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Tesla presenta la nueva versión de Optimus, el robot humanoide de Tesla
01:29 - Fuente: CNN

(CNN) – Lo que empezó hace nueve semanas con un grupo de mecánicos suecos que exigían que Tesla aceptara la negociación colectiva se ha convertido en una lucha más amplia por el modo de trabajo y de vida de la región nórdica.

La apuesta también es alta para el fabricante de automóviles y su CEO, Elon Musk, el hombre más rico del mundo.

Ceder a la presión sindical en Suecia podría envalentonar a los trabajadores de Tesla en Alemania —donde se encuentra la única fábrica europea de la empresa— que, del mismo modo, quieren un convenio colectivo sobre salarios y otras condiciones de empleo. También podría avivar los esfuerzos de sindicalización de los trabajadores estadounidenses de Tesla.

Para los sindicatos de los países nórdicos —una región que abarca Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia e Islandia—, la pugna con Tesla y Musk, firme detractor de los sindicatos, es existencial.

“Si se permite que una gran empresa internacional (se imponga) en el mercado laboral sueco y no firme un convenio colectivo, ¿qué nos dice que otras empresas en el futuro aceptarán este modelo (existente)?”, declaró a CNN Jesper Petersson, portavoz de IF Metall, que representa a los mecánicos de Tesla.

Un funcionario sindical participa en una huelga frente al Centro de Servicio de Tesla en Segeltorp, Suecia, el 27 de octubre.

Durante más de un siglo, los sindicatos nórdicos han contribuido a fijar las condiciones de empleo de sus afiliados negociando con los empresarios y firmando convenios colectivos.

Según los datos más recientes de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), con sede en París, una media del 83% de todos los trabajadores de los cinco países están cubiertos por este tipo de negociaciones.

Los gobiernos de los países nórdicos prefieren la negociación colectiva a legislar un salario mínimo, que existe en la mayoría de las demás naciones europeas.

Pero una filial de Tesla en Suecia se negó a firmar un convenio colectivo con IF Metall. En respuesta, algunos de los 120 mecánicos empleados por Tesla para el mantenimiento de sus coches en el país se declararon en huelga a finales de octubre y no han vuelto al trabajo. El sindicato no quiso decir cuántos mecánicos seguían en huelga.

El papel de los convenios colectivos en el mercado laboral sueco es “fundamental y profundo”, según Mikael Hansson, profesor asociado especializado en Derecho Laboral de la Universidad de Uppsala del país.

Así que se ha producido una oleada de “huelgas de solidaridad”. Los estibadores suecos han bloqueado las entregas de coches Tesla en los puertos del país, los electricistas se han negado a dar servicio a las estaciones de carga y los trabajadores de correos incluso han dejado de entregar matrículas. “Esto es una locura”, respondió Musk.

A principios de diciembre, los sindicatos que representan a los trabajadores portuarios de Dinamarca, Noruega y Finlandia habían anunciado planes para bloquear todas las exportaciones de coches Tesla a Suecia desde sus puertos.

IF Metall está pagando a los mecánicos en huelga hasta el 130% de sus salarios habituales, incluidas las aportaciones a sus fondos de pensiones y vacaciones, dijo Petersson en el sindicato.

“Estamos dispuestos a seguir el tiempo que haga falta”.

Los inversores respaldan a los trabajadores

Los trabajadores suecos ya han librado —y ganado— esta batalla antes. Toys R Us intentó resistirse a la negociación colectiva cuando llegó al país en 1995, pero cedió después de tres meses de acción sindical, que incluyó huelgas de solidaridad.

Esta vez, los inversores nórdicos también se han unido a la lucha. Un grupo de 16 inversores institucionales, incluidos fondos de pensiones y gestores de activos, instó a Tesla en una carta enviada a principios de este mes y vista por CNN a respetar la tradición de negociación colectiva de la región y expresó su “profunda preocupación” por la actitud de la empresa hacia los sindicatos.

El fondo danés PensionDanmark, cofirmante de la carta, dio un paso más. A principios de este mes anunció que había vendido su participación de US$ 70 millones en el fabricante de automóviles, citando la “negación muy categórica” de Tesla de los convenios colectivos.

Laura Carlson, profesora de Derecho de la Universidad de Estocolmo, no recuerda otro caso de desinversión destinado a defender las tradiciones laborales de la región nórdica. Y cree que es poco probable que Tesla prevalezca en su intento de saltárselas.

“Los convenios colectivos son la base del derecho laboral en Suecia”, declaró a CNN.

Hansson, de la Universidad de Uppsala, está de acuerdo.

“Me cuesta ver que los sindicatos pierdan. Han invertido demasiado. Realmente no pueden perder esta batalla”, dijo.

Tesla dijo a CNN en un comunicado que sus empleados “son recompensados con términos y condiciones de trabajo justos”. “Esta es la razón por la que Tesla, como muchas otras empresas, ha optado por no firmar un convenio colectivo”, añadió, declinando responder a preguntas concretas.

Elon Musk, consejero delegado de SpaceX y Tesla y propietario de X, antes conocida como Twitter, asiste a la conferencia Viva Technology en París el 16 de junio.

¿Es Alemania la próxima parada?

Las apuestas son relativamente bajas para Tesla en Suecia.

El país representó poco más del 6% de las ventas de Tesla en Europa en los 10 primeros meses del año, según Matthias Schmidt, analista independiente del mercado automovilístico.

El mayor riesgo para los resultados de la empresa se encuentra más al sur, en Alemania, un país que representó casi el 20% de sus ventas europeas durante el mismo período, según los datos de Schmidt, y donde el fabricante de automóviles tiene una fábrica capaz de producir 375.000 coches al año para clientes de todo el continente.

La legislación alemana dificulta que los trabajadores hagan huelga en solidaridad con los de otros lugares, pero las acciones de solidaridad en los países nórdicos “pueden actuar como catalizador” para que los trabajadores alemanes de Tesla se afilien a los sindicatos locales, dijo Schmidt.

Durante más de un año, los trabajadores de la planta de Berlín se han quejado de los agotadores horarios de trabajo, la escasez de personal y los estrictos objetivos de producción, según Markus Sievers, portavoz de IG Metall, el mayor sindicato alemán.

Sievers no quiso decir cuántos de los 11.000 trabajadores de la planta se habían afiliado a su sindicato, pero señaló que el sindicato estaba sumando miembros rápidamente y que “muchos” se habían afiliado este año.

“Todavía no estamos en el punto en el que podamos organizar una huelga”, dijo a CNN. “Todavía estamos acumulando fuerzas (en número)”.

¿Una exigencia en boca de algunos miembros de IG Metall? Un convenio colectivo, según el sindicato.

“Los sindicatos alemanes están esperando a que Tesla ceda”, afirma Hansson, de la Universidad de Uppsala. “Y entonces tendrán un argumento de peso: si se puede hacer una excepción en Suecia, entonces (se puede hacer) una excepción en Alemania”.

El camino hacia adelante

Para Tesla y Musk, negociar con los sindicatos significaría quedar mal.

El mayor fabricante de coches eléctricos del mundo ha aplastado varios intentos de sindicalización de su plantilla en Estados Unidos. La Junta Nacional de Relaciones Laborales del país ha acusado a Tesla de interrogar, disciplinar y discriminar a trabajadores implicados.

El propio Musk no ha ocultado su desdén por los sindicatos. La agencia federal le ordenó borrar un tuit de 2018 en el que insinuaba que los empleados de Tesla perderían sus opciones sobre acciones si formaban un sindicato.

Más recientemente declaró a The New York Times: “No estoy de acuerdo con la idea de los sindicatos”, y añadió que pensaba que “naturalmente intentan crear negatividad en una empresa”.

Pero la protección de los trabajadores organizados en Estados Unidos es mucho más débil que en Europa.

Carlson, de la Universidad de Estocolmo, dijo que una alternativa realista a la firma de un convenio colectivo en Suecia sería que Tesla contratara a un contratista que luego firmaría dicho convenio. Eso permitiría a Musk mantener al sindicato a distancia.

Amazon hizo algo similar cuando entró en el mercado sueco en 2020, contratando a una empresa de logística germano-suiza que ya había firmado un convenio colectivo con el Sindicato Sueco de Trabajadores del Transporte para operar su almacén en el país.

De momento, Tesla se ha atrincherado. A principios de este mes publicó un anuncio para un puesto en el departamento de asuntos jurídicos y gubernamentales de los países nórdicos, en concreto para alguien “con un historial probado en la introducción de cambios normativos” en la región.

El candidato seleccionado ayudará a garantizar que “los marcos políticos, normativos y fiscales” de los países nórdicos “apoyen la misión de Tesla”, según el anuncio publicado en LinkedIn.

Para Carlson, el nuevo puesto demuestra desconocimiento del contexto sueco.

“Demuestra una total falta de comprensión de lo que es el sistema (de negociación colectiva) y de lo fundamental que es en la sociedad sueca, no solo en el sistema jurídico”, afirmó.