(CNN) — La alerta sísmica no se activa ante cada temblor que se registra en México, pues depende de múltiples variables. Te lo explicamos.
De acuerdo con el Gobierno de México, el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) es una red de sensores que, al detectar un sismo fuerte, emite una señal que utiliza ondas de radio, la cual alerta a las ciudades en las que tiene cobertura con un tiempo variable de anticipación.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señala que la alerta sísmica proporciona el aviso entre 20 y hasta 120 segundos antes de la llegada de un terremoto, dependiendo de la distancia con el epicentro y las primeras detecciones de las estaciones sísmicas.
El SASMEX es manejado por el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico y está integrado por una red de 96 sensores instalados en Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Colima, Jalisco y Puebla, así como 8 centrales que reciben la alerta: Ciudad de México, Oaxaca, Acapulco, Chilpancingo, Morelia, Puebla, Cuernavaca y Colima.
Según el SASMEX, el sismo es evaluado hasta por tres algoritmos para determinar su posible magnitud y el sistema debe evaluar el sismo en más de dos estaciones. En caso de que el temblor supere en ambas el umbral preestablecido de alertamiento, se emitirá de manera regionalizada un aviso de Alerta Sísmica.
Hay dos factores principales a tener en cuenta: la magnitud estimada y la distancia de la ciudad en la que se activaría la alerta.
Activación de alerta sísmica
La alerta sísmica se activa cuando la magnitud del sismo es mayor a 5 y se registra a no más de 170 kilómetros de la ciudad a alertar; en un sismo de magnitud 6 con epicentro ubicado a más de 350 kilómetros y cuando la magnitud del sismo es mayor a 5,5 y su epicentro está a menos de 350 kilómetros.
La información de los sensores cercanos al lugar del sismo permite la emisión automática de avisos de alerta vía onda de radio que anticipan los efectos de un sismo fuerte. Esto ocurre porque las ondas de radio son más rápidas que las ondas sísmicas.
“Con dicha alerta se busca proteger las zonas más densamente pobladas y con mayor infraestructura vulnerable a temblores, como el Valle de México, Oaxaca, Colima y Guadalajara. Esta herramienta de prevención no está en toda la República debido a que en ciertos lugares, en vez de alerta, podría causar alarma, pues hay localidades donde la sismicidad es baja y los temblores son casi imperceptibles”, expone Víctor Hugo Espíndola Castro, investigador del Servicio Sismológico Nacional, en un artículo de la UNAM.
Además, el académico señala que es un mito que este sistema deba activarse cada que vez que hay un sismo, pues tan solo en la Ciudad de México se registran cerca de 70 temblores diarios y no por eso debe sonar 70 veces. “Lo que realizan en el CIRES es calcular el número de aceleraciones máximas de ciertas estaciones cercanas al epicentro para asegurarse de si es necesario detonar la alerta”, añade.
Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reportaron previamente que, del 3 de diciembre de 2023 al 10 de enero de 2024, se presentaron 23 movimientos telúricos con magnitudes que van de 1,1 a 3,2, en las alcaldías Magdalena Contreras y Álvaro Obregón, con profundidades menores a 1,4 kilómetros. Atribuyeron los sismos en esa zona de la capital del país a la recién descubierta falla de Plateros-Mixcoac, la cual, explicaron los investigadores, se debe a “la acumulación de tensión en la región, y posiblemente también al hundimiento del Valle de México y a la recarga del acuífero en la Sierra de las Cruces, que alimenta la zona metropolitana”.
¿Cómo se miden los sismos?
El Gobierno de México señala que los sismos se miden con base en su intensidad, que se refiere al efecto que produce un temblor en el suelo, las construcciones y el ser humano. El valor de la intensidad depende del lugar en que se mida.
También se toma en cuenta su magnitud, que es una medida de la cantidad de energía liberada durante el temblor y, a diferencia de la intensidad, tiene una escala compartida a nivel mundial.
Por este motivo la percepción de los sismos puede ser variable. Por ejemplo, el sismo del 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México fue de magnitud 7,1, y su percepción superior a la del terremoto de 1985, que fue de 8,1.
De acuerdo a un boletín de la UNAM, esto se explica porque en 1985 el epicentro fue muy lejano y bajo las costas del estado de Michoacán, a más de 400 kilómetros de la capital del país, mientras que el de 7,1 ocurrió a 120 kilómetros al sur de la Ciudad de México; además, la ruptura del sismo del 19 de septiembre de 2017 ocurrió dentro de la placa oceánica de Cocos.
¿Cuándo no se activa la alerta sísmica?
De acuerdo con el CIRES, un sismo no amerita alerta cuando ocurre lejos de la zona de cobertura de detección del SASMEX o cuando las estimaciones de su energía no rebasan los niveles definidos.
Una alerta puede activarse para ciertas ciudades y para otras no, al depender de la estimación de energía y la distancia donde se origina el sismo.
Jonatán Arreola Manzano, subdirector de Riesgo Sísmico del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), explica en un artículo de la UNAM: “El sistema es eficiente cuando estos fenómenos se dan a más de 400 kilómetros de distancia porque se tendrán alrededor de 60 segundos para que la población se resguarde y tome las precauciones convenientes. Si el sismo ocurre debajo del punto a alertar, tecnológicamente no es posible que suene debido a que las ondas sísmicas viajan a cuatro kilómetros por segundo, por tanto lo sentimos casi a la par de la alerta”.
Manzano añade que, en caso de que el algoritmo no estime que se trata de un sismo potencialmente peligroso, o bien, si el temblor ocurre en una zona sin cobertura, no se emitirá la alerta. “Entre más lejos esté el sitio que se quiere alertar, habrá más tiempo para salvaguardarnos; pero eso no se sabe hasta que ocurre el evento”, detalla.