(CNN Español) – Cuando el ministro de Economía de Argentina, Luis Caputo, anunció una devaluación del 54% del peso y un aumento del tipo de cambio del 118%, todos los especialistas en asuntos económicos sabían que el éxito o el fracaso de esa primera parte del plan dependía de la diferencia entre ese nuevo precio del dólar mayorista y el resto de las cotizaciones. El gobierno incluyó entre las medidas iniciales una devaluación del 2% mensual del tipo de cambio mayorista y se lanzó al desafío cambiario. Corría el 12 de diciembre de 2023 y Milei llevaba tan sólo 48 horas en la presidencia del país.
Durante los primeros días de conocida la noticia, el mercado reaccionó positivamente. El dólar mayorista comenzó su recorrido de incremento mentado por el gobierno, mientras que la divisa estadounidense en el sector informal y financiero se deslizaba sin demasiado ruido. Entre finales de diciembre y comienzos de enero de 2024, los dólares que se operan en el mercado se vendieron a alrededor de los 1.000 pesos por unidad. Por lo tanto, la brecha con el dólar mayorista se mantuvo entre el 20% y el 30%, algo que los analistas consideran razonable para evaluar la eficacia del plan inaugural.
Pero esa tendencia comenzó a cambiar en los últimos días.
Inflación, tasas y dólar
Los analistas de mercado coinciden en que una serie de factores contribuyen a que esa brecha se ensanche en lugar de reducirse o mantenerse como hasta entonces. El Indec informó el 11 de enero que la inflación de diciembre fue del 25%, lo que representa una presión para las cotizaciones, debido a la falta de incentivos para la inversión en instrumentos valuados en pesos.
De hecho, el Banco Central decidió en diciembre bajar la tasa de interés de referencia, que llega al 110% anual, muy por debajo de la inflación acumulada durante los últimos 12 meses, que alcanzó el 211%. Además, el gobierno intentó también bajar la temperatura de los dólares financieros, mediante el lanzamiento de un bono para importadores que tienen deudas no saldadas con sus proveedores o casas matrices. Se trata del Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), con el que el gobierno pretende desalentar la compra de dólares financieros como el Contado Con Liquidación (CCL) y así evitar que la brecha con el oficial se expanda.
Pero hasta aquí las licitaciones de ese bono tuvieron un nivel de recepción desparejo, dado que los importadores saben que el gobierno se verá necesitado de recalcular su política cambiaria, si la inflación no cede y la brecha acompaña esa suba.
En este contexto, la diferencia entre el dólar mayorista y el resto de los precios de la moneda estadounidense se ha ido profundizando, hasta llegar este martes a un 52,7% en el caso de la comparación con el dólar informal.
¿Qué esperan el mercado y el gobierno para las próximas semanas?
Para el economista Rodrigo Álvarez tener una brecha en los niveles de estas horas es un problema, porque condiciona el proceso de acumulación de reservas que es uno de los pilares para lograr una reducción de las expectativas de inflación. “Sin acumulación de reservas el programa económico no tiene sustento”, agrega. Al mismo tiempo, Álvarez no se sorprende por lo que está pasando: “esta dinámica es esperable, porque seguís teniendo tasas de interés negativas, porque el gobierno quiere diluir los incentivos para que crezcan los pasivos remunerados hasta un punto insostenible”.
Aunque al mismo, tiempo guarda una expectativa sobre lo que pueda pasar más adelante: “yo creo que el gobierno va a reaccionar, porque si hiciste todas las correcciones de precios relativos y volvés a tener una brecha en torno al 70, 80 por ciento, el programa económico va al fracaso. Yo creo que el gobierno no se va a exponer a eso y va a hacer las correcciones necesarias para que la brecha empiece a achicarse y volver a niveles más digeribles”.
De todas maneras, el economista sostiene que el gobierno va a hacer una nueva corrección del tipo de cambio para marzo o abril, para tener un tipo de cambio competitivo en los meses de liquidación de la cosecha gruesa.
Mariano Gorodisch, periodista especializado en economía y finanzas que escribe en el diario El Cronista, asegura que el momento cambiario es preocupante, porque una brecha alta impide que los exportadores liquiden sus divisas, lo que significa menor acumulación de reservas. Agrega que el Banco Central está postergando el acceso al dólar a los importadores y esto alimenta la diferencia de cotizaciones. “Para poder cumplir con los proveedores muchos van al CCL y eso presiona a la brecha. Otros van al ‘blue’ (o dólar paralelo) también y eso favorece el ensanchamiento de la brecha”.
Gorodisch arriesga además qué expectativa tiene el gobierno para los próximos meses: “el gobierno espera que para mayo el escenario sea distinto, la brecha sea mucho menor, porque van a empezar a entrar los 20.000 millones de dólares de la liquidación de los exportadores y así lograr una inflación más baja, al menos de un dígito, y tener otro panorama de cara al segundo semestre”.
Por estas horas, el gobierno se encuentra abocado a la aprobación parlamentaria de la denominada Ley Ómnibus, que el presidente considera clave para evitar ajustes financieros aún más severos. Mientras tanto, el dólar se ha despertado y agrega otro factor de tensión para la economía argentina.