Llamado a la Tierra es una serie editorial de CNN comprometida con reportar los desafíos ambientales que enfrenta nuestro planeta, además de mostrar las soluciones a esos retos. La Iniciativa Perpetual Planet de Rolex se ha asociado con CNN para crear conciencia y educación sobre los asuntos de sostenibilidad claves y para inspirar acciones positivas.
(CNN Español) – La Tierra, un planeta asombroso y al mismo tiempo vulnerable, está pidiendo ayuda. Y muchas mujeres de América Latina han respondido a su llamado.
Estas son algunas de las heroínas que están liderando un cambio positivo en la región, donde promueven un mismo mensaje: que compartimos un planeta hermoso, que vale la pena protegerlo y que hacerlo está al alcance de todos.
Te contamos sus historias.
Cristina Mittermeier, la fotógrafa de los océanos
Habitamos un hogar dominado por océanos. Y es justo allí, en medio de esa interminable alfombra azul, donde Cristina Mittermeier pasa la mayor parte de su tiempo.
Como parte de la Iniciativa Perpetual Planet, de Rolex, Mittermeier busca acercar a las personas a la belleza de los ecosistemas marinos y a los desafíos que estos enfrentan. Lo hace combinando dos campos usualmente distantes: la ciencia y el arte.
“Creo que siempre he tenido algo de artista, pero cuando salí de la carrera de Ingeniería Bioquímica como científica, me di cuenta de que la gente no habla el idioma científico. Es una manera de hablar que realmente pone una barrera en la comunicación, pero me di cuenta de que con la fotografía tú puedes invitar a la gente a tener un diálogo, porque las imágenes invitan a las preguntas”, cuenta a CNN en Español.
El motor de ese diálogo es un bote llamado Sea Legacy que, para Mittermeier y su equipo es mucho más que un vehículo, es un laboratorio ambulante en el que convergen ciencia, arte y conservación. Así lo describe: “es como una plataforma de filmación móvil que podemos llevar a donde necesitemos estar y quedarnos ahí todo el tiempo que sea necesario. Bucear cuanto sea necesario para contar las historias que tenemos que traer para que la gente se entusiasme por el amor a la naturaleza”.
“Los políticos, la gente que toma decisiones, necesita el apoyo del público y la gente solo puede apoyar lo que conoce. Entonces dedicamos mucho de nuestro trabajo a que la gente entienda por qué es importante proteger los recursos naturales y los procesos ecológicos que nos permiten vivir en este planeta”, explica.
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Sandra Bessudo, protectora de los tiburones del Pacífico
El trabajo de Sandra Bessudo también está enfocado en el mar. “La vida nació en el mar y desde el plancton hasta los animales más grandes son importantes para la salud de los océanos”, dice.
Ella es fundadora y directora de la Fundación Malpelo y otros ecosistemas marinos en Colombia. Llegó a la isla por primera vez en 1987 y quedó maravillada. Bessudo es buzo. “Me enamoré de este sitio”, cuenta, “pero también empecé a ver los barcos pesqueros sacando toda su riqueza”. En ese entonces, no era un área protegida y “así como veía las maravillas, también veía la destrucción”, dice.
Los esfuerzos de organizaciones como la de Bessudo, que han trabajado en alianza con el Gobierno, han tenido resultados: hoy la isla de Malpelo –que desde 2006 es considerada Patrimonio de la Humanidad– está en la lista verde de la Unesco de áreas que han sido protegidas de manera adecuada.
Bessudo concientiza especialmente sobre la importancia de los tiburones ya que, como explica, “un océano sin tiburones no es un océano saludable”. “Los tiburones son los grandes reguladores de la salud de los océanos. Son los que se alimentan de los débiles, de los enfermos, evitando que hayan epidemias en el mar”, dice.
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Kerstin Forsberg, guardiana de las mantarrayas gigantes del Perú
En la costa norte de Perú vive una de las criaturas más impresionantes de nuestro planeta: la mantarraya gigante. Los especímenes de esta especie pueden medir hasta 8 metros de punta a punta y pesar más de 2 toneladas, pero eso no impide que sus movimientos sean delicados y elegantes. Se trata de una especie majestuosa que está en peligro de desaparecer.
Por eso, Kerstin Forsberg y su organización, Planeta Océano, saben que es momento de actuar.
“Se cree que en las últimas tres generaciones de mantarrayas gigantes, la población se ha reducido desde un 50 % hasta más de 70 % a nivel global”, explica a CNN en Español.
En el norte de Perú hay quienes capturan intencionalmente a esta especie, pero también hay un problema de captura incidental, que es sobre el que trabajan Fossberg y su equipo. Así lo explica: “las mantarrayas, hemos visto, que tienden a estar mucho en la superficie, y eso genera una mayor interacción con las redes de pesca, y terminan enmallándose”.
Kerstin entiende el riesgo que presentan las redes de pesca, pero también que la pesca es el sustento de cientos de personas en la región. Por eso, como parte de la Iniciativa Perpetual Planet de Rolex, buscó una solución que convierte a los propios pescadores en aliados de las mantarrayas.
Lo hizo equipando a los pescadores con móviles para que ellos puedan, en tiempo real, reportar avistamientos de mantarrayas para alertar a otros sobre qué rutas deben evitar para protegerlas.
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Gabriela Gavarrete, silvicultora de El Salvador
“El Salvador es uno de los países más deforestados a nivel regional”, cuenta a CNN en Español Gabriela Gavarrete, quien con apenas 26 años se ha convertido en una referente de la lucha por preservar el cerro Tecana en medio de las amenazas del fuego y la tala ilegal.
Su trabajo como coordinadora del proyecto Suma un Bosque, dentro de la organizacion Un pulmón más, se enfoca en la reforestación pero, sobre todo, en la reforestación con los integrantes de la comunidad para que ellos se empoderen en el proceso.
“Queremos hacerlo con la comunidad para que la misma comunidad sepa la importancia de los bosques, cómo los bosques les benefician a ellos, y así ellos puedan entender que si ellos cuidan el bosque y lo protegen, el mismo bosque les va a brindar todos los recursos y todo lo que ellos necesitan para tener una vida saludable”, explica.
Su trabajo en coordinación con Un pulmón más les ha permitido plantar, en solo siete años, un total de 12.000 árboles.
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Ruthmery Pillco, cuidadora de osos andinos en el bosque nublado
Ruthmery Pillco Huarcaya nació en los altos Andes de Cusco y desde siempre estuvo fascinada con el oso andino. Hoy, cumple su sueño de trabajar, en lo más profundo del bosque nublado de Perú, por la conservación de esta especie, amenazada por la pérdida de hábitat y el conflicto con los humanos, entre otras causas.
“El oso andino significa bosque, porque ellos ayudan en la dispersión de semillas, ayudan a mantener la diversidad de los bosques. El bosque es agua y… y el agua es vida”, sintetiza.
Para definir las estrategias de conservación del oso andino es clave conocerlo a fondo. “En nuestro caso, en particular, queremos aprender más en detalle los patrones de movimiento y dieta del oso andino en esta zona y cómo se va a ver afectado por el cambio climático”, explica Pillco.
Para hacerlo, les colocan a los osos collares satelitales que, según cuenta, les permiten “rastrear en tiempo real” a estos mamíferos. Lo hacen con un equipo experimentado que cuenta con veterinarios y biólogos.
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Darlyn Salguero, custodia del lago Atitlán
El Atitlán, considerado por muchos uno de los lagos más hermosos del mundo, enfrenta una cruda realidad: la creciente cantidad de desechos que llegan a su entorno. Un grupo de mujeres guatemaltecas ha decidido ponerse este desafío al hombro y trabaja en la recolección de residuos reciclables para evitar que lleguen a sus aguas.
“El lago de Atitlán es nuestra vida”, resume Darlyn Salguero, gerenta de Atitlán Recicla, una organización que nació para minimizar la contaminación dentro del lago y crear conciencia sobre el cuidado de este recurso.
Atitlán Recicla se ha convertido también, según algunas de sus integrantes, en una herramienta para el empoderamiento de las mujeres habitantes de la comunidad.
“Ha ayudado a mujeres de la región en temas de empoderamiento, en temas de trabajo en equipo, de liderazgo, siendo agentes de cambio dentro de sus comunidades, generando fuentes de empleo y, sobre todo, creando conciencia en la población”, dice al respecto Salguero.
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Mónica Yadeun, líder del Santuario de Aves de la Ciudad de México
Mónica Yadeun nació en la Ciudad de México, una de las mayores urbes del mundo, y su misión es igualmente grande: convertir a las ciudades en santuarios de la naturaleza, especialmente para las aves e insectos polinizadores.
“Siempre pensamos que la naturaleza es este lugar lejano al que nos tuvimos que subir al coche y llegar a la naturaleza los fines de semana, pero la naturaleza está en las ciudades”, explica, agregando que como las ciudades se han pensado “únicamente” para los humanos, a medida que crecen las aves ya no tienen espacios para encontrar alimentos y agua ni refugio.
Por este motivo puso en marcha el Santuario de Aves, una iniciativa liderada por mujeres –entre las que destacan mujeres indígenas y mujeres con formación en ciencia– que, según cuenta, fue reconocida por el Foro Económico Mundial como uno de los 15 proyectos que están ayudando a regenerar la biodiversidad en las ciudades.
“La naturaleza es muy resiliente. O sea, vivimos en un planeta que siempre genera vida; cualquier oportunidad que tiene, genera vida. Y entonces con que haya las condiciones mínimas siempre van a brotar muchísimas poblaciones de muchísimas especies distintas, ¿no?”, explica.
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Responder el llamado
Todas estas heroínas coinciden en una visión: cada persona puede aportar para el cuidado del medio ambiente desde el lugar donde se encuentre y desde la ocupación que tenga.
“No somos esta especie horrible que no se sabe llevar con la naturaleza, que solo está aquí para dañar, ¿no? […] Somos una especie que puede tener un gran impacto, un impacto positivo”, reflexiona Yadeun.
Bessudo remarca el potencial de cada individuo: “Todos somos capaces de tener pequeñas acciones que ayuden a conservar el planeta, ya sea en lo terrestre, ya sea en lo marino”.
Por esto mismo, piensa Mittermeier, al temor por el futuro puede ganarle la esperanza.
“Creo que es fácil, especialmente para la gente joven, sentirse desempoderado, desesperado, ansioso, deprimido por lo que está pasando. Y lo único que puedo decir es que la única emoción más fuerte que el miedo es la esperanza. Y la única manera de sentirse esperanzado es tomando acción. Entonces ponte tu traje de superhéroe y empieza a hacer algo hoy”.