(CNN Español) – Esta no es la primera vez que Kenneth Smith, el recluso que será ejecutado mediante el método de hipoxia de nitrógeno en Alabama, enfrenta la pena de muerte.
El 17 de noviembre de 2022, Smith iba a ser ejecutado por inyección letal, pero el procedimiento debió ser suspendido después de que sus administradores enfrentaron problemas para encontrar una vena para colocar la vía.
La ejecución de Smith fue cancelada alrededor de las 11:20 p.m. “Debido a las limitaciones de tiempo resultantes de la tardanza de los procedimientos judiciales”, dijo el departamento penitenciario en un comunicado, añadiendo que los protocolos necesarios para llevar a cabo la ejecución “no pudieron realizarse antes de que expirara la sentencia de muerte”.
La ejecución de Smith estaba prevista para las 6 p.m. por su papel en el asesinato de Elizabeth Sennett en 1988. Pero el Tribunal de Apelaciones del 11º Circuito de Estados Unidos le concedió una suspensión de la ejecución pocas horas antes de que expirara la sentencia, a medianoche. Luego, el estado presentó una apelación de emergencia ante la Corte Suprema de Estados Unidos, que menos de dos horas antes de que expirara la orden de muerte devolvió su decisión anulando la del tribunal inferior y otorgando al estado la capacidad de seguir adelante con la ejecución.
Aunque la orden del tribunal superior no proporcionó ningún comentario sobre la apelación de emergencia, señaló que los jueces liberales Sotomayor, Kagan y Jackson habrían mantenido la suspensión.
En septiembre de 2022 el estado de Alabama también tuvo que detener la ejecución de un condenado a muerte debido a la incapacidad de cumplir con los protocolos antes de la medianoche, según informaron entonces las autoridades.
En ese caso, se trató de la ejecución prevista para Alan Eugene Mille, que fue suspendida después de que un fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos anulara una orden judicial de un tribunal inferior en una disputa de larga data sobre si Miller moriría por inyección letal o por hipoxia de nitrógeno.
Ambos intentos fallidos de ejecución se produjeron inmediatamente después de la muerte de Joe Nathan James, a quien el estado ejecutó en julio en una ejecución que desde entonces ha sido objeto de un intenso escrutinio, después de que un informe en The Atlantic dijera que una autopsia privada mostró que James “sufrió una larga agonía”.
Los funcionarios penitenciarios habían cortado la piel de James para encontrar una vena para colocar una vía, lo cual no forma parte del protocolo de inyección letal de Alabama, dijo en esa oportunidad a CNN el Dr. Joel Zivot, un anestesiólogo y profesor de la Universidad Emory que presenció la autopsia.
Qué sucede con la aplicación de una inyección letal
La inyección letal es el método más habitual de aplicar la pena de muerte en Estados Unidos.
El gobierno de EE.UU. y 27 estados reservan la pena de muerte a quienes consideran lo peor de lo peor. En un protocolo común de inyección letal, se administra un trío de sustancias químicas en tres pasos: en primer lugar, un anestésico deja inconsciente al recluso; a continuación, un segundo fármaco lo paraliza y, por último, un tercero detiene su corazón.
Desde que en 2009 se perdió el acceso al anestésico tiopental sódico, las empresas farmacéuticas europeas lo prohibieron en las ejecuciones y el único productor estadounidense dejó de fabricarlo. Algunos estados han utilizado el pentobarbital en un protocolo de un solo fármaco para ejecutar a los condenados a muerte, mientras que otros han adoptado el midazolam como anestésico del método de tres fármacos.
Sin embargo, el midazolam se ha convertido en objeto de demandas por parte de reclusos que alegan que no es eficaz para inducir la inconsciencia, exponiéndoles potencialmente al dolor causado por los otros dos fármacos. De hecho, éstos pueden tener un efecto muy doloroso, incluso en entornos clínicos, y se utilizan en dosis mucho mayores para una ejecución, según explicaron los expertos a CNN.
El caso de Smith
Kenneth Eugene Smith fue condenado a pena de muerte por su participación en el asesinato por encargo de Elizabeth Sennett en 1988 en Alabama. Según los registros judiciales, su marido, el ministro Charles Sennett, contrató a alguien que a su vez contrató a otras dos personas, entre ellas Smith, para que mataran a su esposa y lo hicieran pasar por un robo.
Sennett, que según los tribunales tenía una amante y había suscrito una póliza de seguros para su esposa, se suicidó una semana después del asesinato, cuando los investigadores se centraron en él. Smith fue finalmente detenido después de que los investigadores registraran su casa y encontraran la videograbadora de los Sennett.
Muerte por gas nitrógeno
Tras el intento fallido de la ejecución por inyección letal, Smith pidió morir con gas nitrógeno. Poco se sabe acerca de cómo se llevará a cabo el método —la hipoxia de nitrógeno— durante un período de ejecución de 30 horas de jueves a viernes, ya que el protocolo publicado por el estado tiene redacciones que, según los expertos, protegen detalles clave del escrutinio público. El estado, en registros judiciales, indicó que las redacciones se hicieron para mantener la seguridad.
“Este es un protocolo que ha sido creado de la nada”, dijo Robin Maher, director ejecutivo del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, una organización sin fines de lucro que critica cómo se administra la pena capital en Estados Unidos pero no adopta una postura en eso.
“No hay precedentes para esto”, dijo a CNN. “No hay pruebas de este procedimiento. Nadie sabe cómo va a ocurrir”.
Este jueves, a horas de que se concrete la ejecución, Smith, volvió a pedir a la Corte Suprema de Estados Unidos que la detenga.
Con información de Chris Christopher Hickey, Dakin Andone, Will Mullerytopher Hickey, Dakin Andone, Will Mullery, Ariane De Vogue, Jamiel Lynch, Tina Burnside y Devan Cole de CNN