(CNN Español) – Desde el inicio de la guerra de Israel contra Hamas, residentes de Gaza con doble nacionalidad y extranjeros se han fijado como máxima prioridad salir de ahí para ponerse a salvo en el exterior. Es un objetivo que los ha llevado a desplazarse hasta el paso fronterizo de Rafah, que une al sur del territorio palestino con Egipto. No obstante, llegar a esa frontera no siempre ha sido garantía de poder cruzar.
Es así que hoy en día muchos todavía aguardan a ver su nombre en una lista que les garantiza el paso por ese lugar.
Es el caso de más de 140 españoles atrapados en la región, quienes permanecen a la espera de que las autoridades consulares de España les informen sobre las gestiones ante su situación.
Nasrine Krayem ―mitad palestina, mitad española― cuenta a CNN que su padre y tres hermanos están en Khan Younis, en el sur de Gaza. “Ahora mismo están en un entorno en el que todo es violencia, muerte, dolor, sangre… Gente rota por dentro, por fuera. Están viviendo un infierno en vida”, lamenta Krayem por videollamada desde su hogar en Alicante.
Su padre, de 74 años, se refugió hasta este lunes en su hogar en la Ciudad de Gaza. Se sentía más seguro allí, además de que desplazarse hacia el sur “es una odisea”, cuenta Krayem. Como ejemplo, nos narra los peligros que enfrentaron cuando se desplazaron hacia el sur su hermano mayor y sus sobrinos, quienes vieron cómo un camión con 70 personas que iba adelante fue alcanzado por un misil. “Murió toda la gente que había en ese camión”, dice Krayem.
Ahmed Hamdan, de padres palestinos y nacido en Valencia, atraviesa una situación similar. Sus padres y cuatro hermanos se encuentran en Rafah, cerca del paso fronterizo, aguardando en casa de unos amigos a que llegue ese deseado mensaje que les confirme que pueden cruzar hacia Egipto.
“La verdad que es frustrante porque hemos visto cómo otras nacionalidades han salido”, nos cuenta con desánimo Hamdan desde Valencia. “Lo único que nos dicen desde el Consulado General de España en Jerusalén es que esperemos un poco más, que tengamos paciencia”, añade en referencia a la sede diplomática que también cubre a Gaza, entre otros territorios de la región.
La última vez que brilló la esperanza para estas familias fue la semana anterior, cuando la ministra de Defensa en funciones de España, Margarita Robles, anunció ante diferentes medios de comunicación que los españoles atrapados en Gaza podrían salir entre el 2 y 3 de noviembre. No obstante, eso no ocurrió.
Contactados por CNN, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España señalan que no tienen ninguna novedad al respecto. Por lo tanto, sigue la incertidumbre sobre cuándo podrá evacuar.
Es un compás de espera que se hace insoportable para todos, para los atrapados y para sus allegados que aguardan por ellos en España. “Más de una vez les tengo que mentir y decirles: Preparaos, mañana saldréis”, dice Hamdan. “Pero es que hoy en día ya no sé cómo mentirles, no sé qué decirles”, sentencia.
A esa falta de ánimos se une el temor por que sobrevivan hasta que llegue esa ansiada autorización para cruzar a Egipto. Temor fundado por los constantes bombardeos y por la creciente escasez de víveres y medicamentos que sufre la región.
“Mi hermano me contaba que para conseguir una hogaza de pan para cada uno tenía que estar más de cuatro horas en una cola”, detalla Krayem. “Prácticamente, la mitad del día la pasa buscando agua y comida, y todo muy racionado y muy poquita cantidad”, nos dice.
Dos hermanas de Hamdan tienen hijos, de tres meses y dos años, respectivamente. En semanas anteriores ya debieron hacer grandes esfuerzos para alimentarlos, dado que rechazaban los biberones, que solo podían preparar con agua contaminada. Ahora, han conseguido algo de leche, nos cuenta Hamdan. “¿Qué vamos a hacer cuando se acabe?”, se pregunta. “Ahora están abiertas las fronteras”, señala esperanzado, “que los saquen antes de que sea demasiado tarde”.