulsar a los estadounidenses a unirse al movimiento por los derechos civiles.
Más recientemente, el debate resurgió cuando los estadounidenses reaccionaron con consternación y horror ante el tiroteo mortal en una escuela que tuvo lugar hace menos de un año en Uvalde, Texas.
“Es hora, con el permiso de un padre sobreviviente, de mostrar cómo se ve un niño de 7 años sacrificado”, tuiteó David Boardman, decano de la Facultad de Medios y Comunicación Klein de la Universidad de Temple, después del tiroteo en la Escuela Primaria Robb en Uvalde que dejó 19 niños y dos adultos muertos.
Boardmen agregó en su tuit en ese momento que “no podría haber imaginado decir esto hace años”, pero argumentó que al mostrar al público estas imágenes, “tal vez solo entonces encontremos el coraje para algo más que pensamientos y oraciones.