(CNN Español) – El incendio que en 2016 afectó Fort McMurray causó alarma en Alberta, Canadá, e hizo que alrededor de 88.000 personas tuvieran que ser evacuadas de sus casas, según informaron las autoridades entonces.
Los hechos quedaron documentados en el libro Fire weather. A true story from a hotter world (Clima de fuego. Una historia real de un mundo más caliente), escrito por el periodista y autor estadounidense-canadiense John Vaillant, quien a la luz de ese caso y de otros incendios recientes —como los ocurridos en Hawai en 2023 o los de Colombia y Chile este año— señala que el planeta vive condiciones para que estos siniestros sean cada vez más comunes.
En entrevista con CNN, Vaillant apunta que “lo que está pasando ahora es que estos incendios que solíamos pensar que estaban aislados en lugares calientes y secos ahora están ocurriendo más ampliamente alrededor del globo”.
“Lo que esto nos dice es que nadie es inmune a este riesgo, y tenemos que mirar al fuego de forma diferente y tenemos que observar la inflamabilidad de nuestras comunidades de forma diferente”, insiste.
En Fire weather —incluido entre los 10 mejores libros de no ficción publicados en 2023, según el listado de la revista Time—, Vaillant reconstruye lo sucedido en Fort McMurray y busca dar una explicación científica sobre el contexto que actualmente favorece este tipo de incendios.
Su conclusión es que el cambio climático no solo está aumentando la temperatura del planeta, sino que también está haciendo que haya menos humedad en los bosques. Ante estas condiciones, dice, se eleva el riesgo de que un incendio forestal comience y de que las brasas se propaguen con el viento hacia otras zonas y enciendan más focos.
“Las brasas vuelan y, debido a que (el entorno) está más caliente y más seco, las brasas se mantendrán inflamables por más tiempo. Pueden volar por un kilómetro, pueden volar por cinco kilómetros si hay vientos altos. Una rama entera o la piña de un árbol puede navegar por varios kilómetros, aterrizar en un lugar que no haya sido tocado por el fuego y comenzar un nuevo incendio, así que ahora tienes dos incendios”, expone.
Vaillant, autor de otros libros sobre medio ambiente, dice que lo primero que sintió al ver los incendios de este año en Colombia y Chile fue “horror”. “Lo que es particularmente horroroso es la letalidad, lo mortal de estos incendios”, agrega.
Tan solo en Chile, donde el 2 de febrero se declaró alerta roja por los incendios en el centro y sur del país —en lugares como Valparaíso y Viña del Mar—, 131 personas murieron en estos hechos, según el más reciente reporte del Servicio Médico Legal de Chile. De ese total, 83 cuerpos habían sido identificados hasta este domingo.
A pesar del contexto global, Vaillant rechaza que la situación sea irreversible. Afirma que los países pueden tomar diversas acciones, como reducir el consumo de combustibles fósiles para, a su vez, bajar las emisiones de gases de efecto invernadero y el calentamiento del planeta.
Otra medida, dice, es revisar las casas y comunidades y pensar en vías para hacerlas menos inflamables y vulnerables al fuego. “Básicamente, tenemos que actualizar nuestra forma de pensar y la forma en la que vemos los lugares donde vivimos y cómo se relacionan con las tierras salvajes alrededor, porque de ahí es de donde viene la mayoría de los incendios”, argumenta.
Un ejemplo de esto, señala, es FireSmart en Canadá, un programa que busca enseñar a ciudadanos y constructores qué acciones concretas pueden tomar para que los hogares sean más seguros frente al fuego. Entre las recomendaciones está mantener los techos limpios de escombros, conservar el pasto de los jardines a una altura por debajo de los 10 centímetros y dejar la madera almacenada lejos de la construcción, según la página web del organismo.
Frente al riesgo de más incendios en un planeta cuya temperatura crece y debido al efecto que estos sucesos pueden tener en comunidades de todo el mundo, Vaillant considera que este asunto debería ser tratado por los países como un tema de seguridad nacional.
“Es un asunto realmente serio y me siento triste por la gente de Viña del Mar. Es devastador lo que pasó ahí y es sobre lo que escribí en Fire weather…, y la experiencia de escribir ese libro me convirtió en una especie de evangelista de la seguridad contra incendios, porque es terrible el impacto que tienen en la gente”, concluye.