(CNN) – Los negociadores del Senado acordaron facultar a Estados Unidos para restringir significativamente los cruces ilegales en la frontera sur, según fuentes familiarizadas con el asunto, una medida destinada a poner fin a la oleada de migrantes que ha desbordado a las autoridades federales en los últimos meses.
El acuerdo del Senado, que se espera se presente la próxima semana, también aceleraría el proceso de asilo para considerar los casos en un plazo de seis meses, en comparación con el sistema actual, según el cual los solicitantes puede legar a esperar hasta 10 años.
Los detalles abren una nueva ventana a las negociaciones de alto nivel que llevan meses, mientras los líderes del Senado mantienen la esperanza de poder vincular el acuerdo a la ayuda a Ucrania, Israel y Taiwán, a medida que crisis nacionales e internacionales se ciernen como amenazas. El plan también presionaría a los republicanos para que decidan si dan luz verde a estas nuevas facultades o rechazan el plan, ya que el expresidente Donald Trump ha instado al Partido Republicano a rechazar todo lo que no sea lo que él llama un proyecto de ley “perfecto”.
El presidente Joe Biden, en una declaración poco habitual sobre negociaciones en curso en el Congreso, dijo que el acuerdo en el que han trabajado los negociadores del Senado es a la vez duro y justo.
“Lo que se ha negociado sería —si se aprueba como ley— el conjunto de reformas más duras y justas para asegurar la frontera que jamás hayamos tenido en nuestro país”, dijo en una declaración del viernes. “Me daría, como presidente, una nueva autoridad de emergencia para cerrar la frontera cuando se vea desbordada. Y si se me da esa autoridad, la usaría el día que firme el proyecto de ley”.
Según el paquete de medidas, que se dará a conocer próximamente, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) tendría una nueva autoridad de emergencia para cerrar la frontera si el promedio diario de cruces de migrantes alcanza los 4.000 en una semana. Si los cruces superan los 5.000 al día en una semana determinada, el DHS estaría obligado a cerrar la frontera a todos los migrantes en situación irregular. A ciertas personas se les permitiría quedarse si se demuestra que huyen de la tortura o la persecución en sus países.
Además, si los cruces de migrantes superan los 8.500 en un solo día, el DHS estaría obligado a cerrar la frontera a las personas que la atraviesen de manera irregular. Según la propuesta, a cualquier inmigrante que intente cruzar la frontera dos veces mientras esté cerrada se le prohibiría la entrada en EE.UU. durante un año.
El objetivo del trío de negociadores ––el senador republicano James Lankford, de Oklahoma, la senadora independiente Kyrsten Sinema, de Arizona, y el senador demócrata Chris Murphy, de Connecticut–– es evitar oleadas que desborden a las autoridades federales. El Gobierno de Biden y los líderes del Senado han estado muy implicados en las conversaciones, y se espera que en los próximos días se den a conocer más detalles del acuerdo.
Tan solo en diciembre se produjeron más de 300.000 encuentros con migrantes. Según la fuente, si la nueva legislación entrara en vigor, la frontera se cerraría inmediatamente para los migrantes en situación irregular (los inmigrantes que pidan cita legalmente o viajen legalmente dentro y fuera de EE.UU. seguirían teniendo acceso a los puertos de entrada).
Pero la presión para llegar a un acuerdo se produce en un momento en el que Trump ha movilizado a los republicanos para que rechacen cualquier compromiso en materia de inmigración, mientras hace campaña contra la gestión de la frontera por parte del presidente Joe Biden. Sin embargo, varios de los principales republicanos del Senado, entre ellos Mitch McConnell, afirman que la cuestión debe tratarse ahora, ya que los demócratas están dispuestos a aprobar restricciones más duras.
Nota del editor: este artículo fue actualizado con información adicional.