(CNN Español) – La mayoría de los jubilados cobra el haber mínimo en Argentina, alrededor de US$ 123 mensuales, si tomamos como referencia la cotización oficial de la moneda estadounidense. Son más de cinco millones de personas, según estimaciones de expertos previsionales.
Pero lo que muchos no saben es que, al mismo tiempo, los jubilados son dueños de una caja cotizada en cerca de US$ 76.000 millones, según un comunicado difundido en diciembre por las autoridades salientes de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES).
La suma pertenece al Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) que, en el marco de la emergencia previsional decretada por el presidente Javier Milei, podría pasar a ser administrado por el Tesoro Nacional, de aprobarse el capítulo siete del apartado de reorganización económica del proyecto Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, que el Poder Ejecutivo envió hace unos días al Congreso para su abordaje en sesiones extraordinarias.
¿Qué es el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS)?
Este fondo financiero fue creado por el presidente Néstor Kirchner en 2007. Su objetivo es preservar al sistema previsional de las crisis económicas y está compuesto por diferentes instrumentos financieros. Con el fondo no se pagan las jubilaciones y pensiones mes a mes, pero fue creado para ese fin en caso de ser necesario.
Además, el fondo funcionó todo este tiempo para la inversión en proyectos productivos para fomentar el desarrollo de la economía nacional, promover la generación de empleo registrado que fortalezca el sistema y generar rentabilidad.
“La idea del fondo siempre fue tener recursos para el pago de prestaciones, porque se creó con el dinero que aportaron los jubilados en el sistema de AFJP”, afirma Andrea Falcone, abogada especialista en asuntos previsionales. Aunque aclara que “siempre el fondo fue utilizado para diferentes planes que no estaban necesariamente destinados a los jubilados”.
El doctor Cristian Gonzalez D’Alessandro, experto en temas de seguridad social, reafirma este concepto. “El fondo nunca se usó con el objetivo original”, dice el previsionalista. Recuerda además que el FGS está compuesto por acciones que el Estado tiene en empresas privadas, entre otros activos.
¿Para qué quiere el gobierno el FGS?
El capítulo en cuestión, que es parte del proyecto que debatirá el Congreso no hace referencia a ningún objetivo específico. Aún no ha habido definiciones del Gobierno sobre la necesidad de esta norma. Mientras tanto, los especialistas sostienen diferentes posibilidades.
“La ley que creó el fondo dice que el único destino que puede tener el FGS es evitar la crisis del sistema. Hoy los jubilados están en una crisis humanitaria. Pero evidentemente lo que se pretende es hacer más de lo mismo, pero, con esto de ingresar el FGS al tesoro nacional”, opina Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad.
Por otro lado, la Falcone se refiere al déficit del sistema como variante para la utilización del FGS. “Si se compara el ingreso de aportes de trabajadores y empleadores con lo que ANSES paga en jubilaciones y pensiones se tiene un déficit de alrededor del 51%, y eso lo financia el Tesoro, con lo cual creo que están pensando en cubrir el déficit con el dinero del FGS”.
La abogada sostiene además que, si eso pasa, la ausencia de un fondo anticíclico, característica esencial del FGS, va a complicar aún más un sistema que tiene problemas de índole demográficas y coyunturales, por la situación económica de Argentina.
Subsisten las dudas sobre el destino del FGS. González D’Alessandro piensa que puede servirle al Gobierno para otro fin.
“Entiendo que se van a licuar los recursos del FGS, se van a usar para pagar deuda, malvender las acciones y que sirva también para iniciar el proceso de dolarización”. Sostiene además que el sistema puede perder sustentabilidad y derivar inexorablemente en una privatización.
El futuro de este fondo está en manos del Congreso. Una vez que se apruebe la ley, si es que ocurre, el FGS pasará a manos del Tesoro Nacional y se conocerá su destino.