Huracán Lee.

(CNN) – Lee se intensificó rápidamente a un ritmo histórico hasta convertirse en un huracán categoría 5 durante la noche de este jueves, sumándose a una serie de ciclones extremadamente fuertes este año y durante las últimas décadas que, según los expertos, es un síntoma de la crisis climática.

Lee es el octavo huracán categoría 5 en el Atlántico norte desde 2016, lo que significa que el 20% de los ciclones de esta categoría registrados en la cuenca han ocurrido en los últimos siete años, según muestra un análisis de CNN de la base de datos de huracanes de la NOAA.

De hecho, este año ya se han formado huracanes categoría 5 en las siete cuencas oceánicas donde se producen los ciclones tropicales, incluido el huracán Jova, que también se fortaleció rápidamente a categoría 5 a principios de esta semana.

“El aumento de los ciclones de categoría 4 o 5, especialmente los que hemos visto en los últimos dos años con una rápida intensificación, es una señal reveladora del cambio climático, que es exactamente lo que esperamos que sucediera en un mundo más cálido”, explicó a CNN Kevin Reed, experto en huracanes y profesor de la escuela de ciencias marinas y atmosféricas de la Universidad Stony Brook.

Jim Kossin, experto en huracanes de la Universidad de Wisconsin-Madison y de la First Street Foundation, una organización sin fines de lucro con sede en Brooklyn, está de acuerdo. Advierte que la base de datos de la NOAA no registra por completo los ciclones antes de la era de los satélites y que, si bien los avances tecnológicos han facilitado la posibilidad de medir los huracanes, todavía es difícil determinar la tendencia real.

Aún así, señaló, al ritmo vertiginoso al que se están calentando los océanos, es probable que los ciclones tropicales de alta intensidad se produzcan con mayor frecuencia.

“Es muy probable que haya más huracanes categoría 5 ahora que hace 40 años”, dijo Kossin a CNN.

La forma principal en que los ciclones tropicales alcanzan la categoría 4 o 5 es mediante un rápido proceso de intensificación, cuando los vientos se fortalecen rápidamente al menos a 56 km/h en 24 horas o menos, dijo Reed.

Esta es solo de una de las formas en que los expertos dicen que la crisis climática ha llevado a que los huracanes sean más peligrosos, ya que las aguas más cálidas permiten que las tormentas se fortalezcan más rápido y alcancen categorías más altas en la escala de velocidad del viento de los huracanes. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, más del 90% del calentamiento global en los últimos 50 años se produjo en los océanos.

“En pocas palabras, como las temperaturas de la superficie del mar son cálidas, debido a las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre, aumentará la probabilidad de que cualquier evento experimente una rápida intensificación”, dijo Reed.

La rápida intensificación se produce cada vez más a medida que las tormentas se acercan a tocar tierra, lo que hace que sea más difícil prepararse para ellas. El huracán Idalia se intensificó rápidamente a 89 km/h en 24 horas antes de tocar tierra a lo largo de la zona conocida como Big Bend, en el noroeste de Florida, como huracán categoría 4 a fines del mes pasado.

Y en el Atlántico Norte, donde las temperaturas del océano han estado por las nubes, tormentas como Lee se han dado un buen festín.

Los vientos de Lee aumentaron 137 km/h en 24 horas, el tercer ciclón más rápido en términos de intensificación registrada en el océano Atlántico, según el meteorólogo investigador de la NOAA, John Kaplan.

“No hay duda de que las aguas oceánicas excepcionalmente cálidas que estamos viendo tienen la huella humana”, dijo Kossin. “Si a esto le sumamos los efectos de calentamiento de El Niño que se produjeron este año, tenemos una receta que puede batir muchos récords de temperatura”.

Kossin señaló que esto es especialmente cierto en el este del Pacífico Norte, donde se concentra más el calentamiento debido a un creciente fenómeno de El Niño. “Jova está allí en el medio, y el agua cálida ciertamente impulsó la rápida intensificación”, añadió.

Una cosa es segura: a medida que los océanos del mundo continúan calentándose, los expertos dicen que la frecuencia con la que estas tormentas a gran escala pueden ocurrir e intensificarse no hará más que aumentar.