(CNN) – Uno de los líderes de los Proud Boys que encabezó la fatal marcha de esa organización de extrema derecha hacia el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021 fue sentenciado a 17 años de prisión, una de las condenas más largas dictadas hasta ahora contra un agitador convicto.
Un jurado de la ciudad de Washington condenó a Joe Biggs por varios cargos, incluido conspiración sediciosa para intentar impedir por la fuerza la transferencia pacífica del poder del entonces presidente Donald Trump a Joe Biden después de las elecciones de 2020.
“Nuestra Constitución y nuestras leyes te otorgan muchos derechos importantes por los que los estadounidenses han luchado y muerto y que incluso tú mismo te pones un uniforme para defenderlos”, dijo el juez de distrito Timothy Kelly al dictar la sentencia. “Gente de todo el mundo daría cualquier cosa por esos derechos”.
Pero el 6 de enero de 2021, dijo Kelly, “se rompió nuestra tradición de transferencia pacífica del poder” en Estados Unidos.
“La naturaleza del momento constitucional en el que nos encontrábamos ese día es algo tan sensible que merece una sentencia significativa”, afirmó.
Inicialmente, los fiscales pidieron a Kelly que condenara a Biggs a 33 años de prisión, casi el doble de la sentencia más larga que ha recibido un acusado en relación con este ataque, argumentando que Biggs y sus coacusados ”se posicionaron intencionalmente a la vanguardia de la violencia política en este país” durante años y el 6 de enero de 2021 buscaron “cambiar el curso de la historia estadounidense”.
Pero Kelly fue muy por debajo de esa solicitud, diciendo que no quería “minimizar la violencia que ocurrió” durante el ataque al Capitolio, pero que tenía que ser consciente de las otras personas sentenciadas por su conducta el 6 de enero de 2021 para no crear disparidades grandes o injustificadas.
Esta fuerte sentencia es la segunda más larga dictada para un acusado que fue parte del ataque al Capitolio. El líder y fundador de Oath Keepers, Stewart Rhodes, recibió la sentencia más larga de 18 años de prisión.
“Mi curiosidad se apoderó de mí”
En un apasionado llamamiento al juez, Biggs, vestido con un traje naranja de prisión, dijo: “Sé que tengo que ser castigado y lo entiendo”, pero añadió: “Por favor, dame la oportunidad, te lo ruego, de llevar a mi hija a la escuela y recogerla”.
“Sé que cometí un error ese día, pero no soy un terrorista”, dijo entre lágrimas. Biggs dijo que fue “seducido” por la turba y que “simplemente siguió adelante”.
“Quería ver qué sucedería”, dijo. “Mi curiosidad se apoderó de mí y tendré que vivir con eso por el resto de mi vida”.
Durante un juicio que duró un mes y que fue en ocasiones tumultuoso, los fiscales presentaron pruebas de que Biggs y tres de sus coacusados, Ethan Nordean, Zachary Rehl y Enrique Tarrio, planearon y alentaron ampliamente la violencia en el período previo al ataque al Capitolio.
Cuando estalló el motín, Biggs, Nordean y Rehl se hicieron a un lado mientras que otros, incluido el quinto acusado, Dominic Pezzola, atacaron a la Policía en la primera línea y entraron al Capitolio, argumentaron los fiscales en el juicio.
Cuatro de los acusados —Biggs, Tarrio, Nordean y Rehl— fueron declarados culpables de conspiración sediciosa, mientras que Pezzola fue absuelto de ese cargo.
Los cinco de Proud Boys fueron declarados culpables de otros cargos relacionados con el 6 de enero, que incluyen: obstrucción de un procedimiento oficial, conspiración para impedir que un oficial cumpla con sus funciones, obstrucción de la aplicación de la ley durante un desorden civil, destrucción de propiedad del gobierno y complicidad.
En un expediente judicial antes de la audiencia de sentencia de este jueves, los fiscales escribieron que “la conducta de estos acusados es más atroz que la de los acusados de Oath Keepers y justifica sentencias mayores”.
Biggs, dictaminó Kelly anteriormente en la audiencia de este jueves, estaba sujeto a penas de sentencia más severas por terrorismo interno porque derribó una cerca en los terrenos del Capitolio durante el motín que separó a los agentes del orden de la turba, acercando a la turba un paso más a irrumpir en el Capitolio.
El Departamento de Justicia ha buscado anteriormente lo mismo en otros casos relacionados con el 6 de enero, aunque los jueces rara vez la han aplicado, en particular para miembros o asociados de la organización de extrema derecha Oath Keepers.
La irrupción de la turba en el Capitolio “puso en vereda al Poder Legislativo”, dijo el fiscal Jason McCullough al defender el aumento, y “nos empujó al borde de una crisis constitucional”.
“Cuando un padre considera si puede llevar a un niño a un lugar de votación y lo piensa dos veces, cuando una pareja decide si debe asistir a una toma de protesta y lo piensa dos veces; eso es lo que (los Proud Boys) pretendían hacer: su objetivo era intimidar y aterrorizar a los funcionarios electos, a las fuerzas del orden y al resto del país con el que no estaban de acuerdo, y obligarlos a aceptar su punto de vista”, continuó McCullough.