Hay formas de abordar la disminución del deseo, así como el dolor durante las relaciones sexuales y la falta de placer, dijo la terapeuta matrimonial y familiar Vanessa Marin de Santa Bárbara, California.

(CNN) – Han pasado casi cuatro años desde que el mundo quedó paralizado por la pandemia de covid-19, pero no te sorprendas si no te sientes muy sexy.

La función sexual, que incluye factores como el deseo, la excitación y el placer, en hombres y mujeres disminuyó significativamente después del inicio de la pandemia de covid-19, según un metanálisis de enero de 2022 de 21 estudios publicado en la revista BMC Public Health. Y las mujeres –incluso más que los hombres– manifestaron conflictos en lo que respecta al deseo.

“He estado escuchando sobre esto desde los primeros meses de la pandemia y definitivamente es una tendencia que ha continuado”, dijo Vanessa Marin, terapeuta matrimonial y familiar autorizada con sede en Santa Bárbara, California.

Si tú y su pareja se encuentran en una rutina, hay maneras de salir de ella, dijo.

“Estar en una relación realmente es como trabajar juntos como equipo para descubrir: ‘Oye, ¿qué es lo que ambos queremos y cómo trabajamos juntos para conseguirlo?”, añadió Marin, coautora de “Sex Talks: Las cinco conversaciones que transformarán tu vida amorosa”.

El estrés mata el sexo

¿Por qué el covid-19 crearía un problema tan constante para el deseo sexual? Por el estrés, asegura el Dr. Justin Lehmiller, investigador del Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana.

“Tiene sentido que la gente haya experimentado muchas dificultades durante este tiempo porque hubo importantes perturbaciones en la vida que no necesariamente desaparecieron cuando el mundo se reabrió”, dijo Lehmiller, quien también es presentador del “Sex and Psychology Podcast”.

Es difícil para el cuerpo de las personas encontrar espacio para el sexo cuando están bajo estrés, dijo Marin.

“Para la gran mayoría de las personas, si estás bajo mucho estrés, tu cuerpo cierra cualquier vía hacia la excitación y el deseo”, afirmó.

Además de las preocupaciones sobre el estado del mundo y la salud de su familia, la transición a un mundo de covid-19 sin cuidado infantil, trabajando desde casa y con menos salidas sociales significó un mayor estrés para muchas personas, pero especialmente para las mujeres.

“La pandemia puso realmente en primer plano las cuestiones de la carga y el trabajo mental como nunca antes”, dijo Marin. La carga mental se refiere a tareas que requieren planeación, preparación y seguimiento para mantener un hogar.

Tiene sentido que las mujeres que asumieron una mayor proporción del trabajo doméstico, mientras trabajaban desde casa, comenzaran a sentir que la intimidad con su pareja era otro elemento en la lista de pendientes, añadió.

Y aunque las cosas volvieron a algo más cercano a la normalidad después de que se levantó el encierro, es posible que la gente se haya acostumbrado a cómo eran las cosas. Eso significa que muchas personas probablemente no han encontrado formas de revitalizar sus relaciones, dijo Deborah Fox, terapeuta sexual autorizada y trabajadora social clínica con sede en Washington.

Espontánea vs receptiva

Ese sentimiento al comienzo de una relación cuando el deseo arde todo el tiempo es en realidad una anomalía en el mundo de la sexualidad, y está bien si tienes que cambiar tu enfoque a medida que avanza la relación, cuenta Fox.

Muchas personas, particularmente las mujeres, tienden a experimentar lo que se llama excitación receptiva en lugar de excitación espontánea, añadió.

Mientras que alguien que se excita espontáneamente puede estar interesado en el sexo en muchas circunstancias, las personas que responden más a su deseo requieren un contexto menos estresante y un contacto con su pareja que inicie su excitación, explicó Fox.

“Si quieres tener relaciones sexuales el sábado, comienza los juegos previos el miércoles”, dijo.

Y no tiene por qué ser explícito. Los juegos previos podrían consistir en pasar tiempo con tu pareja viendo tu programa favorito, tener una cita divertida o incluso tomar un baño caliente, asegura Fox.

Para volver a un espacio donde el deseo es más regular, Fox recomienda reservar un tiempo en el que tú y tu pareja estén conectados físicamente.

Es importante destacar que eso no significa necesariamente que será ese el momento en que tendrás relaciones sexuales, y realmente no debería haber presión para que llegue allí, indicó.

En lugar de eso, abrázate, bésalo o tómalo de la mano en el momento designado y mantente abierto a donde pueda llegar. Y no olvides divertirte con ello, dijo Fox.

“Ese tipo de ritmo regular de actividad es lo que se requiere porque, de lo contrario, la deriva se hace cargo”, añadió. “Y si ya estás alejándote de la pandemia, resulta incómodo volver a ella”.

Cómo recuperar la chispa

Con un tema tan multifacético como el deseo sexual, hay muchos pasos que puedes tomar si quieres recuperar el ritmo.

Primero, haz un inventario de tu conexión emocional con tu pareja: ¿te sientes desconectada o resentida? Trabajar juntos o con un terapeuta en esos elementos de la relación podría abordar los problemas físicos, dijo Marin.

Luego mira la calidad del sexo que estás teniendo.

“La gran mayoría de las personas describen su sexo como aburrido, rutinario, predecible y que no obtienen nada de ello”, añadió.

Es posible que no sepas exactamente qué es lo que te devolvería algo de sabor, pero comienza preguntándote y hablando con tu pareja sobre lo que disfrutas en tu vida sexual; seguir esa guía puede mejorar la experiencia para ti, dijo Marin.

Por último, las mujeres tienen que empezar a hablar sobre el dolor.

“La investigación ha demostrado que el 30% de las mujeres experimentaron dolor la última vez que tuvieron relaciones sexuales, lo cual es una cifra realmente alarmante”, afirmó Marin. “Si sientes dolor durante las relaciones sexuales, no tiene sentido desearlo, por lo que abordar el dolor sexual es otro excelente punto de partida para muchas personas”.

Ella recomienda hablar con un médico o ginecólogo y tal vez con un terapeuta sexual para abordar cualquier dolor.

Es crucial que no respondamos a las dificultades sexuales evitándolas, dijo Lehmiller.

En su investigación, hubo “muchas personas que lidiaron con las dificultades sexuales simplemente evitando el sexo, porque a veces es más fácil simplemente no hacerlo y no hablar de ello que tener esas conversaciones difíciles”, dijo Lehmiller.

Y los datos mostraron que los hombres eran más propensos que las mujeres a buscar ayuda profesional para los problemas sexuales que experimentaban, afirmó.

“Desafortunadamente, creo que hemos normalizado las dificultades sexuales de las mujeres”, añadió.