(CNN) – El día que fue asesinada, la abuela de Simone Crawley, Ruth E. Whitfield, estaba comprando semillas para su huerto -una labor de amor-, donde plantaba pimientos dulces y batatas.
Whitfield, la matriarca de la familia, fue una de las 10 personas que murieron en un tiroteo masivo con motivos racistas en un Tops Friendly Markets del este de Buffalo, Nueva York, hace un año.
Crawley dijo que Whitfield siempre había tenido cerca a sus hijos y nietos, cocinaba las cenas de los domingos e inspiraba a todos con su fuerza, su gracia y su amor genuino.
Para ella, el dolor por la pérdida de su abuela aún está vivo.
“Ha sido extremadamente difícil para nosotros”, dijo Crawley. “Estamos a punto de cumplir un año, pero para nuestra familia ni siquiera parecen seis meses”.
Este domingo se cumple el primer aniversario del ataque perpetrado en la zona este de Buffalo, de mayoría negra, cuando el supremacista blanco Payton Gendron, de 19 años, abrió fuego en el supermercado Tops. Los familiares de las víctimas, entre ellos Crawley, pronunciaron emotivas declaraciones en la audiencia de sentencia de Gendron.
“Todos conocemos el odio puro y las motivaciones que hay detrás de tu atroz crimen, y estamos aquí para decirte que has fracasado”, dijo Crawley, dirigiéndose a Gendron en el tribunal. “Seguiremos elevando y siendo todo lo que no eres, todo lo que odias y todo lo que pretendías destruir”.
Gendron fue condenado a cadena perpetua en febrero.
A pesar de todo, la familia es resiliente y está unida en el año posterior a la tragedia, comentó Crawley. Y también lo está la comunidad de Buffalo en general.
“La comunidad es más fuerte”
Aunque la comunidad de Buffalo sigue devastada, la ciudad intenta convertir la tragedia en triunfo, afirman los activistas.
El barrio ha vuelto a la normalidad y hay un tráfico constante en el supermercado Tops, que fue remodelado con más elementos de seguridad y una oferta de alimentos mejorada tras el tiroteo.
Se han realizado foros -uno en honor de Whitfield el mes pasado en el que se puso de relieve el discurso de odio de la supremacía blanca, la salud y el bienestar y el terrorismo-, actos comunitarios y colectas de alimentos que están uniendo a los residentes en su dolor. El tiroteo masivo puso de manifiesto las desigualdades en la seguridad alimentaria y económica, y varias organizaciones han intervenido para ayudar a la comunidad, dijo el presidente de la NAACP de Buffalo, el reverendo Mark Blue.
La ciudad está organizando varios actos para el “Fin de semana del recuerdo del 14/5”, que incluirá una mesa redonda y una misa conmemorativa. Algunos residentes dicen que están desesperados por encontrar soluciones al odio, las enfermedades mentales y el control de armas para evitar que vuelvan a producirse tiroteos masivos.
El pasado mes de junio, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, firmó una ley que reforzaba las leyes sobre armas del estado y que incluía la prohibición de la compra de rifles semiautomáticos a cualquier persona menor de 21 años y la prohibición de la compra de chalecos antibalas con la excepción de las personas que ejercen determinadas profesiones. Hochul también anunció en marzo que el estado destinaría US$ 1,4 millones a apoyar programas de salud mental en el este de Buffalo.
Blue espera que la financiación de la salud mental llegue a las escuelas para que haya más recursos para diagnosticar y tratar las enfermedades mentales a una edad más temprana.
“Un año después, nuestra comunidad es más fuerte, está más unida y es más resiliente”, afirmó Blue. “Trabajamos por un cambio positivo y sabemos que no va a ocurrir de la noche a la mañana”.
El alcalde de Buffalo, Byron Brown, dijo que, aunque agradece la respuesta “firme y rápida” del estado, es necesario que se tomen medidas a nivel federal. Desde la masacre de Buffalo se han producido cientos de tiroteos masivos en todo el país. Solo en lo que va de este año se han producido más de 200.
“Algunos legisladores federales siguen mirando hacia otro lado cuando estadounidenses inocentes son abatidos en estos tiroteos”, dijo Brown. “Hay más tiroteos masivos que días en el año. Así que este problema no está mejorando, sino empeorando”.
Mark Talley, cuya madre, Geraldine Talley, fue asesinada en la masacre racista, dice que publicará un libro titulado “The Day the Devil Came to Buffalo” sobre los recuerdos más entrañables que tiene de su madre, su rabia, su conmoción y su dolor.
“Es una experiencia bastante surrealista e incómoda cuando descubres que tu madre fue una de las víctimas mortales y que el tiroteo no se produjo porque la gente estuviera jugando”, afirma Talley. “El tiroteo se produjo porque un terrorista racista quiso venir aquí y matar a negros”.
Talley dijo que quiere que la comunidad se centre menos en conmemorar el ataque en cada aniversario y más en buscar soluciones a la pobreza que aqueja al este de Buffalo. También cree que el control de armas a nivel estatal no es suficiente para detener los tiroteos masivos.
“A menos que se haga a nivel federal, realmente no tiene sentido”, señaló Talley. “Alguien puede ir a otro estado, conseguir armas y volver”.