(CNN) –– El actual ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, ya lo dijo en una entrevista con medios locales: “El problema hoy es que tengo los dos sombreros puestos, el de la campaña presidencial y el de la gestión”. Esto podría verse como una desventaja o como una posibilidad de mostrar con hechos lo que vendrá en caso de quedarse con el sillón de la Casa Rosada.
Sin embargo, los datos parecen no ayudar. Mientras la oposición lo acusa de usar recursos del Estado para ofrecer en medio de la campaña múltiples beneficios a la población y a sectores empresarios, su gestión en la cartera económica carga con un gran aumento en la inflación interanual.
Lo cierto es que desde que la coalición oficialista Unión por la Patria lo propuso como precandidato presidencial, Massa no hizo una presentación oficial de lo que sería su programa de gobierno. Sin embargo, declaraciones públicas van dando las pautas de sus planes.
En una entrevista con LN + confirmó que a fines de 2024 levantaría el cepo cambiario, las diferentes restricciones que existen en Argentina para el acceso y las transacciones en la divisa extranjera tanto para particulares como empresas. Según dijo, para ese entonces prevé que haya un contexto favorable con bajo vencimiento de deuda, aumento de exportaciones y una cantidad suficiente de reservas en dólares.
Otro de los temas sensibles que se coló en la campaña en Argentina es la guerra entre Israel y Hamas. El candidato oficialista participó de un acto organizado por la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) en repudio a “la barbarie terrorista” y apoyo a Israel. En ese contexto, fijó su posición: “Si el 10 de diciembre tengo la responsabilidad de gobernar la Argentina, vamos a incluir a Hamas en la lista de organizaciones terroristas porque estamos frente a un hecho terrorista”, prometió, según reportó la agencia oficial de noticias Télam.
Horas después de ese anuncio, la Cancillería argentina, que ya había condenado los múltiples ataques de Hamas del 7 de octubre en el sur de Israel, condenó a la vez el ataque de Israel a un campo de refugiados en Gaza. Consultado por esta situación, Massa sostuvo su postura respecto del conflicto.
Los pilares del plan de gobierno de Massa
El equilibrio fiscal, el superávit comercial, un tipo de cambio competitivo y un desarrollo con inclusión son sus principales ejes, según dijo en un programa del canal de televisión de C5N. “Lo que viene para adelante tiene más distribución del ingreso, más educación pública, más inversión en universidades”, prometió, aunque con una salvedad: “Si puedo terminar de estabilizar la economía”.
Por ahora, esa esperanza parece estar cada día más lejos. Luego de las elecciones primarias de agosto, anunció una devaluación del peso respecto del dólar de un 22%, seguido de medidas para compensar el bolsillo de ciertos sectores de la sociedad, como la devolución del IVA en productos de la canasta básica y la eliminación del impuesto a las ganancias para gran parte de los trabajadores. Esta última, con la controversia adicional de que, según algunos críticos, en realidad simplemente extendería ese beneficio a los asalariados de más altos ingresos.
Esto le valió señalamientos de distintos actores de la oposición que lo acusaron de tomar decisiones “electoralistas” y hacer un “plan platita”.
El 9 de octubre, una declaración de Javier Milei echó fuego a la ya maltratada economía argentina. El líder de la Libertad Avanza dijo en una entrevista radial que el peso argentino era “excremento” y llamó a los ciudadanos a no renovar los plazos fijos en moneda local. Acto seguido, la tensión cambiaria creció y el dólar tocó los 1.000 pesos.
La cuestión económica es su gran desafío, el equilibrio entre lo que puede hacer en la actualidad para pescar la ilusión de lo que vendrá. Las relación con el Fondo Monetario Internacional es uno de los temas de la agenda del próximo mandatario, al menos así lo percibe él mismo. “La solución más grande que tiene Argentina es vender lo que hace al mundo”, dijo en un spot de campaña.
En esa línea, tanto Massa como sus aliados en el gobierno presentan la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner y la continuación de las obras para un segundo tramo como una de las claves de su oferta de un futuro próspero: “Nuestro litio, nuestro gas, nuestro petróleo, lo que produce el campo, lo que producen las industrias, que cada vez se venda más al mundo porque eso nos va a dar los dólares para ser libres, para ser soberanos”.
Educación y trabajo como promesas de movilidad social
La formación terciaria y universitaria es lo que garantiza el progreso, de acuerdo con el discurso del ministro. En este aspecto, proclama que quiere incorporar la capacitación en tecnología y herramientas relacionadas al “nuevo mercado de trabajo”, según sus propias palabras, al pénsum educativo del nivel secundario.
“Cuarto y quinto año tienen que tener programación y robótica obligatoriamente”, dijo en la entrevista con C5N y agregó que “será fundamental acompañar” esta iniciativa con un programa de inserción al mercado laboral.
En Argentina, la tasa de desempleo es de 6,9%, y de los trabajadores asalariados el 36,7% se encuentra en la informalidad. En este punto, Massa propone una simplificación tributaria para las pequeñas y medianas empresas con el propósito de dar facilidades para blanquear a sus empleados.
La solución a los piquetes y cortes de ruta, que son una de las formas más frecuentes y disruptivas de protesta en el país, es otro de los temas que se debaten en la campaña. En una vereda opuesta a la oposición, el postulante de Unión por la Patria sostiene que el uso represivo de la fuerza estatal durante una protesta tiene que ser el último instrumento a poner en práctica. En esa línea, Javier Milei planteó en más de una oportunidad que metería presos a quienes corten las calles.
Por último, Sergio Massa prometió dar la lucha contra la inseguridad y el narcotráfico ––algo con lo que también parece responder a algunos ejes de la campaña opositora, y que sectores del peronismo consideran propias de la derecha–– con inversión en sistemas de prevención y de inteligencia criminal.
En este aspecto, durante el debate presidencial, anunció que de asumir la presidencia crearía un “FBI argentino” para combatir estos delitos así como también la corrupción y la trata de personas.
También dijo en el diálogo con C5N que utilizaría su buena relación con Estados Unidos, “esa que tanto me critican algunos” ––en referencia al electorado de su propio espacio que tiene una mirada de recelo con los vínculos del candidato––, en la lucha contra el lavado de dinero. “Yo me pongo al frente”, afirmó.
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