(CNN) – Ayuda humanitaria vital se está acumulando en la cerrada frontera de Gaza, a pesar de los esfuerzos diplomáticos por abrir un corredor con Egipto, mientras la Organización Mundial de la Salud advierte que se está acabando el agua para cientos de miles de palestinos desplazados en el territorio bombardeado.
Gaza lleva más de una semana sitiada por Israel en respuesta a la incursión mortal de Hamas, el grupo extremista islamista que controla el enclave costero, donde viven 2,2 millones de personas.
Algunas personas se están juntando en el paso fronterizo de Rafah, entre Egipto y Gaza, con la esperanza de poder salir, mientras escasean los suministros esenciales, como el combustible, los alimentos y el agua, dejando a los hospitales al borde del colapso y a las familias expuestas a la deshidratación y el hambre.
En medio de la creciente presión internacional para que se aborde la crisis humanitaria, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegará a Israel el miércoles, una visita extraordinaria en tiempos de guerra que sigue a los frenéticos esfuerzos del secretario de Estado Antony Blinken por todo Medio Oriente, que incluyeron una sesión de negociación de siete horas con altos funcionarios israelíes.
El martes, Blinken anunció que Estados Unidos e Israel “han acordado desarrollar un plan que permita que la ayuda humanitaria de las naciones donantes y las organizaciones multilaterales llegue a los civiles de Gaza”.
¿Qué está sucediendo en el paso fronterizo entre Gaza y Egipto?
Sin embargo, no está claro si se ha avanzado en la apertura del paso fronterizo de Rafah, el único punto de entrada a Gaza no controlado por Israel.
Un funcionario palestino de la frontera declaró el sábado a CNN que se habían colocado placas de hormigón en el paso fronterizo, bloqueando todas las puertas; Egipto, por su parte, afirma que los ataques aéreos israelíes en el lado de Gaza de la frontera han dejado inoperativas las carreteras.
Las imágenes por satélite proporcionadas por Maxar Technologies muestran cuatro cráteres de 9 metros que siguen bloqueando la calzada en el paso fronterizo más cercano a la puerta egipcia. Las losas de cemento que bloquean la entrada también son visibles en las fotos.
En este contexto, la ayuda humanitaria y las peticiones de auxilio crecen a ambos lados de la frontera.
En el lado egipcio, los equipos de las Naciones Unidas esperan en el paso fronterizo con la esperanza de que se les dé luz verde para entrar en Gaza y abrir un corredor humanitario.
En una publicación en las redes sociales el lunes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió de que Gaza se enfrenta a una crisis de salud pública “inminente”, con el agua agotándose y la vida de más de 3.500 pacientes en 35 hospitales en riesgo inmediato.
La OMS también pidió “el acceso sin obstáculos de la ayuda humanitaria a Gaza” en un mensaje en X, antes Twitter.
Se espera que el enviado humanitario de la ONU, Martin Griffiths, viaje a El Cairo el martes para contribuir a los esfuerzos diplomáticos, según un comunicado de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU. Su viaje incluirá una visita a Israel.
Un convoy de camiones con suministros de ayuda atravesaba Egipto en dirección al paso fronterizo a primera hora del martes, según el medio de comunicación estatal Al-Qahera News. Gran parte de la ayuda ya había llegado hace días, enviada por múltiples países y organizaciones internacionales.
Y en el lado de Gaza, un gran número de evacuados se han reunido en el cruce, como parte de la migración masiva que ha visto al menos a un millón de personas huir de sus hogares sólo en la última semana, según la Oficina de la ONU para los refugiados palestinos.
A la espera en Rafah
Una familia de cinco palestinos-estadounidenses, todos ellos ciudadanos de Estados Unidos, se dirigió a Rafah el lunes tras enterarse de que se iban a abrir las fronteras, explicó Haifa Kaoud, cuyo marido, Hesham, se encuentra entre los cinco atrapados en Gaza.
“Condujeron hasta Rafah el lunes y esperaron durante horas, pero nunca se abrió”, explicó. “No tienen mucha electricidad ni acceso a Internet, así que dependen de nosotros para informarse”.
La familia había estado visitando a unos parientes en Gaza cuando estalló la guerra. Ahora, sus seres queridos en Estados Unidos intentan desesperadamente encontrar la forma de traerlos a casa.
“El agua no está limpia y, aunque todavía tienen comida, se aseguran de no comer demasiado para que haya suficiente para todos”, explicó Haifa. “Uno de los hermanos también toma medicación para el corazón y también les preocupa cuánto más les dure”.
El lunes, el Consejo de Seguridad de la ONU rechazó una resolución rusa que pedía un alto el fuego humanitario porque no obtuvo el número mínimo de votos necesarios. Varios países, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido y Francia, votaron en contra porque el proyecto no condenaba a Hamas por el ataque del 7 de octubre, que según las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) dejó al menos 1.400 muertos y decenas de rehenes.
Durante la semana de bombardeos israelíes murieron más de 2.800 personas en Gaza, entre ellas cientos de niños, y más de 11.000 resultaron heridas, según declaró el lunes el primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, según la agencia de prensa oficial palestina, WAFA.
El martes por la mañana, el Ministerio del Interior palestino declaró que los ataques aéreos israelíes habían matado al menos a 28 personas en Rafah y a un número indeterminado de personas en Khan Younis.
El portavoz de las FDI, el teniente coronel Jonathan Conricus, dijo a CNN que “no estaba al tanto de ningún ataque específicamente en esas áreas, pero podrían haber ocurrido”.
Paul Murphy, Sarah Sirgany, Lucas Lilieholm, Jennifer Hansler, MJ Lee, Kayla Tausche, Eyad Kourdi, Abeer Salman, Samantha Delouya, Nadeen Ebrahim y Sana Noor Haq, de CNN, han contribuido a este reportaje.