(CNN Español) – Para sorpresa de muchos, la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y el expresidente Mauricio Macri comparten una visión electoral para las elecciones presidenciales de octubre: la definición en balotaje parece inevitable.
“Vamos a ir a una segunda vuelta con esta nueva expresión más rupturista”, dijo Macri, líder de Juntos por el Cambio, en relación con su fuerza y a Javier Milei, de La Libertad Avanza. En las antípodas ideológicas, Fernández de Kirchner, la máxima referente del oficialista Frente de Todos, aseguró que “lo importante es llegar al balotaje”.
Si se cumpliera el escenario de balotaje que asumen Kirchner y Macri, ninguna fuerza obtendría el mínimo necesario de 45% para vencer en primera vuelta ni superaría el 40% con una diferencia de 10 puntos sobre la segunda fuerza. En consecuencia, esta proyección incluye, al menos, la participación de una fuerza opositora en la votación final rumbo a la presidencia de Argentina.
El último antecedente de una segunda vuelta electoral en Argentina es de 2015. En aquel entonces, la coalición Cambiemos, hoy devenida en Juntos por el Cambio, venció al Frente para la Victoria que aglutinaba al kirchnerismo y al peronismo afín a Cristina Fernández de Kirchner. Aquella votación fue la que consagró a Macri como presidente de los argentinos. Por este motivo, el escenario de balotaje ilusiona a Juntos por el Cambio, aunque antes deberá dirimir internas en las primarias del 13 de agosto. Hasta la publicación de este artículo, 5 precandidatos compiten entre sí para convertirse en el candidato o candidata de la coalición opositora.
Horacio Rodríguez Larreta
Su equipo de campaña lo describe como “el sucesor natural de Mauricio Macri”. Ha seguido sus pasos en la Ciudad de Buenos Aires. Pertenece al PRO, el partido fundado por el expresidente en 2005. Completará dos mandatos consecutivos como jefe de Gobierno de la capital argentina, luego de los también dos ciclos de Macri al frente de la alcaldía porteña, en los que Rodríguez Larreta fue jefe de Gabinete. Al igual que su antecesor, pretende saltar desde el edificio de la calle Uspallata (sede de Gobierno de la Ciudad) a la Casa Rosada. Pese a estas similitudes, en la campaña 2023 ambos líderes mostraron diferencias, algo que desde el lado de Larreta se catalogó como un signo de “autonomía y personalidad” del supuesto heredero con su mentor. Por otra parte, Rodríguez Larreta es considerado líder del sector “moderado” de Juntos por el Cambio, también llamado “palomas”. Su perfil dialoguista con el Frente de Todos contribuyó a la elaboración de esa etiqueta.
Patricia Bullrich
Es la máxima representante de lo que se considera el ala “dura” o los “halcones” del PRO. En redes sociales se presenta como la candidata con “la fuerza necesaria para ordenar el país”. “Llamalo coraje, valentía o determinación. Llamalo huevos. Llamalo ovarios”, completa dicha descripción en su sitio web oficial. En 2015 se unió a las filas de Cambiemos, hoy Juntos por el Cambio. Desde ese momento comenzó a cimentar su acercamiento a Mauricio Macri. De hecho, fue su ministra de Seguridad. Terminado el mandato macrista en la Casa Rosada, Bullrich se convirtió en la presidenta del PRO. Pese a esto, su currículum vitae en la política presenta antecedentes desde la década del 70. Un video viralizado en redes mostró a Bullrich explicando que en aquellos años cantaba una canción que dice: “Somos soldados de FAR y Montoneros”. Estas agrupaciones fueron protagonistas de la guerrilla en Argentina y se enfrentaron durante la dictadura militar al gobierno de facto, cuyos líderes fueron condenados por llevar a cabo un plan sistemático de exterminio. Bullrich nunca hizo referencia alguna a ese video, aunque en 2017, en el programa La Noche de Mirtha Legrand, aseguró que no formó parte de Montoneros sino de la Juventud Peronista conocida como JP. Además, fue ministra de Trabajo entre 2000 y 2001 durante el mandato presidencial de Fernando de la Rúa, que terminó antes de tiempo envuelto en la gran crisis de diciembre de 2001.}
Gerardo Morales
Es el presidente de la Unión Cívica Radical. También gobierna la norteña provincia de Jujuy desde 2015. En 2023 completará su segundo mandato. Jujuy representa el 1,6% del total de votantes en el país, según el padrón electoral de 2021. Ha mantenido un fuerte enfrentamiento con la activista social kirchnerista Milagro Sala. Sus diferencias con Cristina Fernández de Kirchner vienen desde su época de senador, puesto que ocupó entre 2001 y 2015. También fue funcionario del fallido gobierno de Fernando de la Rúa, en el que se desempeñó como secretario de Desarrollo Social. Su identificación con la Unión Cívica Radical lo llevó a reclamar cada vez más espacio para el partido centenario dentro de la coalición Juntos por el Cambio. Aclara que el radicalismo “está más fuerte” que en 2015 cuando el PRO lo derrotó en la interna presidencial. Un dato político interesante es que en mayo hubo elecciones provinciales en Jujuy. Su sucesor como gobernador será Carlos Sadir, el candidato que Morales había apoyado. A la hora de los festejos se mostró junto a otro precandidato presidencial: Horacio Rodríguez Larreta.
Facundo Manes
El neurocientífico dio el salto a la política en 2021. Fue precandidato a diputado por la Unión Cívica Radical en la Provincia de Buenos Aires, la más poblada de Argentina cuyo peso específico en el padrón electoral nacional era del 37% hace dos años. Perdió la elección interna con el 39,6% contra Diego Santilli, del PRO, que absorbió el 60,3% de los votos de Juntos por el Cambio. Manes y Santilli sumados habían obtenido el 37,3% del total de los votos en la Provincia de Buenos Aires. Sobre la potencia electoral que le agregó Manes a la oposición, el neurocirujano declaró que “solo con Diego Santilli Juntos por el Cambio no ganaba las PASO”. Así como el PRO presenta diferencias internas, la Unión Cívica Radical también lo hace dado que el neurocientífico se muestra como una opción diferente a Gerardo Morales.
Miguel Ángel Pichetto
Representa la rama peronista de Juntos por el Cambio. Esa definición casi antagónica, peronismo y Juntos por el Cambio, describe su trayectoria. Se “deskirchnerizó” podría afirmarse. Mauricio Macri le abrió las puertas de la coalición cuando en 2019 le propuso ser su compañero de fórmula en el fallido intento de reelección. En ese entonces, Pichetto integraba un espacio que se llamó Alternativa Federal y se catalogaba como “antigrieta”, en referencia a los que distintos analistas han denominado “grieta” para definir la división política, cultural e ideológica que existe entre distintos sectores del país. Sergio Massa lideraba esa tercera vía, diferente al peronismo kirchnerista y a Juntos por el Cambio. Sin embargo, cuando el ahora ministro de Economía decidió incorporarse al Frente de Todos, ese espacio se desintegró y Pichetto aceptó la propuesta de Macri. Pichetto realizó movimientos pendulares, dado que entre 2001 y 2019 se desempeñó como senador peronista. Allí construyó una larga trayectoria como una especie de “dueño del Senado”. Fue jefe de bancada del kirchnerismo, aunque en diciembre de 2017 rompió el bloque y creó uno nuevo con peronistas no kirchneristas.
De esta manera, sería la primera vez que un espacio político presente al menos 5 precandidatos presidenciales. La competencia interna no le ha sentado mal a Juntos por el Cambio. En 2015 Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió disputaron la primaria y el resultado final catapultó a la coalición a la presidencia. En 2019, sin competencia interna, es decir con candidato único, Juntos por el Cambio no consiguió la reelección. En 2021, en la provincia de Buenos Aires logró derrotar al Frente de Todos luego de superar la contienda entre Santilli y Manes, y en 2023 volverá a aplicar la fórmula de la competencia interna. ¿Le servirá para regresar a la Casa Rosada o tanta oferta de precandidatos desgastará a quien resulte ganador?