(CNN) — Existe una tendencia a observar los diferentes elementos de la inmigración de manera aislada.
- El Departamento de Justicia de EE.UU. demandó a Texas por su decisión unilateral de poner barreras flotantes a lo largo de la frontera.
- Nueva York y otras ciudades señalan que están abrumadas por los autobuses con migrantes que llegan desde la frontera.
- Ante la ausencia de una acción por parte del Congreso, las decisiones judiciales están fijando la política fronteriza de EE.UU.
Sin embargo, todos los elementos están interrelacionados.
Hablé con Priscilla Alvarez, de CNN, para conocer cuál es su perspectiva como reportera de la Casa Blanca con una amplia experiencia informando sobre todos los aspectos que entran en juego en la inmigración. Nuestra conversación, a través correo electrónico, aparece a continuación. Y no te pierdas el reporte que publicó este martes: Juez federal bloquea la controvertida política de asilo de Biden y le asesta un duro golpe a su gobierno.
La demanda contra Texas por las barreras flotantes
Wolf: El gobierno de EE.UU. demandó a Texas para que retire las barreras flotantes en el río Grande. Pero esta es solo la más reciente de una serie de medidas cada vez mayores que Texas ha tomado por su cuenta para mantener a los migrantes fuera del país. ¿Cuál es la situación en la frontera?
Alvarez: El manejo de la frontera entre Estados Unidos y México ha sido durante mucho tiempo un punto de discusión entre el presidente (Joe) Biden y el gobernador de Texas, Greg Abbott, quien ha argumentado que la administración federal no ha hecho lo suficiente para cuidar la frontera.
Como una afrenta a las políticas fronterizas de Biden, Abbott transportó a migrantes desde Texas hasta ciudades lideradas por demócratas sin coordinarse con los funcionarios locales de esos lugares, desplegó más personal en la frontera entre Texas y México y, a principios de este mes, instaló boyas en el río Grande.
Históricamente, los agentes fronterizos han trabajado de cerca con la Guardia Nacional de Texas y el Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS, por sus siglas en inglés). Sin embargo, las recientes medidas que ha tomado el estado han dificultado las operaciones del día a día.
El DPS dificultó el acceso a ciertas partes de la frontera entre Texas y México, lo que marcó una distancia en la coordinación que existía anteriormente entre las fuerzas del orden. Los agentes en el terreno también han enviado informes regulares a la sede principal de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) sobre lo que han observado mientras la operación de Abbott está en marcha, me dijo un funcionario de Seguridad Nacional.
Sin embargo, las imágenes alarmantes de migrantes con heridas y los informes preocupantes acerca de que las tropas de Texas han empujado a las personas de regreso a México obligaron al gobierno de Biden a tomar medidas.
La semana pasada, el Departamento de Justicia dijo que evalúa la situación a lo largo de la frontera entre Texas y México. Este lunes, el Departamento de Justicia presentó una demanda por un asunto distinto, aunque relacionado: la instalación de una barrera flotante. La demanda sostiene que Texas no solicitó autorización antes de ubicar las boyas en el río Grande y que esto representa una amenaza para la navegación.
Esa batalla judicial podría tardar meses en desarrollarse. Mientras tanto, podría alimentar las tensiones entre los agentes y tropas en el terreno, y aumentar aún más la disputa entre Biden y Abbott.
Por qué no hubo un aumento de migrantes como se esperaba
Wolf: Has escrito sobre cómo nunca se materializó el aumento de migrantes que se esperaba una vez terminara la implementación del Título 42, una política de la era del covid-19. ¿Qué pasó?
Alvarez: Demos algo de contexto primero. La inmigración suele ir y venir.
Sin embargo, la administración de Biden ha tenido que lidiar con un movimiento de personas masivo y sin precedentes en el hemisferio occidental, que es en parte el resultado de la pandemia de coronavirus que diezmó las condiciones en la región.
El gobierno se basó en una orden de salud pública, conocida como Título 42, para expulsar rápidamente a los migrantes de regreso a México o a sus países de origen. Esa medida había sido invocada bajo la administración del expresidente (Donald) Trump y utilizada para rechazar a migrantes, incluidos solicitantes de asilo, en la frontera entre Estados Unidos y México por motivos de salud pública.
En los días previos a que terminara la implementación del Título 42, miles de migrantes intentaron cruzar la frontera sur de EE.UU., sabiendo que podrían enfrentar sanciones más duras después del fin de la medida, incluidas prohibiciones de reingreso a Estados Unidos.
Y ese, de hecho, ha sido el caso. El aumento de las deportaciones y las políticas más estrictas, junto con otras nuevas vías legales hacia Estados Unidos, parecen haber reducido la cantidad de personas que intentan cruzar ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México.
En junio, por ejemplo, la Patrulla Fronteriza de EE.UU. arrestó a casi 100.000 migrantes a lo largo de la frontera sur, lo que marca una disminución con respecto a mayo y representa la cifra mensual de encuentros fronterizos más baja desde febrero de 2021, según datos de la CBP.
Traslado de migrantes a ciudades lejanas en EE.UU.
Wolf: Lejos de la frontera en Texas, el alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, después de dar la bienvenida a los migrantes en autobús, ha insistido con creciente urgencia que la ciudad está llena. Los migrantes ahora también son transportados en autobús a Los Ángeles. ¿Qué es lo más reciente en esta estrategia de traslados?
Alvarez: El transporte de migrantes todavía está sucediendo. Desde el año pasado, Texas ha trasladado en autobús a más de 27.000 migrantes a 6 ciudades, según la oficina de Abbott. Las ciudades incluyen Washington, Nueva York, Chicago, Filadelfia, Denver y Los Ángeles.
Uno de los principales problemas con el transporte de migrantes a estas ciudades que los funcionarios suelen alertar es la falta de coordinación. La oficina del gobernador generalmente no notifica a las ciudades que los migrantes van en camino, dejando que las ONG (organizaciones no gubernamentales) fronterizas traten de llenar el vacío de información.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que los migrantes que son liberados de la custodia del gobierno han sido examinados y procesados por las autoridades federales y son liberados a medida que avanzan en los procedimientos judiciales de inmigración. Un juez de inmigración decide en última instancia si un migrante tiene motivos para permanecer en Estados Unidos o si se le ordena su expulsión.
¿Quién está realmente tratando de resolver este problema?
Wolf: Todas estas cosas están relacionadas: los esfuerzos de Texas para crear su propia política fronteriza, la dificultad que enfrentan Nueva York y las ciudades al lidiar con la afluencia de inmigrantes. Todo se alimenta de la falta de una reforma migratoria más integral. ¿Hay algún movimiento en el Congreso para tratar todo esto de manera integral?
Alvarez: Ambos partidos han presentado proyectos de ley que abordan el sistema de inmigración. El representante republicano de Texas Tony Gonzales, por ejemplo, propuso una legislación que aborda los programas de visas de trabajo, entre otros aspectos del sistema. Pero es un tema tan divisivo que la legislación tiene dificultades para avanzar.
Ambos partidos están tan alejados en el tema, aunque los demócratas y los republicanos reconocen que el sistema de inmigración de EE.UU. no funciona, no pueden ponerse de acuerdo sobre cómo solucionarlo.
Sin una reforma integral, el gobierno federal debe implementar un mosaico de políticas y luego jugar a la defensiva cuando se presentan demandas en su contra, lo que a menudo resulta en un latigazo político.