(CNN) – La activista iraní encarcelada Narges Mohammadi rindió homenaje a la determinación del pueblo iraní de “desmantelar” el “despotismo y la obstrucción” del régimen de la República Islámica en el discurso de entrega del Premio Nobel de la Paz pronunciado el domingo por sus hijos, Kiana y Ali.
Sus gemelos adolescentes, que hace años que no ven a su madre, recogieron el premio en su nombre en una ceremonia celebrada en Oslo, la capital de Noruega.
Entre los asistentes destacados se encontraban la abogada iraní Shireen Ebadi, galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2003, y la británico-iraní Nazanin Zaghari Ratcliffe, que compartió celda con Mohammadi durante sus seis años de encarcelamiento.
Mohammadi escribió la conferencia desde su celda en la prisión de Evin, en Teherán. Ganó el premio por lo que, según el Comité Nobel, fue “su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y su lucha por promover los derechos humanos y la libertad para todos”.
En las primeras líneas, Mohammadi, que fue condenada a un total de 31 años de prisión por su activismo, se describió a sí misma como una de los “millones de orgullosas y resistentes mujeres iraníes que se han levantado contra la opresión, la represión, la discriminación y la tiranía”.
En sus palabras, Mohammadi trazó el monumental impacto de las protestas “Mujer, Vida, Libertad”, que estallaron en todo Irán en octubre de 2022 tras la muerte de una joven kurda iraní, Mahsa Amini, bajo custodia policial por motivos de moralidad.
Mohammadi lo describió como un “movimiento por un cambio fundamental”, que generó resistencia civil en sectores de todo Irán.
“La resistencia está viva, y la lucha perdura”, afirmó.
“El pueblo iraní desmantelará la obstrucción y el despotismo gracias a su persistencia. No lo duden, esto es seguro”, subrayó Mohammadi.
Mohammadi forma parte del puñado de galardonados con el Premio Nobel de la Paz que no pudieron aceptar el premio en persona.
La luz de la libertad y la justicia brillará
A pesar de la oleada de apoyo de las organizaciones de derechos humanos a los manifestantes iraníes, Mohammadi afirmó que se ha prestado una “falta de atención seria” a la situación en Irán.
“Las políticas y estrategias de los gobiernos occidentales han sido ineficaces a la hora de empoderar realmente al pueblo iraní para que logre sus objetivos, hacer más alcanzable la democracia en esta parte del mundo y garantizar la paz”, subrayó Mohammadi.
La ganadora del Nobel les pidió a los gobiernos occidentales que no “pospongan la democracia” y eviten adaptar “estrategias centradas en la continuación del gobierno de la República Islámica”.
Sin embargo, las frases finales del discurso de Mohammadi se centraron en un mensaje de esperanza, expresando su confianza “en que la luz de la libertad y la justicia brillará con fuerza en la tierra de Irán”.
Las últimas palabras, pronunciadas por Ali, su hijo de 17 años, fueron recibidas con una gran ovación del público y gritos en farsi: “Zan Zendegi Azadi”, el lema del reciente movimiento de protesta.
Elahe Tavakolian, otra invitada a la ceremonia que perdió un ojo en las protestas del año pasado, fue recibida a la salida del ayuntamiento de Oslo por un pequeño grupo de manifestantes de “Mujer, vida, libertad” que corearon “Zan Zendegi Azadi” en cuanto salió.
Kiana y Ali declararon a CNN antes de la ceremonia que no han visto a su madre desde que tenían ocho años y que llevan casi dos años sin hablar con ella debido a las crecientes restricciones a la comunicación, que se agravaron antes de la ceremonia.
Las penas de prisión de Mohammadi siguen aumentando, por cargos de conspiración contra la seguridad nacional y difusión de propaganda falsa, entre otros.
“La verdad es que no soy muy optimista respecto a volver a ver [a mi madre]”, dijo Kiana. “A mi madre le quedan 10 años de condena y cada vez que hace algo, como enviar el discurso que leeremos en la ceremonia, eso se suma a su condena”.
Kiana añadió: “Ella siempre estará en mi corazón, y lo acepto porque la lucha, el movimiento Woman Life Freedom, merece la pena. La libertad y la democracia no tienen precio. Merece la pena el sacrificio”.
– Sarah El Sirgany, de CNN, ha contribuido a este reportaje.