(CNN Español) – “La Copa Libertadores es la más linda de todas”, asegura Juan Román Riquelme, exjugador de Boca Juniors y ahora vicepresidente del mismo equipo. En la cancha, Riquelme disputó esta copa en ocho oportunidades, de las cuales ganó tres. Ahora también la quiere ganar afuera del rectángulo, como directivo.
Sin duda, la relación de Riquelme con la Copa Libertadores es una de las más idílicas que ha dado el continente. Emblema del ciclo de Carlos Bianchi en el Boca Juniors que se coronó con el trofeo más importante de América en dos oportunidades; en 2007 volvió como el hijo pródigo para llevar a Boca nuevamente a la cima de la Conmebol. La única vez que llegó a una final y no terminó dando la vuelta olímpica fue en 2012 cuando Corinthians derrotó al Xeneize dirigido por Julio Falcioni.
Bicampeón de la Libertadores
Debut y vuelta olímpica. Así se puede definir la Copa Libertadores del año 2000 para Juan Román Riquelme, cuando el equipo Xeneize ganó después de 23 años y el “10” fue pieza clave en ese título.
Su debut se dio en el cuarto partido de la fase de grupos, en la victoria por 6 a 1 como local ante el Blooming de Bolivia. Riquelme jugó por primera vez en la Copa, lo hizo como titular y a partir de allí no salió más.
Su primer gol llegó como local, en octavos de final frente a El Nacional de Ecuador. Más que un gol, fue vaticinio y el comienzo de la goleada para avanzar de fase. Fue 5 a 3.
Los cuartos de final fueron ante el clásico de siempre: River Plate. Convirtió con un tiro libre magistral en la derrota como visitante por 2 a 1. Y volvió a festejar, esta vez de penal, en la victoria por 3 a 0 que les dio el pase a semifinales.
En la final ante Palmeiras convirtió en la tanda de penales y celebró su primera Copa Libertadores.
En 2001 ganar la Copa significó ser bicampeón de la Libertadores por segunda vez en la historia del club. Con una primera ronda de paso sencillo para el Xeneize, donde ganó 5 de los 6 partidos, el pico álgido de la competencia se dio en semifinales ante el Palmeiras de Brasil.
El partido de ida fue empate en la Bombonera por 2 a 2. La vuelta se disputó con un marco repleto en el antiguo estadio Palestra Italia. El partido que jugó Riquelme es tal vez una de las actuaciones más memorables en la historia de la Copa, con gol incluido. Pero los condimentos del encuentro no terminan ahí: incluyeron agresión de un hincha del Palmeiras al juez de línea, dos expulsiones y una tanda de penales que ganó Boca por 3 a 2, en la que Riquelme marcó el primer tanto.
La final fue ante Cruz Azul. Fue victoria en México por 1 a 0 y derrota como local por el mismo marcador. Riquelme marcó en la tanda de penales y Boca dio la vuelta olímpica en la Bombonera.
El regreso del hijo pródigo, la tercera Copa
Después de 5 años en Europa, donde jugó en Barcelona y Villarreal, Riquelme volvió al patio de su casa, como le gusta llamar a la Bombonera. Con Miguel Ángel Russo como director técnico, el grupo de la primera ronda en la Copa Libertadores implicaba jugar los 3 partidos como visitantes en ciudades situadas a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar: La Paz, Cusco y Toluca. Fue empate en 0 en La Paz ante Bolívar, derrota en Toluca por 2 a 0 y otra derrota en Cusco ante Cienciano por 3 a 0. Recién en el último partido del grupo pudo asegurar el pase a octavos de final al vencer a Bolívar 7 a 0 como local.
El camino continuó siendo complejo hasta la final, en donde apareció el mejor Riquelme, el que hizo recordar a aquel del 2001. En la última instancia lo esperaba Gremio. El partido de ida fue 3 a 0 con un tanto del 10. La vuelta continuó en la misma tónica y fue victoria por 2 a 0, con sus goles. De esta manera Boca obtuvo su sexta Copa Libertadores, la tercera de Riquelme.
“Me siento vacío”, la única derrota en una final
La Copa Libertadores 2012 será recordada como la única derrota de Riquelme en una final, pero también como el final de una tumultuosa relación con el entonces entrenador del equipo Julio Falcioni.
Después de quedar segundo en el grupo de la primera ronda, eliminó a Unión Española en octavos, Fluminense en cuartos y a la Universidad de Chile, dirigida por Jorge Sampaoli, en semifinales.
En la final lo esperaba Corinthians, invicto en la Copa y que llegaba tras eliminar a Santos en la semifinal. El partido de ida fue empate 1 a 1 en la Bombonera. La vuelta será recordada por la derrota 2 a 0, por no poder conquistar la tan ansiada séptima Libertadores, pero también por ser el día en que Riquelme anunció que dejaba de jugar en Boca: “Me siento vacío”, dijo tras la derrota.
El 10 volvería al club en marzo, ya con Carlos Bianchi en el banco de suplentes en reemplazo de Falcioni.
Una final más, ahora como dirigente
Desde la victoria en las urnas del binomio que conforma con Jorge Amor Ameal como presidente, es la primera vez que Boca llega a la final de la Copa Libertadores desde hace una década.
En 2020 Santos lo dejó en el camino en semifinales. En 2021 la eliminación fue en octavos de final ante Atlético Mineiro. Mientras que en la edición de 2022 no pudo con Corinthians y nuevamente se quedó afuera en octavos de final.
La Copa de 2023 deja a Boca Juniors y a Riquelme a las puertas de la séptima Libertadores. Justo en Brasil, tierra donde brilló en su última conquista frente a Gremio, pero también donde perdió su última final como jugador, y que ahora busca lograr la tan ansiada Copa, pero esta vez no desde adentro del campo de juego, sino como la mente dirigencial detrás del proyecto futbolístico Xeneize.