(CNN Español) – El astronauta Frank Rubio, estadounidense de origen salvadoreño, batió el récord de la misión espacial más larga realizada por un astronauta de EE.UU. Duró 371 días en la órbita terrestre baja.
Rubio, quien estuvo en la Estación Espacial Internacional desde septiembre de 2022, superó el pasado 11 de septiembre el récord anterior, que ostentaba el astronauta retirado de la NASA Mark Vande Hei, según un portavoz de la agencia espacial.
Después, Rubio alcanzó otro hito importante. La cápsula rusa Soyuz lo trajo de vuelta a la Tierra a él y a sus dos compañeros de tripulación, los cosmonautas Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin, el 27 de septiembre.
Así se convirtió en el primer estadounidense en pasar más de un año calendario en microgravedad.
En total, Rubio y sus compañeros recorrieron 253,3 millones de kilómetros y completaron 5.963 órbitas de la Tierra, según la NASA.
No es un récord mundial
Su estadía de 371 días no es un récord mundial para la misión espacial más larga. El difunto cosmonauta ruso Valeri Polyakov, que registró 437 días continuos en órbita a bordo de la estación espacial rusa Mir entre enero de 1994 y marzo de 1995, ostenta ese título.
Un cosmonauta ruso también ostenta el récord actual de mayor número de días acumulados en el espacio. Gennadi Padalka obtuvo ese título, superando a otro cosmonauta en 2015, al lograr un total de 879 días en el transcurso de cinco vuelos espaciales distintos.
El récord de un estadounidense con más días acumulados en el espacio lo ostenta Peggy Whitson con un total de 675 días en órbita.
De El Salvador al espacio exterior
Nacido en Los Ángeles de padres salvadoreños, Rubio es parte de una misión conjunta entre la NASA y Roscosmos, un sueño para el que él se ha preparado toda su vida.
En un video de presentación de la agencia estadounidense en 2022, el astronauta de 47 años relató que el haber sido el hijo de una adolescente migrante que lo crió por su cuenta le enseñó el valor de la autosuperación y el esfuerzo: “Soy el resultado de muchos sacrificios y de grandes equipos”. Su madre, Myrna Argueta, vive actualmente en El Salvador.
Ahora, casado con su esposa Débora y padre de cuatro hijos, Rubio recuerda cómo se unió al Ejército en el año 1998 con el objetivo de pagar sus estudios universitarios. Tras graduarse de la Academia Militar, obtuvo un doctorado en medicina de la Universidad de Servicios Uniformados de Ciencias de la Salud en 2010, tras lo cual fue proveedor ejecutivo médico y cirujano de vuelo en Redstone Arsenal, Alabama.
Posee una carrera militar extensa: ha volado más de 1.100 horas, incluyendo más de 600 horas de combate durante sus despliegues en Bosnia, Afganistán e Iraq. Para eso, obtuvo una certificación como piloto de helicópteros.
Pero en el año 2017 un impulso lo llevó a dar un paso más allá de su carrera militar, al intentar ingresar a la NASA para convertirse en astronauta: Rubio fue uno de los 12 seleccionados de entre nada menos que unos 18.000 aspirantes.
Desde entonces, ha completado un programa de entrenamiento de astronauta de dos años que ha incluido desafíos físicos y académicos grandes, desde sistemas de soporte vital hasta manejo de electricidad en la Estación Espacial Internacional, pasando por entrenamientos físicos a bordo de aviones que pueden volar a velocidades supersónicas como el Northrop T-38 Talon.
“El mayor desafío para muchos es la amplitud de las cosas que tenemos que estudiar”, dijo Rubio al sitio del Ejército.
Una hazaña no programada
La misión de Rubio no fue diseñada originalmente para batir récords.
Cuando Rubio partió hacia la estación espacial a bordo de una cápsula rusa Soyuz el 21 de septiembre de 2022, él y sus compañeros de tripulación creían que estaban llevando a cabo una misión de seis meses. Pero la nave espacial que transportaba a Rubio y sus dos colegas rusos sufrió una fuga de refrigerante en diciembre. Posteriormente, los funcionarios de Roscosmos, la agencia espacial rusa, consideraron que la nave espacial no era segura para llevar a la tripulación de regreso a casa.
En cambio, la cápsula Soyuz MS-22 regresó a la Tierra sin tripulación el 28 de marzo. Y Roscosmos lanzó una nave espacial de reemplazo, MS-23, que se acopló a la estación espacial el 25 de febrero. La fecha de regreso de Rubio se retrasó hasta septiembre mientras Rusia preparaba la otra nave Soyuz.
Así lo contó en una entrevista para el servicio de noticias del Ejército de EE.UU., en la que compartió cómo se prepara para convertirse en el primer salvadoreño y próximo ingeniero a bordo de la Expedición 68, parte del proyecto de la NASA Artemis, una iniciativa que busca volver a llevar seres humanos a la Luna para el año 2025 y, con el tiempo, dar paso a la exploración humana en Marte.
En una entrevista reciente con CNN, Rubio dijo que si hubiera sabido que su estancia en la estación espacial sería el doble de lo previsto originalmente, “probablemente habría declinado” la asignación antes de comenzar el entrenamiento.
“Y eso solo por las cosas familiares que estaban pasando este último año”, dijo. “Y si hubiera sabido que tendría que perderme esos acontecimientos tan importantes, simplemente habría tenido que decir: ‘gracias, pero no, gracias’”.
La misión
Rubio viajó a la estación espacial en una nave espacial rusa como parte del acuerdo de intercambio de tripulación entre la NASA y Roscosmos que se selló en el verano de 2022.
Los funcionarios de la NASA asignaron a Rubio para viajar a bordo de la Soyuz MS-22, mientras que Roscosmos puso a la cosmonauta Anna Kikina en una misión SpaceX Crew Dragon que despegó en octubre de 2022 y regresó a casa el 11 de marzo.
Durante su estancia en el espacio, Rubio vio a varias tripulaciones de astronautas rotar a través de vehículos SpaceX. Aparte de la tripulación del Axiom-2 que visitó en mayo, astronautas del SpaceX Crew-6 han ido y vuelto desde la llegada de Rubio. Y el grupo Crew-7, que incluye astronautas de la NASA, Roscosmos, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón y la Agencia Espacial Europea, llegó a la estación en agosto.
Frank Rubio vivió el mayor desafío de su carrera. No sólo porque su viaje a la Estación Espacial Internacional es parte del más amplio programa Artemis, que busca preparar las condiciones para que los seres humanos puedan regresar a la Luna y también visitar Marte. Sino porque también fue su primer viaje al espacio a la Estación Espacial Internacional.
La EEI funciona gracias a una colaboración entre Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y la Agencia Espacial Europea. Este año, producto de la guerra en Ucrania y las posteriores sanciones occidentales contra Moscú, sus actividades y misiones estuvieron a punto de verse interrumpidas. Finalmente, en agosto de 2022, la NASA confirmó que Rusia se había comprometido a continuar trabajando en la EEI incluso después de 2024.
Entre otras investigaciones y experimentos en materia científica y tecnológica que se han llevado adelante en la EEI, figuran los paseos espaciales, las investigaciones en torno a la microgravedad y cómo esta afecta al cuerpo humano y experimentos relativos a la posibilidad de fabricar órganos humanos.
Con información de Jackie Wattles y Kristin Fisher de CNN y Sofía Benavides de CNN en Español