(CNN Español) – Este domingo 4 de febrero más de 6 millones de salvadoreños están convocados a las urnas para elegir al presidente para el periodo 2024-2029, así como al vicepresidente y a 60 diputados que integrarán la Asamblea Legislativa. ¿Cómo está el panorama político en un momento en que el oficialismo busca continuar en el poder?
En la carrera por la presidencia se encuentran Nayib Bukele (Nuevas Ideas), actual mandatario con permiso de la Asamblea Legislativa para la campaña electoral, y cinco candidatos de la oposición: Manuel Flores (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN), Joel Sánchez (Alianza Republicana Nacionalista, Arena), José Renderos (Fuerza Solidaria), Luis Parada (Nuestro Tiempo) y Marina Murillo (Fraternidad Patriota Salvadoreña).
Los principales partidos opositores, el FMLN y Arena, gobernaron El Salvador desde 1989 hasta junio de 2019, pero el triunfo de Bukele ese mismo año puso fin al bipartidismo e hizo caer sus niveles de preferencia.
Según una encuesta publicada por Cid Gallup en noviembre, Bukele lidera la intención de voto para las elecciones de este domingo.
La encuesta hecha por teléfono a 1.200 salvadoreños entre el 6 y el 13 de noviembre señala que el 93% de los consultados votaría por Bukele para un segundo mandato, tomando en cuenta solo votos válidos. Los resultados, con un nivel de confianza del 95% y un margen de error de + - 2,8 puntos señalan que el segundo en preferencias Joel Sánchez de Arena alcanzaría un 3% de apoyo.
Otra estudio publicado en enero por el consorcio electoral Observa El Salvador, integrado por varias organizaciones y universidades, señala que Bukele alcanza el 70,9% de preferencia electoral. Los resultados del estudio, que incluyó entrevistas y una simulación de voto con 1.904 boletas, dejan en un lejano segundo lugar al candidato del FMLN, Manuel Flores, con 2,9%; Joel Sánchez con el 2,7%; Luis Parada con 1,1% y Marina Murillo con el 0,6%.
La abogada constitucionalista Ruth López dice que la oposición salvadoreña llega a la elección de forma desarticulada debido a problemas de financiamiento, de estructura y de las posibilidades frente a un cambio de reglas en la contienda electoral.
“La campaña ha sido muy atípica y desigual a partir del uso de recursos públicos en campaña electoral para favorecer a un partido político y, por el otro lado, que se ha negado la deuda política (un derecho de financiamiento público) a los partidos de oposición”, aseguró.
Según el artículo 210 de la Constitución de El Salvador, la deuda política está establecida como un “mecanismo de financiamiento para los partidos políticos contendientes, encaminado a promover su libertad e independencia”.
La entrega de este financiamiento está desarrollada en la Ley de Partidos Políticos, que establece que los institutos políticos tendrán derecho a recibir del Estado una suma de dinero por cada voto válido que obtengan en las elecciones para presidente, vicepresidente, diputados, entre otros. (pag. 64)
De esta forma, el monto total es distribuido entre los partidos políticos conforme al porcentaje de votos válidos obtenidos en la elección inmediata anterior.
En su informe “Análisis de los principales desafíos y riesgos de las elecciones 2024”, Observa El Salvador señala que hay “una cancha desigual para los contendientes en cuanto al acceso al financiamiento”.
Asegura que el Tribunal Supremo Electoral y el Ministerio de Hacienda “no han garantizado la entrega oportuna de la deuda política, lo que significa que los partidos en campaña para las elecciones presidenciales, legislativas y municipales carecen del financiamiento mínimo del Estado para competir en condiciones justas”.
El TSE dijo a CNN que el organismo no tiene facultades para vigilar la entrega de la deuda pública, ya que solo emite una carta a los partidos en la que se detalla que participaron en las elecciones anteriores y la cantidad de votos obtenidos. Explicó que con esa carta, los partidos políticos inician la solicitud de la deuda pública que debe entregar el Ministerio de Hacienda.
CNN está buscando comentarios del Ministerio de Hacienda sobre la situación actual, pero hasta el momento no ha obtenido respuesta.
De igual forma, el informe señala que el Congreso, de mayoría oficialista, aprobó reformas legales a menos de un año de las elecciones que “tienen incidencia directa sobre las elecciones”, incluidas la reducción del número de diputados, de 84 a 60 y un cambio de fórmula para calcular la asignación de escaños, así como los cambios en la división política administrativa del país que reducen los municipios de 262 a 44.
“El cambio en la fórmula electoral, sumado al tamaño de los distritos y el número de escaños a distribuir, puede generar una reducción del pluralismo, dado que dificulta la representación de las minorías en ese órgano de gobierno”, indica el informe.
El consorcio electoral también enlista como causa de desventaja para la oposición la que califica de “autonomía limitada” del Tribunal Supremo Electoral (TSE), por haber legitimado la inscripción de Bukele como candidato presidencial al “acatar y cumplir la interpretación de la Sala de lo Constitucional, a pesar de que el TSE es la última autoridad en asuntos electorales y podría declarar no procedente dicha interpretación”.
Bukele busca su segundo mandato en las elecciones del 4 de febrero amparado en un fallo de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de 2021. La oposición había rechazado su candidatura al considerar que al menos cinco artículos de la Constitución prohíben la reelección de Bukele y pidieron en aquel momento a los magistrados que no lo aceptaran como candidato.
Otro punto en contra, según el informe, es la ausencia de un control efectivo del Tribunal en temas relacionados con la entrega de la deuda política a los partidos contendientes, regulada en el artículo 210 de la Constitución y el artículo 52 de la Ley de Partidos Políticos.
Los pronósticos señalan que Bukele, de la mano de su partido Nuevas Ideas, podría ser el primer presidente en repetir el cargo en la historia democrática reciente de El Salvador. Para ganar en primera vuelta un candidato debe obtener el 50% + 1 de los votos válidos. Si ninguno obtiene ese porcentaje, el Tribunal Supremo Electoral deberá organizar el balotaje con los dos candidatos más votados.
¿Quiénes son los 5 candidatos opositores?
Manuel Flores
Aspira a ser presidente de El Salvador bajo la bandera del partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Es biólogo y fundador de ese partido de izquierda. Fue alcalde de Quezaltepeque de 2003 a 2012 y durante los 9 años siguientes fungió como diputado de la Asamblea Legislativa.
Joel Sánchez
Es el candidato presidencial por el partido Alianza Republicana Nacionalista, Arena. Emigró a los 19 años a Estados Unidos debido al clima de inestabilidad política y la Guerra Civil en El Salvador. Es Licenciado en Administración de Empresas, por la Universidad Keiser en Fort Lauderdale, Florida. No posee trayectoria política.
José Renderos
Es un médico obstetra, quien compite por el partido Fuerza Solidaria. En 2018, fue candidato a alcalde de San Miguel por el partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena).
Luis Parada
Aspirante del partido Nuestro Tiempo. Es abogado y especialista en litigios y arbitrajes internacionales. Obtuvo una licenciatura en Seguridad Nacional en la Academia Militar de West Point y una maestria en Gobierno en la Universidad de Georgetown.
Marina Murillo
Es arquitecta y busca llegar a la silla presidencial bajo la bandera del partido Fraternidad Patriótica Salvadoreña.
Con información de Merlin Delcid