Viajeros en el Dogu Express.

(CNN) – Turquía es la última parada de uno de los viajes en tren más famosos del mundo, el Orient Express. Pero hay otro viaje –el Dogu Express, o Eastern Express en inglés– que está convirtiendo al país en uno de los principales destinos ferroviarios del mundo.

Históricamente un tren de cercanías entre Ankara y Kars, la formación se ha vuelto viral entre los influencers turcos en los últimos años por su impresionante paisaje a través del este, lleno de tesoros fuera de lo común.

Berry Romo, un influencer de viajes que vive en Turquía desde hace más de una década, señala que “el tren ya era bastante popular entre los locales y los viajeros turcos, pero apenas conocido entre los turistas extranjeros”.

En respuesta a la creciente demanda, el servicio de cercanías se convirtió en 2019 en una ruta turística. El tren cama, cuyo servicio dura más de 30 horas, viaja desde la bulliciosa capital Ankara hasta una suerte de país de las maravillas, a veces nevado, de Kars, una distancia de 1.310 kilómetros (814 millas), con paradas en el camino donde se organizan excursiones.

Sin embargo, es muy difícil conseguir boletos. Los pasajeros dicen que a menudo se agotan en cuestión de minutos.

Pasajeros del Dogu Express

“El truco consiste en consultar el sitio web en cuanto sea medianoche y comprar cuando se actualice”, dijo Romo.

Las agencias de viajes turcas suelen comprar grandes cantidades de billetes para revenderlos a los viajeros, asegurando a sus clientes un lugar en el tren, razón por la que, según los lugareños, los billetes se agotan tan pronto. Los boletos individuales solo se pueden comprar con un mes de anticipación, lo que los convierte en un premio codiciado para los pocos que los obtienen.

Salir de la capital

A primera vista, Ankara puede parecer menos glamorosa que la más conocida Estambul, pero el centro político del país es un destino digno por derecho propio.

Entre los principales sitios se incluye el mausoleo de Ataturk, el lugar de descanso final del padre fundador de la Turquía moderna, Mustafa Kemal Atatürk.

Pasajeros en el salón comedor del Dogu Express, que recorre el este de Turquía.

El complejo se divide en cuatro partes. Los puntos destacados incluyen el Parque de la Paz, con una bandera turca compuesta de guijarros rodeada por un macizo de flores, y la Plaza Ceremonial que conduce al Salón de Honor que alberga la tumba de Ataturk.

Aunque Ankara se embarcó en un rápido ritmo de desarrollo después de convertirse de la noche a la mañana en 1923 en la nueva capital del país, todavía se puede encontrar cierto encanto histórico entre sus antiguos barrios.

Ulus es el casco antiguo de la ciudad donde hay ruinas romanas, pasadizos bien conservados e incluso un antiguo castillo, encaramado en una colina, que ofrece vistas panorámicas del paisaje circundante.

Dentro de Ulus se encuentra Sanat Sokağı, o la Calle de las Artes, un tramo de casas otomanas restauradas que se han convertido en cafés y que conducen a patios llenos de puestos que venden artesanías y recuerdos de la época otomana.

Para una experiencia más contemporánea, hay que dirigirse a CemModern, una nueva galería de arte que alberga exposiciones globales en una estación ferroviaria restaurada. Los eventos culturales aquí son variados, desde proyecciones de películas hasta sesiones grupales de yoga y mercados de diseño.

Los viajeros suelen decorar sus camarotes con guirnaldas de luces y velas.

“Una inmensidad impresionante”

El Dogu Express sale temprano en la tarde y, a medida que se aleja de la estación de tren art deco de Ankara, la vista desde la ventana rápidamente cambia de una metrópolis en expansión hacia vistas panorámicas.

Las cabinas para dormir están equipadas con dos literas individuales que se pueden convertir en asientos durante el día, un minirefrigerador y un fregadero. Los viajeros suelen decorar sus compartimentos con guirnaldas de luces y velas.

Esto lo convierte en “una excelente manera de disfrutar de un hermoso paisaje de una manera acogedora”, según Romo.

A la mañana siguiente, temprano, el tren llega a Ilic, un pequeño pueblo cuyo principal atractivo es su proximidad a Karanalik, o el Cañón Oscuro. El Cañón alberga el impresionante Camino de Piedra, que se aferra a la ladera del cañón cuando no está sumergiéndose en uno de sus 38 túneles o tomando curvas aterradoras.

El tren recorre la vasta extensión de la región oriental de Turquía.

A pesar de su reputación de peligrosa, la carretera atrae regularmente a los turistas con sus impresionantes paisajes. Ofrece espectaculares acantilados y escarpados desfiladeros, siempre con el Éufrates fluyendo debajo.

A continuación, el tren desciende más hacia el este, hacia el corazón de Anatolia. Netta Kalpan, una nativa de Minnesota que vivía en la zona costera de Trabzon en el mar Negro y estaba acostumbrada a los duros inviernos nevados, dice que “no se dio cuenta de lo grande, plana y fría que podía ser Turquía” antes de tomar el tren.

Sin embargo, describe el paisaje como “impresionante, sobre todo por su inmensidad”.

“Seguí intentando tomar videos por las ventanas”, pero sentí “que no podía captar cómo se sentía realmente verlo”, dice.

El destino final es Kars.

Destino final

Al caer la tarde, el tren llega a Erzurum. Romo dice que visitar la ciudad fue “sin duda, una de las mejores experiencias” que ha tenido en Turquía por la rica “historia, cultura y extraordinaria gastronomía” de la ciudad.

Erzurum es el hogar de muchos tipos diferentes de cocina local, el más famoso es el Cag Kebab. El cordero se marina durante aproximadamente 12 horas en cebolla, sal y pimienta, luego se coloca en una brocheta y se cocina sobre fuego de leña antes de envolverlo en pan plano caliente o comerlo directamente de la brocheta.

Después de Erzurum, al Dogu Express solo le quedan unas pocas horas antes de llegar a su destino final, Kars.

Famoso por su maravilloso paisaje invernal, su nombre proviene de la palabra turca que significa nieve. La ciudad es conocida por su arquitectura única que se remonta a los días en que formaba parte del Imperio Ruso.

Ummu Altunas, un abogado de Estambul, compara visitar el este de Turquía con visitar un “país completamente diferente” del oeste más europeo. Esto se debe en parte, dice, a que “el este es el hogar de muchas culturas diferentes”, como los kurdos, los armenios y los asirios.

La ciudad medieval de Ani, antigua capital del antiguo Reino de Armenia, es un ejemplo de ello. A poca distancia en coche de Kars, se encuentran majestuosas ruinas que datan de hace 1.600 años y están abiertas a los turistas. Vastas murallas e iglesias bien conservadas, todas ellas con vistas a un profundo barranco, ofrecen a los visitantes un viaje al pasado.

Aunque las regiones orientales de Turquía atraen a menos turistas, los lugareños suelen estar ansiosos por recibir a los visitantes con la tradicional hospitalidad turca.

Kaplan dice que una de las razones por las que le encantaba vivir en el este de Turquía es porque es “gratificante estar rodeada de gente que ama su lugar de origen”.

Ella dice que no pretende menospreciar a Estambul y agrega: “Es fácil estar orgulloso de un lugar que todos coinciden en que es una de las ciudades más magníficas del mundo”.

¿Pero abrazar un lugar menos frecuentado por viajeros?. “Eso es lo que se siente especial”.