(CNN) – Emily Hand tuvo que correr de casa en casa, obligada por Hamas a desplazarse mientras las fuerzas israelíes atacaban Gaza, contó su padre Thomas Hand a CNN.
“Es aterrador. Que te tiren, te arrastren, te empujen… probablemente bajo los disparos”, dijo este martes.
Es uno de los detalles que su hija está compartiendo poco a poco de lo que sucedió después de que fuera secuestrada el 7 de octubre y llevada a Gaza, un lugar que ahora llama “la caja”.
“Ella se va soltando lentamente, poco a poco”, dijo Hand.
“Solo sabremos por lo que realmente pasó cuando ella hable”, dijo a CNN. “Quiero saber tanta información […] pero hay que dejar que, cuando estén preparadas, lo cuenten”.
Emily, quien cumplió 9 años en cautiverio, estuvo retenida con su amiga Hila Rotem-Shoshani y la madre de Hila, Raaya, antes de que las niñas fueran liberadas el pasado sábado.
Raaya cuidaba de Hila y Emily como si fueran sus hijas, dijo Hand. Y la separación de Hila de su madre dos noches antes de que las niñas fueran liberadas –en contravención de los acuerdos alcanzados entre Hamas e Israel– fue “otro paso de crueldad”, afirmó.
De la muerte al cautiverio y a la esperanza
Emily estaba en una pijamada en casa de Hila cuando los terroristas de Hamas asaltaron el kibutz Be’eri. Hand permaneció atrapado en su casa durante horas, sin poder llegar hasta su hija, mientras la comunidad era arrasada: unos 130 residentes muertos y otros capturados.
Unos dos días después, los dirigentes del kibutz le informaron que habían visto el cadáver de Emily. Dijo a CNN: “Ellos solo dijeron: ‘Encontramos a Emily. Está muerta’. Y yo dije: ‘¡Sí!’ y sonreí porque era la mejor noticia de las posibilidades que conocía… Así que la muerte fue una bendición, una absoluta bendición”.
Pero casi un mes después, el Ejército de Israel le dijo que era “muy probable” que Emily estuviera viva y fuera rehén de Hamas. Hand dijo que el Ejército había estado juntando fragmentos de información e inteligencia. Ninguno de los restos hallados en el kibutz Be’eri se identificó como los de Emily. No había sangre en la casa donde durmió. Y los teléfonos móviles de la familia de Hila habían sido rastreados hasta Gaza.
De sentir que la muerte sería una bendición, ahora tenía todo el miedo de las condiciones en las que Emily estaba retenida. “Lo desconocido es horrible. La espera es horrible”, dijo a CNN mientras ella estaba cautiva. Pero también había algo de esperanza.
Celebración con video de Beyoncé y el perro de la familia
Ocho semanas después de ver a su hija por última vez, Hand fue informado de que Emily estaba en la lista de la segunda tanda de rehenes que iban a ser liberados en virtud de la tregua temporal entre Israel y Hamas.
Intentó contener su emoción al llegar a la base donde se trasladaba a los rehenes liberados. Hubo un largo retraso y, luego, le dijeron que estaba con la Cruz Roja.
“De repente se abrió la puerta y salió corriendo. Fue hermoso, tal como me lo había imaginado, corriendo juntos”, dijo Thomas. “Probablemente la apreté demasiado”, añadió, dando su opinión sobre el ya icónico video del reencuentro en el que saluda a su hija con su apodo “Emush”.
“Solo cuando dio un paso atrás pude ver que tenía la cara delgada, como la mía, mientras que antes era regordeta, de niña, una cara de niña pequeña”.
Al igual que los demás rehenes, Emily perdió peso y Hand dijo que nunca la había visto tan pálida.
Y se sobresaltó cuando ella le habló.
“Lo más chocante y perturbador de encontrarme con ella fue que solo susurraba, no se le escuchaba. Tuve que poner mi oreja en sus labios”, dijo. “La habían condicionado a no hacer ruido”.
Una fotografía de padre e hija difundida por las Fuerzas de Defensa de Israel muestra un atisbo de la situación, dijo Thomas.
“Se podía ver el terror en los ojos vidriosos”, dijo.
Pero también vio una señal de la niña que conocía cuando le ofreció su teléfono en la furgoneta al salir de la entrega.
“Lo primero que hizo fue poner una canción de Beyoncé”, dijo, y añadió que también sonreía y empezaba a reír de nuevo.
El padre llevó al perro de la familia, Johnsie, a la reunión para ofrecerle y recibir su amor incondicional en caso de que Emily se enfadara con él por no haber ido a rescatarla, un temor que ha tenido desde que supo que estaba viva.
Pero Emily le dijo a su padre que creía que él también había sido tomado como rehén.
Y cuando él le preguntó cuánto tiempo creía que había estado fuera, ella respondió “un año”.
“Aparte de los susurros, eso fue un golpe en las entrañas. Un año”.
Privación, pero ahora recuperación
Los rehenes tenían comida suficiente para sobrevivir y mucha agua para beber, dijo Hand. “Siempre desayunaban, a veces almorzaban y a veces tomaban algo por la noche”.
Emily tenía tanta hambre que aprendió a que le gustara comer pan normal con aceite de oliva.
Ella dijo que “nadie nos pegaba” y Hand imagina que bastaba la fuerza de las voces para controlarla. Los niños no podían hacer ruido y apenas se les permitía hacer otra cosa que dibujar y jugar con unas cartas.
Está muy agradecido de que Emily se quedara con Hila y Raaya la mayor parte del tiempo, y le consuela saber que Emily tenía a alguien que la cuidaba. “Las cuidaba como si fueran sus dos hijas”.
Emily perdió a su madre de cáncer cuando solo tenía 2 años. Y Hand ha tenido que decirle que su “segunda madre” fue asesinada el 7 de octubre. Narkis Hand era la esposa de Hand, y madre de los dos hermanastros de Emily.
“Fue muy duro. Se lo dijimos y sus ojitos se pusieron vidriosos y respiró agitadamente”, explica.
Junto con su dolor, su piel pálida y su cara desencajada, Emily volvió con la cabeza llena de piojos, dijo Hand.
Pero se está recuperando poco a poco. Intenta alargar los días con su familia, pero cuando por fin se acuesta duerme de verdad.
Y no se ha apagado. “Anoche lloró hasta que se le puso la cara roja y manchada, no podía parar. No quería que la consolaran, supongo que olvidó cómo ser consolada”, dijo Hand. “Se metió bajo las sábanas de la cama, la colcha, se tapó y lloró en silencio”.
No quería que la tocaran, así que Hand se limitó a esperar hasta que estuvo preparada. “Es una niña muy decidida, muy fuerte, sabía que su espíritu la sacaría adelante”.
Emily e Hila ahora se cuidan mutuamente, contó Hand. El lunes celebraron el cumpleaños número 13 de Hila con una tarta en el hospital y también le trajeron una tarta a Emily, por el cumpleaños número 9 que se perdió en Gaza.
Thomas está ahora centrado en dos cosas. Debe curar a Emily. Y hará todo lo posible para que Raaya vuelva a casa y todos los demás rehenes. Y espera que el apoyo que sintió mientras Emily estaba desaparecida siga siendo fuerte.
“Tenemos que recuperar a Raaya por Hila, por Emily, por la justicia”, dijo.
“No se callen ahora”, imploró al mundo. “Tráiganlos a casa, tráiganlos a casa”.