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Tres desertores de Corea del Norte opinan sobre el nuevo perfil de Kim Jong Un
02:19 - Fuente: CNN

Seúl, Corea del Sur (CNN) – El número de desertores norcoreanos que ingresaron a Corea del Sur casi se triplicó en 2023 en comparación con los dos años anteriores, dijeron las autoridades este jueves. La cifra incluye un mayor número de jóvenes y miembros de la élite norcoreana.

El Ministerio de Unificación de Corea del Sur registró 196 desertores que ingresaron al país el año pasado, según informó en una sesión informativa. Más de la mitad tenían entre 20 y 30 años, y alrededor del 84% eran mujeres o niñas, según datos del gobierno.

La cifra total es solo una fracción de los niveles previos a la pandemia (en 2019 llegaron 1.047 desertores), pero aun así marca un aumento significativo después de una fuerte caída durante el covid-19.

Corea del Norte cerró de golpe sus ya estrechas fronteras en 2020, hundiendo a la nación ermitaña en un aislamiento aún mayor. Solo 63 desertores entraron a Corea del Sur en 2021 y 67 en 2022, según datos del gobierno.

El país comenzó a reabrirse parcialmente en 2023, permitiendo el regreso de los ciudadanos que viven en el extranjero y reanudando vuelos internacionales a ciertos países, incluidos China y Rusia. Pero el Ministerio de Unificación dijo que algunos norcoreanos que viven en el extranjero optaron por no regresar y, en cambio, huyeron al Sur.

Alrededor de 10 de los que describió como norcoreanos de élite se encontraban entre los que desertaron el año pasado, el número más alto de este grupo desde 2017, según el Ministerio. Entre ellos se incluyen “diplomáticos, otros funcionarios y estudiantes radicados en el extranjero (a quienes) se les dijo que regresaran el año pasado cuando la situación de la pandemia entró en una nueva fase”, dijo un funcionario del Ministerio de Reunificación.

“Muchos deben haberlo encontrado inaceptable después de experimentar cómo era vivir en el mundo libre, sabiendo que la situación económica incluso empeoró y los controles internos se fortalecieron en Corea del Norte”, dijo el funcionario.

El ministerio dijo que no se podían dar más detalles por razones de seguridad.

La razón más citada para la deserción en 2023 fue la disidencia hacia el régimen gobernante de Kim, dijeron funcionarios surcoreanos, seguida de la falta de alimentos y el hambre en Corea del Norte, que anteriormente había sido la razón más citada en los últimos años.

Mientras millones de norcoreanos viven en condiciones de pobreza bajo la dictadura dinástica del líder Kim Jong Un, la élite rica del país, como los altos funcionarios del gobierno y sus familias, supuestamente tienen acceso a lujos como aire acondicionado, café e incluso teléfonos inteligentes aunque los teléfonos sólo pueden acceder a una intranet gubernamental fuertemente censurada.

Estos residentes viven en su mayoría en la capital, Pyongyang, donde unos pocos privilegiados disfrutan de instalaciones como cines, grandes almacenes y gimnasios cubiertos.

La mayoría de los que entraron en Corea del Sur el año pasado en realidad abandonaron Corea del Norte hace años, permaneciendo en terceros países durante mucho tiempo antes de emprender el viaje a Seúl, dijo el Ministerio, añadiendo que la diversificación de las rutas de deserción significó una “situación muy dura” dentro de Corea del Norte.

¿Cómo salen los norcoreanos del país?

Muchos desertores salen a través de la frontera de Corea del Norte hacia China, cruzando el río Yalu que separa los dos países. Después de ingresar a China, muchos cruzan ilegalmente la frontera hacia Laos o Myanmar y se dirigen a la embajada de Corea del Sur en esos países o continúan hasta Tailandia.

Si bien el gobierno de Corea del Sur está trabajando para apoyar el asentamiento de desertores norcoreanos que ingresan al país, está observando de cerca la posibilidad de que el número de desertores pueda aumentar gradualmente si Corea del Norte abre su frontera con China, dijo el ministerio.

China, un aliado cercano de Pyongyang, no considera refugiados a los desertores norcoreanos, sino que los ve como inmigrantes económicos ilegales. En virtud de un acuerdo fronterizo con Corea del Norte, los deporta por la fuerza.

Una vez de regreso a Corea del Norte, los desertores enfrentan posible tortura, violencia sexual, trabajos forzados, encarcelamiento en campos políticos o de reeducación, o incluso ejecución por parte del Estado norcoreano, según los activistas.