CNNE 1552606 - kate carlos realeza britanica

Nota del editor: Mari Rodríguez Ichaso ha sido colaboradora de la revista Vanidades durante varias décadas. Especialista en moda, viajes, gastronomía, arte, arquitectura y entretenimiento. Productora de cine. Columnista de estilo de CNN en Español. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivamente suyas. Lee más artículos de opinión en cnne.com/opinion

(CNN Español) –– Si son seguidores de la realeza, se habrán dado cuenta de que muy pocas veces leemos sobre la salud de sus miembros. Al final de sus vidas nos comunican su muerte y en muchos casos no se explica de qué han fallecido. O se dice ––como ocurrió con la muerte de la reina Isabel–– que murió de “vejez”, o sea de old age.

¿Qué creen ustedes? ¿Deberían las casas reales hablar con más naturalidad y transparencia de la salud de sus miembros? ¿Debemos enterarnos de qué padecen reyes, reinas, príncipes y princesas?

Igual que nos enteramos de sus vidas, de los amores, la ropa que llevan, los lugares a donde viajan, y hasta de sus divorcios y tragedias, ¿por qué razón nunca se habla de su salud?

En medios internacionales ––periódicos, revistas y televisión,  incluyendo revistas tan conocidas como Vanity Fair–– se está hablando precisamente de este tabú, que parece haberse roto en el Reino Unido. Y todos estamos muy sorprendidos con la noticia de que Kate, princesa de Gales, se sometió a una operación abdominal planificada que le dejará en el hospital entre 10 a 14 días y que después requerirá descanso en su casa por 2 o 3 meses. Y una hora más tarde supimos, por otro comunicado, que el rey Carlos también tendrá que ser hospitalizado para corregir un problema de obstrucción y crecimiento de la próstata. ¡O sea, nos comunican de un problema íntimo y muy personal del nuevo rey apenas 60 minutos después de la sorprendente noticia sobre Kate! Dos grandes noticias ––dos bombazos–– en un mismo día con sólo una hora de diferencia.

Yo me pregunto, porque siento ambivalencia en mis pensamientos sobre este tema, si es bueno saber tanto de personas que a veces vemos como personajes de cuentos, de ensueño, seres irreales que viven situaciones imposibles y se refugian en palacios y castillos. Pero al final, claro está, son humanos, igual que tú y yo… Aunque ––para conservar ese mystique–– quizás exista, de generación en generación, este silencio absoluto sobre las enfermedades de los royals.

De acuerdo con medios ingleses, esta ausencia de Kate de la vida pública va a tener un gran impacto, porque la gente se ha acostumbrado ––especialmente en los últimos meses–– a verla continuamente en todo tipo de actos oficiales. Kate es sin duda la favorita de todos, tanto en la familia como en el pueblo.

Por supuesto, cuando se habla de una operación abdominal planeada de antemano ––y que la princesa estará nada menos que 14 días en el hospital–– es suficiente para que comiencen las especulaciones y la gente se pregunte qué es en realidad lo que le pasa. O sea, sí, han dado la noticia, pero una noticia con muchas interrogantes que quedan por responder. Aunque el comunicado del palacio de Kensington no detalló el motivo de la operación que la alejará de la vida pública hasta abril, para frenar la especulación ha aclarado que la operación no tenía relación con un cáncer.

Lo de Carlos y la obstrucción de la próstata les ocurre a muchos hombres de su edad, aunque lo raro es que lo hayan dicho con tanta claridad. Y ya han comenzado las bromas y las chanzas y por eso no creo que al rey Carlos le haga mucha gracia haber sido tan sincero al revelar su benigno problema de salud.

Cuando la reina Isabel estaba en su último año de vida, y de acuerdo con el nuevo libro “The Making of a King: King Charles III and The Modern Monarchy” de Robert Hardman, quien por muchos años cubrió la información de la familia real, ella sabía que estaba mal y quizás no llegaría a la misma edad a la que llegó su madre, los 100 años.

Y en su última comparecencia oficial en el Castillo de Balmoral, pocos días antes de morir, se le vieron unos morados en las manos que antes nadie había notado. O sea, dicen que murió “de vejez”, pero nunca sabremos la verdad.

En fin, este fenómeno de comunicación quizás comience a ayudar y se podrá hablar con naturalidad cuando un royal esté enfermo y qué es lo que tiene. Y quizás se seguirá de ahora en adelante este ejemplo. No sé…

Solo tenemos que esperar sobre lo que nos digan de la evolución médica de Kate… ¡y del rey! Ojalá que Kate se recupere pronto porque es muy querida con sus tres hijos y un matrimonio feliz.

Y también deseamos que el rey Carlos se reponga enseguida y continúe su activa vida como monarca. Aunque, mientras tanto, nosotros los curiosos nos haremos unas cuantas preguntas y estaremos al tanto para ver en qué otro reinado ocurre otra cosa. Y que de pronto nos digan sobre la salud de sus monarcas. Sería, sin duda, un cambio muy grande de verdad.