Nota del editor: Edith Bracho-Sánchez es pediatra de atención primaria, directora de telemedicina pediátrica y profesora adjunta de Pediatría en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia. Es presentadora del podcast “The Stuff that Matters for Kids’ Health” de Columbia Children’s Health.
(CNN) – Los menores latinos que viven en estados con leyes más estrictas hacia los inmigrantes y con prejuicios sistémicos contra ellos son más propensos a sufrir problemas de salud mental o trastornos físicos crónicos, según un nuevo estudio.
Para el estudio, publicado este martes en la revista Pediatrics, los investigadores utilizaron datos representativos a nivel nacional de 17.855 niños latinos, de entre 3 y 17 años, de la Encuesta Nacional de Salud Infantil realizada entre 2016 y 2020. Los cuidadores fueron encuestados sobre tres áreas de la salud de los menores: dificultades de salud en el último año; condiciones físicas crónicas diagnosticadas por un proveedor médico, como asma, diabetes o una afección cardíaca; y condiciones actuales de salud mental también diagnosticadas por un proveedor médico. A continuación, se compararon las puntuaciones de salud con la puntuación de “desigualdades” de cada estado, que tenía en cuenta las políticas estatales de exclusión hacia los inmigrantes y las actitudes hacia las comunidades latinas.
Los niños latinos que vivían en estados con mayores desigualdades tenían más probabilidades de padecer uno o más problemas de salud física y dos o más problemas de salud mental, incluso después de tener en cuenta las experiencias individuales de discriminación y la situación socioeconómica. Entre los estados con mayor desigualdad se encontraban Alaska, Alabama y Nebraska, mientras que California obtuvo la puntuación más baja.
Se sabe que los menores latinos, que constituyen una cuarta parte de la población infantil de Estados Unidos, tienen peores resultados que los menores blancos no latinos en lo que se refiere a enfermedades comunes como las respiratorias y la obesidad. Se cree que las desigualdades sistémicas afectan a la salud de los niños al causarles estrés crónico y privarles de los recursos necesarios para un desarrollo saludable. Estas desigualdades incluyen actitudes y retórica prejuiciosas dirigidas a las minorías raciales o étnicas, así como leyes diseñadas para excluir a las personas de la obtención de servicios sanitarios, empleo en el sector privado, vivienda y educación.
Según la Dra. Natalie Slopen, investigadora principal del estudio y profesora adjunta del Departamento de Ciencias Sociales y del Comportamiento de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, antes de este estudio apenas se había investigado el impacto de factores sociales y sistémicos más amplios en la salud de los menores latinos.
“Nuestra esperanza es que estos resultados puedan servir de base para estudios futuros que identifiquen enfoques a nivel macro para abordar las desigualdades en materia de salud”, dijo Slopen.
Para el Dr. Ilan Shapiro, pediatra, los resultados del estudio no son sorprendentes. “Lo he visto en todas partes donde he ejercido la medicina: Illinois, Florida y ahora California”, afirmó Shapiro, corresponsal jefe de salud y responsable de asuntos médicos de Altamed, una red de salud comunitaria con sede en California.
Los niños de las comunidades latinas con una verdadera red de seguridad a su alrededor ven cómo mejora su salud, y los que carecen de ella la ven resentirse, añadió. Esta red de seguridad incluye el acceso a servicios médicos en forma de clínicas de salud comunitarias, así como el acceso a alimentos y viviendas saludables y asequibles, según Shapiro.
En la encuesta no se preguntó a los cuidadores por sus experiencias personales con estas desigualdades. En su lugar, midió las desigualdades a nivel estatal y las correlacionó con las puntuaciones de salud.
“Esto sitúa los hallazgos en el ámbito de las políticas públicas con una llamada a la acción para abordar los mandatos estatales que afectan directamente a los niños individualmente”, dijo la doctora Nathalia Jiménez, profesora y vicepresidenta de Equidad, Diversidad e Inclusión en el Departamento de Anestesiología y Medicina del Dolor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en un comentario publicado también este martes en la revista Pediatrics.
El estudio, señala Shapiro, se realizó antes de la pandemia de covid-19, que se sabe recortó aún más el acceso a servicios críticos para la comunidad latina. “Sospecho que si hiciéramos el mismo estudio hoy, observaríamos un impacto aún mayor en la salud de los niños latinos”, afirmó.
El futuro de cualquier país está sobre los hombros de sus niños, dijo Shapiro.
“No actuar sobre la base de esta información es como tener un resultado positivo en una prueba de detección de cáncer, saber cuál es el tratamiento pero no hacer nada al respecto”, añadió. “Podemos elegir, y tenemos que elegir crear sistemas mejores”.
Para Jiménez, las políticas que afectan a una cuarta parte de los niños de EE.UU. tienen implicaciones reales para la salud de todo el país.
“A nivel social, este estudio aporta más pruebas de que la política de inmigración es política de salud”, afirmó.