Nota del editor: este reportaje contiene descripciones explícitas de violencia.
(CNN) – Durante décadas, los criminólogos y los documentales sobre crímenes reales han intentado comprender qué lleva a los asesinos en serie a cometer semejantes atrocidades.
Dennis Rader, John Wayne Gacy, Jeffrey Dahmer, Albert DeSalvo y Ted Bundy son solo algunos de los más de 3.600 asesinos en serie documentados en Estados Unidos hasta 2020, según la Universidad de Michigan.
Más recientemente, Rex Heuermann, un arquitecto neoyorquino de 59 años, fue detenido y acusado de asesinato por las muertes de tres de las “Cuatro de Gilgo”, un grupo de cuatro mujeres cuyos restos fueron encontrados a lo largo de un corto tramo de la playa de Gilgo, en Long Island, en 2010. Heuermann, que dijo a su abogado que no es el autor de los asesinatos y se declaró inocente, es también el principal sospechoso del asesinato de la cuarta mujer, pero aún no ha sido acusado en ese caso.
Los asesinatos sin resolver desconcertaron a las autoridades de la costa sur de Long Island después de que la búsqueda de una de las mujeres desaparecidas llevara a los investigadores a encontrar al menos 10 conjuntos de restos humanos además del suyo y desencadenara la caza de un posible asesino en serie. Por el momento, la policía no ha relacionado a Heuermann con los otros ocho restos humanos.
Los asesinatos en serie de Gilgo Beach han vuelto a plantear la cuestión: ¿cómo puede alguien hacer algo así?
CNN habló con tres psicólogos forenses y expertos en este tipo de crímenes para comprender mejor qué lleva a una persona a convertirse en un asesino en serie.
Las conversaciones fueron editadas para mejorar su extensión y claridad.
Los asesinos en serie, ¿nacen así o son producto de su entorno?
Scott Bonn, criminólogo, autor y ponente: Es probable que sea una combinación de ambos. Los psicópatas nacen así, mientras que los sociópatas son producto de la socialización. Hay un espectro, no es blanco o negro, y hay múltiples factores.
Louis Schlesinger, profesor de psicología forense en el John Jay College of Criminal Justice: No se sabe. Pero hay un componente neurobiológico muy fuerte en el asesinato sexual en serie porque el instinto sexual está determinado biológicamente.
Katherine Ramsland, profesora de psicología forense y justicia criminal en la Universidad DeSales: Si estudias un caso, puedes identificar las influencias, pero no puedes generalizar de ese a todos los demás. Se pueden encontrar cosas en común en muchos casos, como abusos o lesiones en la cabeza, pero no en todos los asesinos en serie.
¿Cómo se sabe que alguien es un asesino en serie?
Scott Bonn: La forma de saber que se trata de un asesino en serie es porque deja marcas consistentes, pruebas consistentes de que se trata del mismo individuo.
Louis Schlesinger: Si nos fijamos en los asesinos sexuales en serie, muy a menudo hacen cosas con el cuerpo que van más allá de lo necesario para matar a la persona, como dejar a la víctima en una posición degradante, con las piernas abiertas con cosas metidas o ese tipo de cosas. ¿Por qué hacían eso? Y la respuesta es porque el matar por si solo no es psicosexualmente suficiente. Así que tienen que ir más allá de matar para gratificarse.
¿Qué factores influyen en una persona para que se convierta en un asesino en serie?
Katherine Ramsland: Hay una gran variación en esta población, desde una gama de motivos, antecedentes, edades y comportamientos, hasta diferencias en la fisiología, el sexo, el estado mental y las percepciones que influyen en el razonamiento y las decisiones. Cada persona procesa de forma única una situación determinada de su vida, y algunas gravitan hacia la violencia. Puede ser violencia defensiva o agresiva, psicótica o psicopática, reactiva o depredadora, por citar algunas posibilidades. Cualquier factor (abuso, negligencia, desviación, acoso) puede influir de forma diferente en cada persona, y las nuevas experiencias pueden modificar las percepciones de forma positiva o negativa.
¿Sufren todos los asesinos en serie algún tipo de trauma?
Scott Bonn: Puede haber una correlación entre el trauma infantil, pero no es suficiente para que una persona se convierta en un asesino en serie. Son numerosos factores, que se conjugan en una tormenta perfecta, los que llevan a una persona a convertirse en un asesino en serie.
Louis Schlesinger: La mayoría de la gente quiere buscar un evento decisivo en la vida de alguien que explique este comportamiento: “Es la naturaleza humana, es una tendencia natural, lo hizo porque su madre abusaba de ellos. Lo hizo porque sucedió este evento traumático”. Pero no lo vas a encontrar. Mala crianza y trauma infantil, eso nunca ayuda. Pero esos, en y por sí mismos, no son dispositivos para crear a alguien que sale y mata por gratificacion sexual en serie. Miles de personas han tenido infancias horribles. No van por ahí matando gente una y otra vez.
¿Todos los asesinos en serie son psicópatas?
Scott Bonn: No todos los psicópatas son asesinos en serie, y no todos los asesinos en serie son psicópatas. Ser un psicópata por sí solo no te convierte en un asesino en serie. Tiene que ocurrir algo más. En el caso (de un asesino en serie que) es un psicópata, su cerebro funciona de forma diferente a un cerebro humano convencional. Procesan los estímulos de forma diferente. En particular, en el lóbulo frontal del cerebro, donde se controlan los impulsos. Es lo que evita que actúes simplemente por reacción instintiva inicial y que actúes impulsivamente. Los psicópatas prácticamente no controlan sus impulsos. Muchos psicópatas funcionan increíblemente bien en la sociedad porque son individuos muy impulsivos, motivados, orientados a objetivos. Son descritos como muy organizados, persuasivos y pacientes. Estas son características que distinguen a un gran arquitecto o a un gran vendedor, pero también son atributos perfectos si quieres ser un asesino psicópata.
Louis Schlesinger: El pueblo estadounidense quiere que sus asesinos sexuales en serie sean genios malvados con coeficientes intelectuales de 180 que hablan cinco idiomas. Nada más lejos de la realidad. La gran mayoría son personas no cualificadas, desempleadas, con trabajos de poca responsabilidad. Bundy es un caso atípico.
¿Qué es un asesino sexual en serie?
Scott Bonn: Los impulsos sexuales, la sexualidad y la excitación se entrelazan y se distorsionan con el sadismo, la sangre y la obsesión por el daño y la muerte. Cuando eso ocurre, se desencadena una trayectoria que lleva a alguien a convertirse en un sádico sexual. Esto no sucede de la noche a la mañana. Nadie se levanta una mañana y dice: “Hoy es un gran día para convertirme en un asesino en serie”. Lo que ocurre es que estos impulsos empiezan a despegar alrededor de la adolescencia, quizás incluso antes, a los 11 o 12 años. Se convierte en un bucle de fantasía que se reproduce una y otra vez en sus mentes a lo largo de la adolescencia y hasta los primeros años de la edad adulta. A menudo lo combinan con la masturbación, de modo que fantasean con hacer cosas terribles a la gente, esclavizarla, violarla y matarla, y se excitan sexualmente. En última instancia, esto alcanza lo que a mí me gusta llamar un punto de inflexión, a menudo a principios o mediados de la veintena, en el que esta fantasía ya no puede vivir simplemente en sus sueños. Tienen que llevarla a cabo, tienen que sentirla. Tienen que vivir absolutamente esta experiencia. Y entonces es cuando matan por primera vez.
Louis Schlesinger: Mucha gente, no asesinos seriales, gente común, tiene fantasías sexuales que callan. La pregunta entonces es, si hay un gran número de personas con fantasías sexuales muy desviadas —que se excitan, por ejemplo, infligiendo dolor a otros, torturando—, ¿por qué sólo acúa un pequeño número? No lo sabemos. Pero lo que parece suceder es que hay un desencadenante, una pérdida de algún tipo que inicia la actuación. La pérdida de un trabajo o la de una relación son las dos cosas que tienden a ser desencadenantes en los hombres. Y, por cierto, esta es una situación masculina. No hay mujeres asesinas sexuales en serie.
¿Son todos los asesinos en serie asesinos sexuales en serie?
Louis Schlesinger: Hay un mundo de diferencia entre alguien que está haciendo esto para la gratificación sexual, como Ted Bundy, BTK, el “El estrangulador de Boston” o “Jack el destripador”; esos son asesinos sexuales en serie. Un asesino en serie es alguien que mata en serie. Pueden ser asesinos a sueldo, personal sanitario como enfermeras que matan a pacientes. Si vas a cualquier prisión estatal, encontrarás a varias personas que en su carrera criminal pueden haber matado a dos o tres personas.
Scott Bonn: Los asesinos en serie no son todos iguales. Se clasifican en diferentes categorías, en función de la necesidad psicológica fantasiosa que satisfacen al matar. El público a menudo lo malinterpreta, y creo que llega a la conclusión errónea de que todo es sexo. A veces se trata de poder, dominación y control. Y al igual que el delito de violación, puede ser una actividad sexual, pero en realidad se trata de dominación, poder y control.
Katherine Ramsland: Lo que define a un asesino en serie es un comportamiento específico: haber matado a dos o más víctimas en al menos dos incidentes. Vemos comportamientos comunes a ciertos subconjuntos, pero meter en el mismo saco a todos los delincuentes que han cometido dos o más asesinatos los simplifica demasiado.
¿Hay indicios que sugieran que alguien puede ser un asesino sexual en serie?
Louis Schlesinger: Tengo 10 signos ominosos, cuando se ven en combinación, que indican el riesgo de un potencial asesino sexual:
- El abuso infantil es el número uno que tiene una capacidad predictiva muy baja, pero está en el trasfondo de casi todos los asesinos sexuales en serie en un grado u otro.
- Conducta sexual materna inapropiada. Los chicos necesitan ver a sus madres como asexuadas. Cuando un adolescente ve a su madre comportándose sexualmente es muy, muy desestabilizador.
- Mentiras patológicas y manipulación.
- Fantasía sádica con compulsión a actuar.
- Crueldad animal, particularmente hacia los gatos, porque el gato es un símbolo femenino.
- La necesidad de controlar y dominar a otros.
- Incendio repetitivo.
- Voyeurismo, fetiches y robos sexuales, robos motivados sexualmente.
- Ataques no provocados a mujeres, asociados a emociones misóginas generalizadas.
- Evidencia de comportamiento ritualista o característico.
¿Sienten culpa los asesinos en serie o son conscientes de que lo que hacen está mal?
Scott Bonn: Los asesinos en serie que pueden ser psicópatas o sociópatas tienen trastornos antisociales de la personalidad para los que no hay cura. Saben lo que está bien y lo que está mal, pero no les importa. Las leyes de la sociedad y nuestra moralidad no significan nada para ellos. Por eso los asesinos en serie casi nunca pueden utilizar la defensa por demencia cuando van a juicio, porque no están clínica ni legalmente locos. Simplemente son indiferentes a las leyes de la sociedad e indiferentes al sufrimiento de los demás.
Louis Schlesinger: Saben que lo que hacen está mal. ¿Sienten remordimiento o culpa? Voy a decir que en general, no. Cuando encubres la escena del crimen, cuando usas teléfonos desechables para cubrir tu rastro, eso demuestra que tienes conciencia de culpa y de la ilicitud de tu comportamiento. Por lo tanto, cuando usted llegan a la corte, no hay base para que un jurado los encuentre legalmente locos. Puedes tener todo tipo de trastornos psicológicos. Ahora, estas personas no son normales, obviamente. Pero no están legalmente locos. Considera lo que siempre digo, esto no es física, no hay una fórmula para aplicar a todos estos casos. Por ejemplo, William Heirens, en la década de 1940, era famoso por escribir en las paredes de los baños de sus víctimas: “Atrápenme antes de que mate a más. No puedo evitarlo”. Mataba a sus víctimas y luego les ponía vendas. ¿Intentaba deshacerlo en su mente? En casos abrumadores, no, no sienten culpa, pero el comportamiento de Heirens habla de que esto es más complicado que un sí o un no.
¿Cómo pueden los asesinos en serie llevar una doble vida con tanta facilidad?
Scott Bonn: Con la mayoría de los asesinos en serie, las señales van a ser muy sutiles, porque el problema es que los Ted Bundys del mundo, los John Wayne Gacys, los Dennis Raders se mezclan en la sociedad tan fácilmente porque son camaleones. Tienen la habilidad de cambiar y pasar de ser un hombre de familia a un asesino sádico con solo apretar un botón. Porque lo que hacen se llama compartimentación psicológica.
La compartimentación es la capacidad de separar completamente aspectos de tu vida que parecen contradictorios. Dennis Rader (conocido como BTK) era miembro de la Iglesia Luterana, presidente del consejo eclesiástico, líder de los Boy Scouts, padre ejemplar y hombre respetado en la ciudad, pero también uno de los asesinos en serie más sádicos y horribles del siglo XX. ¿Cómo pueden coexistir esas dos cosas? Es a través de este proceso de compartimentación, donde son capaces de separarlas completamente. Así que no hay contradicción, no sufre ninguna ambigüedad, ninguna disonancia cognitiva como resultado. Para él son dos cosas completamente diferentes.
¿Qué opina de Rex Heuermann, el sospechoso de los asesinatos de Gilgo Beach?
Katherine Ramsland: No está condenado, así que no podemos decir en este momento que sea un asesino en serie. Que las víctimas sean trabajadoras sexuales no significa que la motivación fuera sexual. En los documentos legales, hay una sugerencia de que uno de los incidentes fue por venganza por haber sido estafado. Si los asesinatos le excitaban sexualmente y por eso lo hacía, entonces es un homicidio sexual en serie.
Scott Bonn: Tan pronto como me enteré de que (el asesino) se deshacía cuidadosamente de los cuerpos en una zona muy aislada y desolada de Long Island, de difícil acceso, y que desmembraba meticulosamente los cuerpos y los envolvía en sacos de yute, los ataba apretada y ordenadamente y los depositaba allí, supe —basándome en casos anteriores— que iba a ser un individuo muy organizado, meticuloso, impasible, planificador, sofisticado, probablemente profesional, probablemente muy elocuente y persuasivo, y que vivía en esa zona, porque tenía que conocerla íntimamente.