(CNN) – Tira los dados, aterriza en Pennsylvania Avenue y cuenta tu dinero para ver si tienes suficiente para comprar esa propiedad.
El Monopoly puede enseñar a tus hijos más de lo que crees.
Un estudio publicado la semana pasada en la revista Early Years demuestra que jugar juegos de mesa puede ayudar a los niños pequeños a desarrollar habilidades matemáticas más sólidas.
Los investigadores revisaron 19 estudios que analizaban el impacto individual de 25 juegos en el aprendizaje. Según el estudio, en aproximadamente el 32% de los juegos, los niños experimentaron una mejora significativa de su capacidad matemática en comparación con los que no jugaron a ellos.
Los estudios introdujeron juegos como el dominó, Serpientes y escaleras o La gran carrera. Los estudios de la revisión utilizaron diferentes pruebas que se adoptan en educación infantil para medir aspectos como la velocidad y la precisión aritméticas.
Los niños que jugaron a cerca del 52% de los juegos mostraron una mejora en sus habilidades matemáticas después de jugarlos, según Jaime Andrés Balladares Hernández, autor principal del estudio y profesor adjunto de Educación en la Pontificia Universidad Católica de Chile.
“Podría parecer un hallazgo modesto en comparación con los resultados en otras áreas”, dijo Balladares en un correo electrónico. “Sin embargo, estas intervenciones fueron en general breves, con un promedio de 20 minutos por día, dos veces por semana, durante un mes y medio, lo que es un resultado prometedor”.
Invertir en llevar los juegos de mesa a las escuelas podría ser una forma eficaz de mejorar los resultados y hacer que el aprendizaje sea más divertido, afirma Balladares.
“En cuanto al hogar, jugar juegos de mesa siempre es una buena excusa para hablar con la familia (y) conectar con los demás”, añadió.
Por qué funcionan los juegos de mesa
Recuerdas cuando jugabas al Monopoly o al Juego de la Vida.
Tiras un dado, sumas los números y cuentas el número de casillas que puedes mover. Tal vez lleves la cuenta de cuánto dinero tienes para jugar.
Estos pasos aparentemente sin nada especial del juego exponen a los niños pequeños a múltiples representaciones de los números, afirma Doug Clements, distinguido profesor y director del departamento de aprendizaje en la primera infancia de la Universidad de Denver. Clements no participó en el estudio.
“Si sacas un seis en lugar de un cuatro, ves más puntos, cuentas más puntos, avanzas en el camino y tardas más”, añadió. “Hay un factor de tiempo y otro de distancia que se conectan para mostrarte la relación entre el seis y el cuatro”.
No está claro si hay que hacerlo con un juego de mesa o si se puede jugar en línea, como se hace en muchas aulas, dijo Balladares.
La tecnología no es mala, dijo Clements. Algunos juegos virtuales pueden diseñarse para complementar o capturar la experiencia de jugar un juego de mesa, pero hay que hacerlo con cuidado.
“Estudios recientes demuestran que el uso excesivo de estos dispositivos en niños pequeños puede ser potencialmente perjudicial”, dijo Balladares. “Es necesario que tanto las empresas como los responsables políticos colaboren en el desarrollo de juegos de mesa (que sean) contextualmente situados, divertidos y que estén asociados a objetivos de aprendizaje”.
El estudio no analizó los juegos en línea, por lo que no se pueden suponer los mismos beneficios, añadió.
Instrucciones para jugar
Tanto si eres de los que “estudian el libro de instrucciones” como de los que “las tiran y juegan con las reglas de la casa”, hay formas correctas e incorrectas de jugar para maximizar los beneficios del aprendizaje, dijo Clements.
El primer paso es encontrar el juego adecuado. Serpientes y escaleras por ejemplo, se basa en una ruleta de diferentes colores que indica a los jugadores dónde deben poner su ficha, por lo que los niños no trabajan con números, explica.
La siguiente clave es adaptar el juego al nivel del niño. Tal vez haya que tirar un dado o conseguir una ruleta de números para Serpientes y escaleras, explica Clements. O tal vez pase de un dado a dos, de modo que los niños tengan que sumar los números para obtener sus movimientos.
Las familias pueden hacer que los juegos sean progresivamente más difíciles a medida que los niños crecen y aprenden, pero es importante seguir jugando, añadió.
“Las experiencias repetidas que los niños tienen con ellos son lo que realmente ayuda a construir su crecimiento conceptual”, dijo.
Lo más importante, sin embargo, es que las familias hablen y jueguen juntas, dijo Clements.