(CNN) – Rex Heuermann fue acusado de matar a tres mujeres cuyos cuerpos fueron descubiertos a lo largo de un tramo de Gilgo Beach en Long Island en 2010, atados con cinturones o cinta y envueltos en yute.
Heuermann, un hombre casado acusado por las autoridades de llevar una doble vida, enfrenta tres cargos de homicidio intencional por los crímenes de Melissa Barthelemy en 2009 y Megan Waterman y Amber Costello al año siguiente, según el fiscal de distrito del condado de Suffolk. Se ha declarado inocente y está detenido sin derecho a fianza.
El arquitecto neoyorquino de 59 años también es el principal sospechoso de la desaparición y asesinato de una cuarta mujer, Maureen Brainard-Barnes, cuyos restos fueron encontrados cerca del mismo lugar. Todavía no ha sido acusado en ese caso.
Heuermann fue identificado por primera vez como un posible sospechoso a principios de 2022, poco después de que se formara un grupo de trabajo de varias agencias para examinar casos sin resolver que involucraban casi una docena de restos humanos encontrados a lo largo de la costa sur de Long Island entre 2010 y 2011, incluido el caso de las “cuatro de Gilgo”.
Esto es lo que sabemos sobre la muerte de esas cuatro mujeres.
Maureen Brainard-Barnes
Brainard-Barnes tenía 25 años y se cree que era trabajadora sexual cuando fue vista por última vez el 9 de julio de 2007. Había llamado a una amiga en Connecticut, donde vivía, y dijo que tenía una “llamada externa”, según la Policía del condado de Suffolk.
Un amigo denunció la desaparición de la joven al Departamento de Policía de Norwich en Connecticut el 14 de julio. Sus restos fueron encontrados el 13 de diciembre de 2010, en el lado norte de Ocean Parkway, cerca de Gilgo Beach.
Se cree que es la primera víctima de “las cuatro de Gilgo”.
Su hermana, Melissa Cann, le dijo a CNN en 2011 que trató desesperadamente de resolver el misterio de la desaparición de Brainard-Barnes, revisando sus correos electrónicos y registros telefónicos y manteniéndose en contacto con las familias de las otras víctimas.
Cann dijo que su hermana tenía un trabajo de telemercadeo de temporada y recurrió a los servicios de acompañantes desesperada cuando se quedó desempleada y enfrentaba el desalojo.
Melissa Barthelemy
Barthelemy tenía 24 años cuando fue vista por última vez el 12 de julio de 2009, en el apartamento del sótano donde vivía en el Bronx, según el sitio web de la Policía del condado de Suffolk sobre los asesinatos de Gilgo.
La noche en que fue vista por última vez, Barthelemy, quien era trabajadora sexual, le dijo a una amiga que se encontraría con un hombre y que regresaría por la mañana, según el sitio web de la Policía.
La madre de Barthelemy denunció su desaparición el 18 de julio. Los registros de su teléfono celular mostraron actividad en Manhattan, así como en Freeport, Massapequa y Lindenhurst en Long Island.
En julio y agosto de 2009, según una solicitud de libertad bajo fianza de Heuermann, el teléfono de Barthelemy fue utilizado por un hombre para hacer llamadas burlonas a la familia de la víctima.
Steve Cohen, quien era abogado de la madre de Barthelemy en ese momento, le dijo a CNN que la persona que llamó dijo que él había matado a su hija.
“¿Crees que la volverán a ver?”, le preguntó el hombre no identificado que llamó a la hermana de Barthelemy el 26 de agosto de 2009, según Cohen. “No lo harán. Yo la maté”, dijo, y colgó.
En otra llamada telefónica, pocos días después de la desaparición de Barthelemy, Cohen dijo que el hombre no identificado que llamó se refirió a la víctima como una “pu**” en una breve conversación con su hermana, que entonces tenía 15 años.
En una llamada, el hombre describió en detalle gráfico a la hermana de la víctima lo que le había hecho sexualmente a Barthelemy, según Cohen.
Los restos de Barthelemy fueron el primer conjunto de restos femeninos encontrados en los arbustos a lo largo de una franja aislada de propiedad frente al mar. En ese momento, las autoridades estaban buscando a otra mujer desaparecida, Shannan Gilbert, una joven de 23 años de Jersey City, Nueva Jersey, que no había sido vista desde mayo de 2010.
“Todavía no duermo pensando en todo”, dijo Lynn Barthelemy, la madre de la víctima, a CNN en 2011.
Dijo que anotó todo lo que aprendió sobre el caso en un cuaderno y que hablaba regularmente con las familias de otras víctimas.
Los investigadores creen que Barthelemy fue la segunda de las mujeres en ser asesinada.
Megan Waterman
Waterman tenía 22 años cuando fue vista por última vez el 6 de junio de 2010.
La mujer, que residía en Maine, fue vista por última vez por su familia abordando un autobús de Concord Trailways que se dirigía de Maine a Nueva York, según la Policía del condado de Suffolk.
Era trabajadora sexual, dijo la Policía. A la 1:30 a.m. del 6 de junio, salió del Holiday Inn Express en Long Island para encontrarse con un cliente, según la Policía.
Waterman fue reportada como desaparecida en Maine el 8 de junio. Los miembros de la familia dijeron que era inusual que ella no revisara cómo estaba la hija que Waterman había dejado a su cuidado.
Su cuerpo fue encontrado el 13 de diciembre de 2010 cerca de Gilgo Beach.
La familia de Waterman en un momento usó fondos de una organización de derechos humanos sin fines de lucro para contratar un equipo de investigadores privados para ayudar a buscarla.
Dottie Laster, miembro de ese equipo, le dijo a CNN en 2011 que Waterman sonaba deslumbrada cuando llamó a su madre para jactarse de que entre sus clientes se encontraban médicos, abogados y agentes del orden.
Amber Lynn Costello
Costello tenía 27 años y vivía en Long Island cuando fue vista por última vez. Luchó contra una adicción a la heroína y trabajó como acompañante, según la Policía del condado de Suffolk.
Fue vista por última vez saliendo de su casa el 2 de septiembre de 2010 para encontrarse con un cliente. Sus restos fueron encontrados el 13 de diciembre de 2010, cerca de Gilgo Beach. Se cree que es la cuarta víctima.
Los testigos dijeron a los investigadores que el cliente con el que se encontró el día que desapareció había estado en su casa anteriormente. Lo describieron como “un hombre grande y blanco, de aproximadamente entre 1,93 y 1,98 de altura” con anteojos “grandes de estilo ovalado”. Un testigo también dijo que el hombre se parecía a un “ogro”. La solicitud de fianza de Heuermann señaló que la descripción de estos testigos en 2010 coincidía con Heuermann.
La hermana de Costello, Kim Overstreet, le dijo a CNN en 2011 que sacó un anuncio con la esperanza de atrapar al asesino. El anuncio imploraba a otras mujeres que trabajan como acompañantes que llamaran a Overstreet. Quería que le dijeran si alguna vez se encontraban con un cliente que parecía amenazante o con el que sencillamente sentían que algo no iba bien.
“Lo que le pasó a Amber me consume todos los días”, dijo Overstreet en ese momento. “Descubrir quién hizo esto me consume. Me quedo despierta toda la noche investigando y tratando de volver sobre sus últimos pasos”.
Los testigos también dijeron que el hombre conducía un Chevrolet Avalanche de primera generación, una pista clave que, según los fiscales, los ayudó a llegar a Heuermann.