Tafeghaghte, montañas del Atlas (CNN) – Con un elegante traje vacacional y lentes de sol, Chadia Halimi parecía un poco fuera de lugar en el polvoriento campamento a las afueras de Tafeghaghte, un pueblo en las montañas del Atlas marroquí que fue arrasado durante el terremoto de la semana pasada.
“No son las vacaciones que había planeado”, declaró el martes a CNN esta francesa de 26 años. “Pero estaba aquí y quería ayudar. Esta gente no tiene nada”.
Halimi estaba de vacaciones en Marruecos cuando ocurrió el terremoto la semana pasada. Dijo que estaba conmocionada y se sentía afortunada de estar viva. Cuando en la televisión apareció un llamado a voluntarios, ella se apuntó. Pocas horas después, estaba en las montañas con una ONG llamada El Baraka Angels, repartiendo donativos y consolando a la gente.
El devastador terremoto mató a más de 2.900 personas y dejó a decenas de miles sin hogar. Muchos de los sobrevivientes tuvieron que esperar durante días a que llegara la ayuda oficial del gobierno, dependiendo en su lugar de la ayuda organizada y entregada de forma privada por pequeños grupos de voluntarios de todo el país.
El gobierno de Marruecos dijo a principios de esta semana que era difícil entregar la ayuda donde más se necesitaba, porque las zonas donde el terremoto causó los peores daños estaban en regiones montañosas de difícil acceso.
CNN visitó varias aldeas donde los lugareños dijeron sentirse abandonados por el gobierno.
“No pasa nada. Solo estamos esperando. Decidieron no hacer nada. Solo nos dicen que tengamos paciencia, nos hacen promesas”, dijo a CNN Sami Sensis, cuyos padres murieron en el pueblo de Moulay Brahim el domingo, unas 36 horas después del terremoto.
Ibrahim Goodman, que sobrevivió al terremoto en un pequeño pueblo cerca de Asni, dijo que la gente esperó casi 48 horas antes de que llegara la ayuda. En el pueblo de Ifghan, AbdelHaq Edabdelah, cuyo hombro resultó gravemente herido al quedar sepultado entre los escombros, decidió atravesar a pie un tramo destruido de una carretera para buscar un médico cuando quedó claro que la ayuda médica no iba a llegar.
Sin embargo, Amal Zniber, que dirige la organización benéfica marroquí Amis Des Écoles y cuenta con años de experiencia en labores de ayuda humanitaria, afirma que las personas cuyas vidas acaban de sufrir una tragedia pueden no ver el panorama completo.
“Es absolutamente falso que el gobierno no haya ayudado. El gobierno ha estado ahí desde el primer día”, dijo a CNN.
“El alcance de lo ocurrido es tan extremo que no se puede estar en todas partes al mismo tiempo en ese momento. A veces hay que dar un paso atrás y evaluar. Y el objetivo principal era poner a salvo a la gente y despejar las carreteras para poder llegar a las personas que no tenían medios”, añadió.
Marruecos acepta la ayuda de un puñado de países
Cuando se hizo patente la devastación del terremoto, varios países se ofrecieron a enviar ayuda.
El domingo, el Ministerio del Interior marroquí explicó que “realizó una cuidadosa evaluación de las necesidades sobre el terreno” y afirmó que una “falta de coordinación en estos casos sería contraproducente”.
Dijo que, basándose en la evaluación, aceptó ofertas de apoyo de España, Qatar, Reino Unido y Emiratos Árabes Unidos, pero que aún no ha respondido a otras ofertas.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo el sábado que EE.UU. estaba “listo para proporcionar cualquier asistencia necesaria” a Marruecos, pero Marruecos no la ha pedido hasta ahora.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo que París también estaba dispuesto a ayudar siempre que las autoridades marroquíes “lo consideren útil”.
Cuando Marruecos no aceptó la oferta de Francia, desató la indignación de algunos medios de comunicación franceses, que informaron que la negativa podría deberse a las relaciones diplomáticas. Macron calificó esas informaciones de “polémicas infundadas”.
Aunque ha habido una frustración palpable sobre el terreno, Francia también dijo que Marruecos no había rechazado la ayuda, mientras que en su declaración el Ministerio del Interior dijo que todavía podría buscar ayuda de otros “países amigos”.
Para este lunes, la respuesta oficial era más notable incluso en algunas de las zonas más remotas. Las grandes tiendas amarillas proporcionadas por el gobierno estaban apareciendo en los pueblos de las montañas, dando cobijo a las personas que habían permanecido a la intemperie desde el terremoto del viernes.
Se estaba entregando maquinaria pesada, incluidas excavadoras y otros equipos. Los militares organizaban lanzamientos aéreos de ayuda. En Asni se construyó un gran hospital de campaña y un campamento para desplazados.
Los voluntarios también siguieron llegando. Abdelali Amzil y sus vecinos cargaron el lunes una camioneta llena de alimentos y agua y la condujeron a las montañas desde Casablanca, a unos 300 kilómetros de distancia. “Todos los vecinos trajeron algo”, dijo a CNN en el pueblo de Ouirgane, donde 600 personas perdieron sus casas y acamparon en un bosque cercano.
Zniber dijo que la respuesta de la gente de a pie ha sido “increíble”.
“Todo el mundo quiere ayudar. Hubo un hombre que dio media bolsa de arroz a alguien que iba a subir a las montañas. Dijo ‘esto es todo lo que tengo. ¿Puede llevarlo, por favor?”.