Miembros de la Guardia Nacional Bolivariana llegando a la prisión Tocoron, en Aragua, Venezuela, el 20 de septiembre de 2023.

(CNN Español) – Poco después de que el Gobierno de Venezuela declarara el “éxito total” de la operación militar y policial “Cacique Guaicaipuro”, cuyo objetivo era desalojar y reestructurar el Centro Penitenciario de Aragua, mejor conocido como la cárcel de Tocorón, la organización no gubernamental Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) aseguró que fuentes cercanas a la operación militar, vecinos del penal, reclusos y familiares de ellos les dijeron que los líderes de la prisión negociaron con el Gobierno la entrega de las instalaciones.

Según la ONG, la toma del centro penitenciario había sido conversada con antelación con Héctor Guerrero Flores, conocido ampliamente como “Niño Guerrero”, quien ha sido identificado como el máximo líder no solo de Tocorón sino del Tren de Aragua, la banda criminal que controlaba el penal y que, con la reciente diáspora, se estableció en varios países de América del Sur y América Central, según reportes de la organización Insight Crime.

De acuerdo con esta información, Guerrero Flores, junto con sus colaboradores más cercanos, habrían salido de la instalación días antes de la llegada de los cuerpos de seguridad del Estado sin informar a la población penal. Al parecer, según el Observatorio Venezolano de Prisiones, muchos de los reclusos habrían salido a través de túneles construidos en las cárceles y posteriormente “se acantonaron en las montañas cercanas a Tocorón”.

Según informes de otras organizaciones independientes, desde hace varios años la cárcel de Tocorón, ubicada en el centro-norte de Venezuela, a unos 160 km de Caracas, estaba controlada por los presos. El Estado custodiaba los accesos, pero no influía en lo que ocurría dentro.

Las autoridades venezolanas no se han referido al Tren de Aragua o a sus líderes al informar sobre este procedimiento, que involucró a unos 11.000 efectivos de seguridad civiles y militares.

Sin embargo, en el tercer comunicado difundido por el Ministerio de Comunicación e Información aseguran que está en desarrollo una segunda fase que consiste en la “búsqueda, persecución y captura” de los delincuentes fugitivos. No ofrecen detalles de cuántas personas se habrían fugado, ni si pertenecían al Tren de Aragua.

La periodista Ronna Rísquez, autora de un libro recientemente publicado sobre la historia del Tren de Aragua, explicó en sus redes sociales que la toma de la cárcel de Tocorón no significa el desmantelamiento del Tren de Aragua, e insiste en que el Gobierno no ha mencionado a la banda delincuencial ni ha ofrecido información sobre el paradero de sus líderes.

En su análisis, Rísquez coincide con la versión que maneja el Observatorio Venezolano de Prisiones y argumenta que le llama la atención que se produjera dicha intervención “sin violencia”.

Miembros de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) vigilan a las afueras de la cárcel de Tocorón en Tocorón, estado de Aragua, Venezuela, el 20 de septiembre de 2023.

El Observatorio Venezolano de Prisiones señala que en reiteradas ocasiones informaron que la cárcel de Tocorón era el principal centro de operaciones del Tren de Aragua, una organización criminal que, aseguran, opera en 13 estados de Venezuela y 7 países. También advirtieron que esta megabanda operaba con consentimiento del Estado.

CNN solicitó reacción de estas denuncias al Ministerio de Comunicación e Información y al equipo de la operación Cacique Guaicaipuro sin hasta ahora haber obtenido respuesta.

El Gobierno de Venezuela informó que ofrecerá una rueda de prensa para dar detalles de la operación llevada a cabo en el penal de Tocorón.

La rapidez con la que el Gobierno venezolano anunció la toma del penal de Tocorón contrasta con operativos similares ocurridos en el pasado reciente. En 2011, las autoridades venezolanas tomaron a sangre y fuego los penales de El Rodeo, ubicado a pocos kilómetros de Caracas, y de La Planta, localizada en el oeste de la capital venezolana, con un despliegue de recursos que se extendió por varios días y que mantuvo en jaque a familiares y vecinos de las edificaciones durante varios días.