(CNN) – Con la aterradora guerra entre Israel y Hamas y un importante órgano del Gobierno de Estados Unidos —la Cámara de Representantes— irresolublemente sin presidente y en estado de parálisis, un par de declaraciones de culpabilidad en un tribunal de Georgia casi parecen intrascendentes.
Pero esas declaraciones de culpabilidad en concreto provienen de dos de los coacusados del expresidente Donald Trump, la segunda y tercera admisión de culpabilidad en el caso penal iniciado contra él por intentar anular el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 en Georgia.
- Sidney Powell, una cara pública de los intentos de Trump de impugnar los resultados electorales de 2020 y 2021, se declaró culpable el jueves. La exabogada de Trump evitará la cárcel, pero aceptó testificar y se declaró culpable de seis delitos menores por conspiración para cometer interferencia intencional, rebajados de los cargos de delitos graves que había enfrentado.
- Kenneth Chesebro, una cara menos pública del caso, fue un abogado que ayudó a diseñar el complot de los electores falsos. Se declaró culpable el viernes de un solo delito grave: conspiración para cometer la presentación de documentos falsos. También es probable que evite la cárcel.
- Scott Hall, un agente de finanzas, se declaró culpable el mes pasado después de ser acusado de conspirar para acceder ilegalmente a datos de votantes y máquinas de conteo de boletas en la oficina electoral del condado de Coffee el 7 de enero de 2021.
Eso deja a Trump y a otros 15 coacusados en espera de juicio en el caso. No se han fijado fechas para el juicio y Trump se ha declarado inocente.
Junto con los otros tres próximos juicios penales en Nueva York, Washington y Florida y el juicio civil en curso en Nueva York, los procedimientos de Georgia son parte de una complicada red de problemas legales que se están filtrando de cara a las elecciones de 2024.
Trump podría estar más preocupado por la declaración de Chesebro que por la de Powell
Chesebro admitió haber conspirado específicamente con Trump para crear una lista de electores falsos en Georgia, junto con otros dos abogados, Rudy Giuliani y John Eastman.
El analista legal de CNN y exfiscal federal Elliot Williams señaló que el caso de Georgia, presentado por la fiscal de distrito del condado de Fulton, Fani Willis, ha tenido sus detractores, porque incluía a 18 coacusados junto con Trump, lo que podría hacer que pareciera que tiene motivaciones políticas.
Pero las declaraciones de culpabilidad, asegura Williams, ahora son evidencia de que se cometieron crímenes cuando Trump intentó hacer desvanecer la victoria de Joe Biden en 2020.
“Esto debería arrojar un jarro de agua fría sobre la idea de que esto fue sólo una caza de brujas partidista dirigida al presidente y sus aliados”, dijo Williams a Jim Sciutto en CNN Max.
La admisión de Chesebro se extiende más allá de Georgia
El informe de CNN sobre su declaración de culpabilidad señala que “Chesebro reconoció en la declaración que ‘creó y distribuyó documentos falsos del Colegio Electoral’ a agentes de Trump en Georgia y otros estados, y que trabajó ‘en coordinación con’ la campaña de Trump”.
Se retiraron todos los cargos contra Chesebro, excepto uno, y él aceptó testificar en el juicio.
Powell estuvo en reuniones clave con Trump
El hecho de que el acuerdo de declaración de culpabilidad de Powell no mencionara a Trump no significa que no se le pueda preguntar sobre él bajo juramento, como señala Marshall Cohen de CNN:
En particular, Powell asistió a una reunión en la Casa Blanca el 18 de diciembre de 2020, donde algunos de los partidarios más férreos de Trump lo alentaron a nombrarla fiscal especial para investigar el supuesto fraude electoral, considerar declarar la ley marcial y firmar decretos que ordenarían que los militares se apoderen de las máquinas de votación.
Cohen añade que todo lo que Powell diga a los fiscales de Georgia podría utilizarse en el caso de subversión electoral federal presentado por el fiscal especial Jack Smith.
Trump enfrenta órdenes de silencio en otros casos
La jueza Tanya Chutkan, que supervisa el caso de subversión de las elecciones federales de 2020 en la Ciudad de Washington emitió una orden de silencio. Trump la apeló, argumentando que ella “me quitó el derecho a hablar” y el viernes Chutkan congeló temporalmente la orden.
Chutkan ha insistido en que el caso federal comience según lo previsto, en marzo, en el apogeo de la temporada de primarias.
Trump hizo esos comentarios sobre su libertad de expresión al ingresar a una sala del tribunal en Nueva York, donde enfrenta un juicio por fraude civil iniciado por el fiscal estatal. También está bajo una orden de silencio en ese caso, y ese juez, Arthur Engoron, multó a Trump con US$ 5.000 el viernes por violar la orden de silencio después de que una publicación en redes sociales dirigida a un empleado del tribunal apareciera en el sitio web de la campaña de Trump.
Engoron dijo que futuras violaciones podrían incluso llevarlo en última instancia a encarcelar a Trump.
“Estoy dispuesto a ir a la cárcel”
Los acontecimientos judiciales son un recordatorio importante de que mientras Trump avanza hacia la candidatura presidencial republicana —al menos según las encuestas de opinión pública—, también corre un peligro legal muy real, algo que Trump reconoció, antes de la amenaza de Engoron relacionada con la orden de silencio en Nueva York, cuando el expresidente habló sobre la perspectiva de prisión durante un evento en Clive, Iowa.
“Lo que no entienden es que estoy dispuesto a ir a la cárcel si eso es lo que hace falta para que nuestro país gane y vuelva a ser una democracia”, dijo Trump en el mitin.
Hay una extraña ironía en los comentarios, ya que está acusado de intentar subvertir una elección, uno de los pilares fundamentales de la democracia.
¿Qué pasa con la oposición a Trump?
El exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, uno de los que desafían a Trump por la candidatura presidencial republicana, dijo en CNN que no cree que Trump esté dispuesto a ir a la cárcel.
“El último lugar donde quiere pasar cinco minutos es en la cárcel”, dijo Christie, quien se quejó de que Trump no ha aparecido en los debates presidenciales republicanos.
“Donald Trump no quiere ningún debate o discusión legítima sobre su conducta”, afirmó Christie.
A los republicanos como Christie se les acaba el tiempo y las oportunidades para desafiar a Trump. Está previsto otro debate para el 8 de noviembre en Miami, pero Christie aún no se ha clasificado. NBC patrocina el debate, junto con los medios de derecha Salem Radio Network y Rumble.
Oliver Darcy, reportero senior de medios de CNN, sostiene que el acuerdo crea extraños “compañeros de cama”.
“No sorprende que el Partido Republicano, que giró marcadamente hacia la derecha durante la presidencia de Donald Trump, seleccionara a Salem y Rumble como socios”, escribe Darcy, “pero es sorprendente que NBC News aceptara unir fuerzas con tales organizaciones”.
Los republicanos en contra de Trump quieren que algunos de los candidatos que lo desafían abandonen la contienda para que la oposición pueda unirse en torno a una alternativa individual. Se espera que el escenario del debate del 8 de noviembre sea mucho más pequeño, tal vez con sólo unas pocas personas.
Sin embargo, no esperen que el expresidente aparezca. Trump planea un mitin cerca para desviar la atención de sus rivales.