(CNN Español) – “¡Si querían un plebiscito ahí lo tienen fuerte y claro!”, tuiteó Claudia López, alcaldesa de Bogotá, en la tarde de este domingo tras la divulgación de los resultados del preconteo en la votación por la Alcaldía de la capital colombiana, que mostraban a Carlos Fernando Galán como ganador en primera vuelta, seguido además por otro candidato —como él— opositor al Gobierno del presidente de Gustavo Petro.
Aunque el partido de Claudia López no tenía candidato en la contienda, la frase cobra una importancia sonora, no solo por sus disputas con el presidente, sino porque los candidatos del Pacto Histórico, la coalición de Petro, perdieron varias de las carreras más importantes en las elecciones regionales. Los resultados representan una derrota para Petro, una especie de referendo a su mandato, según analistas consultados por CNN.
No solo en Bogotá, donde Galán, de centroderecha, ganó en primera vuelta, el resultado le fue adverso a Petro y sus aliados: según el preconteo de la Registraduría Nacional, en Medellín —ciudad en la que Petro perdió en la contienda presidencial de 2022—, el exrival del presidente en 2022, Federico Gutiérrez, barrió con más del 70% de los votos; en Cali, el independiente Alejandro Éder ganó con 40%; en Bucaramanga el opositor Jaime Beltrán duplicó al siguiente candidato; en Barranquilla, aunque se daba por descontado el triunfo de Alejandro Char, quien ya había sido alcalde en dos oportunidades (2008-2012, y 2016-2020) con alta popularidad, el candidato del Gobierno tuvo 64% menos de votos que Char e incluso quedó por debajo del voto en blanco; y en Antioquia el uribismo ganó la gobernación con ventaja cómoda, ratificando el poco apoyo a Petro visto en la elección presidencial en ese departamento.
En su primer discurso como presidente, Petro no mencionó el impacto de las elecciones territoriales para su movimiento —aunque destacó que la coalición de Gobierno ganó en nueve departamentos de 32 y ganó 21 alcaldías, de más de 1.100 en disputa— y aseguró que en las próximas semanas se reunirá con todos los mandatarios elegidos “y por regiones articularemos los planes locales y el plan nacional de desarrollo”.
¿Un referendo a Petro?
Al hablar de plebiscito, Claudia López se refería a la declaración de la semana pasada de Petro sobre la posibilidad de convocar un plebiscito para definir el futuro del metro de Bogotá, una obra por la que presidente y la alcaldesa se han enfrentado respecto a formato (metro elevado o metro subterráneo), estudios y financiación. Pero también alude a que los sectores que en este momento no apoyan al Gobierno de Petro plantearon estas elecciones como un pulso, una evaluación del mandato del presidente. Al aparecer esa palabra en la conversación pública, candidatos como Galán —así como medios y opinadores— usaron el tema en los últimos días de campaña para llevar el mensaje de que el plebiscito sería en las urnas este 29 de octubre.
“El primero en querer llamarle plebiscito fue el mismo presidente y centró la conversación sobre el metro de Bogotá”, explica Jonathan Ávila, director general de Vali Consultores, una consultora de asuntos públicos con sede en Bogotá. “Sin embargo, como ella [López] respondió, pues ahí está la opinión de los ciudadanos respecto al tema, y claramente sí es un llamado de atención a la forma como el Gobierno ha venido manejando la relación con la opinión pública y el llamado a cambios que han ido representando desde que fue escogido como presidente”.
“Un punto fundamental de las elecciones regionales en Colombia es que terminan siendo un referendo sobre los primeros años del Gobierno”, dijo a CNN Santiago Silva, politólogo y profesor de la Universidad EAFIT.
Sergio Guzmán, director de la consultora Colombia Risk Analysis con sede en Bogotá, coincide en que estas elecciones son un referendo para el Gobierno “por una razón muy sencilla: era la única oportunidad que los votantes iban a tener para aprobar o reprobar a los candidatos del partido de Gobierno en una elección durante el mandato presidencial. En 2019 lo fue contra el presidente Duque y ahora también lo es contra el presidente Petro”.
“Quizá lo llamativo en estas elecciones en particular es lo duro de ese retorno: el cambio sustancial que hubo entre un país que hace un año y medio estaba eligiendo a su primer presidente claramente de izquierda y un país que ahora eligió en casi todas las ciudades principales y en las gobernaciones a los candidatos que estaban como oposición a los candidatos aliados del presidente Gustavo Petro”, explica Silva.
“Es una forma además evidente de mostrar una resistencia a lo que ha venido poniendo el Gobierno nacional, y una expresión de su impopularidad”, concluye el docente y politólogo Silva.
En un breve discurso después de que se conocieran las votaciones, Petro no se refirió a los resultados políticos: limitó su declaración a destacar que la jornada se llevó a cabo en paz y apenas señaló que tendrá reuniones en los próximos días “para articular planes locales de mandatarios electos con el plan del cambio”.
“Hoy la democracia se pronunció y es nuestro deber como gobernantes acatar y respetar la voz del pueblo”, dijo.
Por otro lado, esta elección mostró el poder de algunos de los liderazgos consolidados a nivel local como una nueva etapa de grandes poderosos en la política, después de que por años la atención se la llevaban el expresidente Álvaro Uribe y el actual mandatario Gustavo Petro como protagonistas, si bien sus grupos políticos siguen vigentes y son grandes electores. “La dinámica de los líderes de anteriores, como el uribismo, viene a desaparecer y creo que ya estamos dando parto a una nueva ciudadanía que se va a representar diferente en el 2026”, dice Jonathan Ávila de Vali Consultores.
Eso se hizo evidente en las grandes ciudades, como Bogotá y Medellín, donde triunfaron los partidos Nuevo Liberalismo y Creemos, respectivamente. Funcionarios con trayectoria en la política tradicional, como Carlos Fernando Galán y Federico Gutiérrez, ahora con las banderas de movimientos hechos a su medida y sumando apoyos de los grupos tradicionales, se plantearon como una alternativa efectiva, desde lo local, a lo que representa el que hoy está en la Casa de Nariño, Gustavo Petro.
La mayor derrota de Petro es en Bogotá
En todo el país, Gustavo Bolívar era el candidato más cercano al presidente Petro y quien además aspiraba al segundo cargo más importante de Colombia en cuanto a elección popular, la Alcaldía de Bogotá. Su derrota es quizá el mayor indicador del problema de Petro.
“En Bogotá es el resultado más diciente”, dice Sergio Guzmán. “Gustavo Bolívar era el principal alfil político de Petro, incluso fue su copartidario durante el periodo del Senado que tuvo en el 2018 y fue su cabeza de lista ahora en el 2022 y renunció para lanzarse a la Alcaldía de Bogotá y ni siquiera logró quedar de segundo, ni siquiera logra una curul en el Concejo de la ciudad. Entonces sí, es un mensaje contundente que los bogotanos le mandan al presidente Petro”.
La capital eligió a Petro como su alcalde para el periodo 2012-2015 y fue clave para la victoria presidencial en 2022. Pero ese apoyo no solo no se trasladó a Bolívar, un autor y guionista de televisión, sino que hubo un voto evidentemente contrario al Gobierno.
Para el docente Santiago Silva, Bogotá “es particularmente importante porque varios periodos había sido el bastión de la mayoría de los candidatos de izquierda en Colombia y fue fundamental en la victoria del presidente Petro hace un año y medio. El hecho de que no solamente el aliado del presidente Petro para esta elección, que era Gustavo Bolívar, haya perdido, sino que además sea tercero y que Galán gane en primera vuelta, eso supone un golpe para para el presidente”.
Gustavo Bolívar quedó debajo del candidato independiente de centroderecha Juan Daniel Oviedo.
El mismo Bolívar reconoció la contundencia de la derrota: “Hemos cometido muchos errores”, dijo en su discurso. “Me comprometo con este equipo que está acá a recorrer a Colombia para recoger esos pedazos que quedan rotos del Pacto Histórico y volver a ser la primera fuerza de Colombia”.
El otro derrotado en Bogotá es el uribismo, el movimiento político del expresidente Álvaro Uribe. El candidato del partido Centro Democrático, Diego Molano, fue quinto con solo 2% de los votos.
Antioquia y Medellín son del uribismo
Las otras plazas más importantes de elección en Colombia son Medellín, la segunda ciudad más grande del país, y el departamento de Antioquia, el de mayor población de la nación. A diferencia de Bogotá, el uribismo brilló en esa región.
En Medellín, el candidato cercano al Gobierno era Juan Carlos Upegui, abanderado del exalcalde Daniel Quintero, quien apoya a Petro. Quintero renunció para poder hacerle campaña a Upegui, pero este quedó más de 60 puntos por debajo de Federico “Fico” Gutiérrez, quien en la elección de 2022 a la Presidencia recibió el apoyo del partido Centro Democrático y que para esta elección local también contó con el respaldo del uribismo.
“El Centro Democrático volvió a reclamar Antioquia como propio. Y lo hizo de una forma contundente. Es un mensaje muy contundente”, dijo a CNN Sergio Guzmán, de Risk Analysis.
La muy amplia ventaja de Gutiérrez sobre Upegui dejan a Quintero, quien ha manifestado sus intenciones de llegar algún día a la Presidencia, en una posición política débil. “Yo lo siento muy desprestigiado, no solamente por haber renunciado, sino ahora muy probablemente con una investigaciones muy serias a cuestas por parte de la Procuraduría y otros entes de control, que van a escudriñar por lo que sucedió entre los cuatro años de su alcaldía”, agrega Guzmán.
¿Qué sigue para el Pacto Histórico y para Petro?
Gustavo Petro fue elegido como una promesa de cambio y de reformas en el país. Tras los resultados de este 29 de octubre, Petro se ve en una posición política difícil para sacar adelante sus proyectos y mantener su grupo político en el poder. Para el analista Santiago Silva, “el presidente ya se ha gastado lo que tenía el capital político en este año y medio [en las reformas que ha buscado impulsar en el Congreso] y con este cambio en los gobiernos locales se reduce todavía más a un margen de maniobra para sacar adelante reformas profundas como las que propone”.
“Es bastante probable que en los meses que le quedan esas reformas se vayan a enredar todavía más de lo que ya estaba en el Congreso de la República”, dijo Silva a CNN.
Petro necesita gobernabilidad: tras el fin de la coalición en abril de 2023, no tiene mayorías en el Congreso.
A Petro le corresponde el desafío, con su gestión, recuperar el apoyo del electorado y con el reto aún mayor de ampliar su proyecto político fuera de su figura. Hasta el momento, el Pacto Histórico es un movimiento que mueve votantes por Petro, y si bien fue la fuerza más votada en las elecciones legislativas de 2022, el impulso de la campaña presidencial de Petro fue el motor de ese apoyo en las urnas. Ahora, el Pacto Histórico, sin Petro en campaña, no triunfó en las grandes ciudades ni en los departamentos más poblados.
Las victorias más notorias de los aliados del Gobierno fueron en la gobernación del Magdalena, con el triunfo de Rafael Martínez de Fuerza Ciudadana, y en la gobernación de Nariño, donde ganó el candidato del Pacto Histórico, Luis Escobar.
“El Pacto Histórico y Petro son dos cosas diferentes, eso fue lo que se mostró hoy”, dice el analista Jonathan Ávila, quien opina que de cara a las elecciones de 2026, Petro va a ser “partícipe” en la articulación de apoyos a los posibles candidatos, pero no lo será así el Pacto Histórico. “Petro sigue siendo uno de los protagonistas y va a depender mucho de lo que diga en su discurso y de las acciones de acá a enero la forma en que él puede ser uno de los que ponga presidente o no para el 2026”.
Y en lo que queda de mandato, Petro se jugará el apoyo político a su movimiento con mayor presión. “Este cambio en la tendencia política y en los partidos particulares que llegan a estos lugares de poder va a implicar unas tensiones profundas en los próximos años, en los dos años y medio que le quedan de gobierno al presidente Petro”, dice el profesor Silva, de EAFIT. “Claramente está demostrando un cambio en la tendencia, en las preocupaciones, en la forma como los colombianos están tomando decisiones”.
Sin duda, los votantes se pronunciaron: hubo un “referendo” al Gobierno.