Washington (CNN)– Un empleado de la residencia Mar-a-Lago de Donald Trump drenó la piscina del resort en octubre pasado y terminó inundando una habitación donde se guardaban servidores informáticos que contenían registros de video de vigilancia, dijeron a CNN fuentes familiarizadas con el asunto.
Si bien no está claro si la habitación se inundó intencionalmente o si ocurrió por error, el incidente ocurrió en medio de una serie de eventos que los fiscales federales consideraron sospechosos.
Los fiscales han preguntado al menos a un testigo sobre la inundación en la sala de servidores como parte de la investigación federal sobre el manejo de documentos clasificados por parte de Trump, según una de las fuentes.
El incidente, del que no se había informado anteriormente, se produjo aproximadamente dos meses después de que el FBI recuperara cientos de documentos clasificados de la residencia de Florida y cuando los fiscales obtuvieron imágenes de vigilancia para rastrear cómo fueron movidos los registros de la Casa Blanca por el resort. Los fiscales han estado estudiando cualquier intento de obstruir la investigación del Departamento de Justicia después de que Trump recibiera una citación en mayo de 2022 sobre los documentos clasificados.
Los fiscales han escuchado testimonios de que el equipo de información de la sala no sufrió daños durante la inundación, según una fuente.
Sin embargo, la sala inundada, así como las conversaciones y acciones de los empleados de Trump mientras la investigación penal se extendía sobre el club, llamaron la atención de los fiscales. Las circunstancias podrían influir en un posible caso de conspiración para la obstrucción, según dijeron varias fuentes a CNN, mientras los investigadores tratan de determinar si los acontecimientos del año pasado en torno a Mar-a-Lago indican que Trump o un pequeño grupo de personas que trabajaban para él tomaron medidas para tratar de interferir con la recopilación de pruebas por parte del Departamento de Justicia.
Citaciones
Los agentes citaron por primera vez a la Organización Trump para obtener imágenes de vigilancia de Mar-a-Lago el verano boreal pasado, antes del allanamiento realizado en agosto por el FBI. Sin embargo, a medida que se encontraron más documentos clasificados hasta finales del año pasado, los investigadores exigieron más imágenes de vigilancia de la Organización Trump, dijeron fuentes a CNN. Esto incluyó una citación adicional tras el registro del FBI en agosto y una solicitud del Departamento de Justicia para que la Organización Trump conservara imágenes adicionales a finales de octubre, según una de las fuentes.
Al menos dos docenas de personas —desde personal del resort Mar-a-Lago hasta miembros del círculo íntimo de Trump en la finca de Florida— han sido citadas a declarar ante el jurado investigador federal que investiga el manejo de documentos clasificados por parte del expresidente y la posible obstrucción de la justicia, informó anteriormente CNN.
Los fiscales del fiscal especial Jack Smith han estado haciendo preguntas en los últimos meses sobre el manejo de las imágenes de vigilancia en el resort Mar-a-Lago y sobre las conversaciones que los empleados de Trump mantuvieron sobre el sistema de vigilancia tras la citación del verano pasado para obtener las imágenes, según varias fuentes.
Recientemente, los investigadores han hecho preguntas en las que indican que están intentando determinar si los trabajadores de Mar-a-Lago recibieron instrucciones específicas de arriba, en particular del propio Trump, para obstruir la investigación.
En las últimas semanas, los investigadores han preguntado a los empleados de Trump si es posible que haya lagunas en las imágenes de vigilancia que se entregaron y si podrían haber sido manipuladas, según las fuentes.
Enfoque en los empleados de Trump
Los fiscales de la oficina del fiscal especial han centrado sus investigaciones por obstrucción en Trump, el asesor de Trump Walt Nauta y un trabajador de mantenimiento que ayudó a Nauta a mover cajas de documentos clasificados antes de que los agentes federales registraran la propiedad el verano pasado y, posiblemente, en otros lugares, dijeron fuentes a CNN.
Las fuentes dicen que el trabajador de mantenimiento es la persona que drenó la piscina, lo que provocó la inundación de la sala de TI donde se guardaban las imágenes de vigilancia.
El mes pasado, Matthew Calamari Sr., ejecutivo de la Organización Trump desde hace mucho tiempo, y su hijo Matthew Calamari Jr., quienes ocuparon altos cargos en la supervisión de la seguridad en las propiedades de Trump y de la vigilancia del club de Florida, comparecieron ante el jurado investigador.
En ese momento, los investigadores estaban interesados tanto en las conversaciones del trabajador de mantenimiento como en un mensaje de texto de Nauta a Calamari Sr. en el que Nauta pedía hablar.
Mudanza de cajas
Además de preguntar por las cintas de vigilancia, los fiscales interrogaron a los testigos sobre Nauta y el trabajador de mantenimiento moviendo cajas después de que el Departamento de Justicia citara por primera vez a Trump por documentos clasificados en mayo pasado.
Tres semanas después de esa citación, el abogado de Trump, Evan Corcoran, registró un almacén donde se guardaban cajas con documentos de la Casa Blanca. Corcoran encontró unas tres docenas de documentos clasificados y se los entregó a los agentes del FBI al día siguiente, cuando los investigadores llegaron a Mar-a-Lago el 3 de junio.
Corcoran dijo al Departamento de Justicia en ese momento que muchas personas le hicieron creer que no había más documentos clasificados o de la Casa Blanca en el resort y que todos los documentos de la Casa Blanca estarían en el almacén cuando los registrara.
Sin embargo, las imágenes de vigilancia que posteriormente se entregaron al Departamento de Justicia mostraban a Nauta y al empleado de mantenimiento moviendo cajas de documentos por todo el resort, incluso hasta ese almacén, justo antes de que Corcoran las registrara en busca de documentos clasificados. Corcoran entregó 38 registros que encontró al FBI al día siguiente, pero el FBI encontró más de 100 documentos más con marcas clasificadas en agosto, tanto en la oficina de Trump como en el almacén.
Posteriormente, el Departamento de Justicia dijo ante el tribunal que creía que “los registros del gobierno probablemente se ocultaron y se sacaron del almacén”.
Las notas detalladas que Corcoran tomó de ese período sobre sus esfuerzos para representar a Trump tampoco mencionaban que tuviera conocimiento de que se hubiera movido alguna caja con documentos dentro o fuera del almacén en el que se le indicó que buscara para cumplir con las demandas del Departamento de Justicia, dijo una fuente a CNN.
A principios de este año, los fiscales tomaron la extraordinaria medida de citar a Corcoran, con el argumento de que el privilegio abogado-cliente no se aplicaba porque sus conversaciones con el expresidente podrían haber sido parte del intento de Trump de promover un delito. En marzo, un juez ordenó a Corcoran, que se ha abstenido de representar a Trump en el caso Mar-a-Lago, que proporcionara un testimonio adicional. El procedimiento judicial sellado dejó en claro, según dijeron fuentes a CNN, que Corcoran no es el objetivo de la investigación.
Cuando Nauta habló con el FBI el año pasado, inicialmente dijo que no había manipulado cajas ni documentos confidenciales en Mar-a-Lago, según informó anteriormente CNN. Pero cuando el FBI obtuvo las imágenes de vigilancia, cambió su historia y dijo que Trump le había ordenado que moviera las cajas, según un informe anterior de CNN. Nauta dejó de hablar con los investigadores el otoño pasado después de cambiar de abogado.
Más recientemente, el trabajador de mantenimiento habló con los investigadores en una entrevista y le confiscaron el teléfono, según dicen ahora algunas de las fuentes a CNN. Ninguno de los dos ha sido acusado de ningún delito.
– Paula Reid y Kristen Holmes de CNN contribuyeron con este reportaje.