Más de 500 nuevos reclutas del Ejército Popular de Liberación (EPL) fotografiados el 15 de septiembre de 2020 en Kunming, provincia de Yunnan. Las brigadas de voluntarios de China apoyan al EPL.

(CNN) – Las empresas chinas están haciendo algo rara vez visto desde la década de 1970: crear sus propios ejércitos de voluntarios. Al menos 16 grandes empresas chinas, incluido un gigante lácteo de propiedad privada, han establecido fuerzas de combate durante el año pasado, según un análisis de CNN de los informes de los medios estatales.

Estas unidades, conocidas como Departamentos de las Fuerzas Armadas del Pueblo, están compuestas por civiles que conservan sus empleos habituales. Actúan como reserva y fuerza auxiliar para el Ejército de China —el más grande del mundo— y están disponibles para misiones que van desde responder a desastres naturales y ayudar a mantener el “orden social”, hasta brindar apoyo durante tiempos de guerra.

Las fuerzas, que actualmente no operan fuera de China, tienen más en común con la Guardia Nacional de Estados Unidos que con su movimiento de milicias, en referencia a organizaciones paramilitares privadas que generalmente tienen un enfoque político de derecha.

El establecimiento de brigadas corporativas pone de relieve las crecientes preocupaciones de Beijing sobre posibles conflictos en el extranjero, así como sobre el malestar social que existe en el país debido a que la economía tambalea, dicen los analistas.

También es visto como una respuesta a la pandemia y parte de los esfuerzos del líder chino, Xi Jinping, para reforzar el control del Partido Comunista sobre la sociedad, incluso en el sector empresarial.

“El regreso de las milicias corporativas refleja el creciente enfoque de Xi en la necesidad de integrar mejor el desarrollo económico con la seguridad nacional mientras el país enfrenta un futuro difícil de crecimiento más lento y competencia geopolítica creciente”, afirmó Neil Thomas, especialista en Política China del Centro de Análisis de China del Asia Society Policy Institute.

“Las milicias corporativas bajo liderazgo militar podrían ayudar al Partido Comunista a sofocar de manera más efectiva incidentes de malestar social como protestas de consumidores y huelgas de empleados”, dijo.

La economía de China creció un 5,2 % en 2023, ligeramente mejor que el objetivo oficial que se había fijado Beijing. Pero el país enfrenta una infinidad de desafíos, incluida una crisis inmobiliaria récord, un creciente desempleo juvenil, presión deflacionaria, crecientes incumplimientos corporativos y crecientes tensiones financieras en los Gobiernos locales.

Las protestas parecen extenderse a medida que crece la frustración. El número de huelgas y manifestaciones laborales aumentó a 1.794 en 2023, más del doble que en 2022, cuando se registraron 830 casos, según datos del China Labor Bulletin, una organización sin fines de lucro con sede en Hong Kong, que monitorea las protestas de los trabajadores.

Hace poco más de un año, los manifestantes se enfrentaron con la policía en la fábrica de iPhone más grande del mundo, en Zhengzhou, mientras la ira se desbordaba contra Foxconn por incumplir sus promesas de aumentar los salarios y los beneficios para atraer a los trabajadores de regreso después de la pandemia.

Fuera del sector empresarial, las unidades de la milicia suelen estar organizadas por Gobiernos locales y universidades, de acuerdo con normas sobre el trabajo de la milicia. Estas unidades todavía existen en la mayoría de estos lugares hoy en día, solo que en una escala mucho menor que en décadas anteriores.

Depositantes protestan en la sucursal de Henan del regulador bancario chino en 2022 tras la congelación de sus fondos.

Variedad de firmas

La mayoría de las empresas que hasta ahora han anunciado la conformación de milicias han sido empresas de propiedad estatal (SOE), que pertenecen directamente a los Gobiernos centrales o regionales.

Pero en diciembre, Yili Group, el quinto mayor productor de lácteos del mundo, se convirtió en la primera gran empresa china de control privado en la historia reciente en establecer una unidad del Departamento de las Fuerzas Armadas del Pueblo.

Yili no está controlada mayoritariamente por el Estado, pero el Gobierno local de Hohhot, la ciudad donde tiene su sede, tiene una participación del 8,5 %, según sus presentaciones bursátiles más recientes.

La compañía no proporcionó ningún detalle sobre las capacidades de la fuerza o la demografía de los empleados que se han unido. Según la Ley del Servicio Militar de China, los miembros varones de la milicia deben tener entre 18 y 35 años. Hay cierta flexibilidad para personas con habilidades especiales. Las mujeres también pueden afiliarse, aunque la ley no especifica los requisitos de edad.

La unidad de Yili estará bajo la dirección directa de la guarnición del Ejército Popular de Liberación (EPL) en Mongolia Interior, el área donde tiene su sede la compañía, y del comité del Partido Comunista del Gobierno regional.

La unidad se formó para construir una fuerza de defensa nacional con base en Yili, que pueda “servir en tiempos de paz, hacer frente a emergencias y responder en tiempos de guerra”, dijo Huang Zhiqiang, vicepresidente ejecutivo de la Región Autónoma de Mongolia Interior, en una ceremonia en la capital regional de Hohhot. También estuvieron presentes un alto funcionario militar de la región y el secretario del partido de la ciudad.

Fue la última de una serie de milicias establecidas por importantes empresas chinas el año pasado.

Una línea de producción de Yili en Hohhot, Mongolia Interior, el 29 de mayo de 2023. Yili Group es el mayor productor lácteo de China.

En septiembre, el Grupo de Inversión Municipal de Shanghái, una empresa constructora y promotora inmobiliaria de propiedad estatal, creó una unidad del Departamento de las Fuerzas Armadas del Pueblo. Sería supervisado por la guarnición del EPL en Shanghái, según el Jiefang Daily, el periódico oficial del Partido Comunista en la ciudad.

Liu Jie, comandante de la guarnición, dijo que la milicia ayudaría al ejército en tareas como proporcionar empleo a los veteranos desmovilizados o reclutar soldados para el ejército.

Al menos otras 14 empresas estatales hicieron lo mismo el año pasado, según el análisis de CNN de los informes de los medios estatales.

Entre ellos se incluyen Mengniu Dairy, el segundo mayor productor de lácteos de China; Inversión y desarrollo en construcción urbana de Hai’an en la ciudad de Nantong, provincia de Jiangsu; tres empresas de construcción de propiedades, transporte y servicios de agua en la ciudad de Huizhou, provincia de Guangdong, así como nueve empresas en Wuhan, capital de la provincia de Hubei.

En una conferencia de prensa en octubre, un portavoz del Ministerio de Defensa dijo que la iniciativa para establecer milicias en empresas estatales tenía como objetivo “fortalecer el desarrollo de la defensa nacional”.

Una larga historia

Las milicias chinas son anteriores a la fundación de la República Popular, en 1949. De hecho, se originaron en la década de 1920 y apoyaron al Partido Comunista en sus numerosas batallas. Después de 1949, cuando el partido tomó el control de China continental, las unidades finalmente se integraron en Gobiernos, escuelas y empresas.

Las fuerzas prevalecieron durante la era maoísta, entre 1949 y 1976, y alcanzaron su punto máximo a finales de la década de 1950 —con 220 millones de miembros— cuando la tensión militar con Estados Unidos era alta por Taiwán, según documentos del Gobierno.

Las milicias son una parte clave del Ejército chino, que está compuesto por dos fuerzas profesionales de tiempo completo: el Ejército Popular de Liberación (ELP) y la Policía Armada Popular, encargada de la seguridad interna. Las milicias desempeñan un papel de apoyo al EPL, según la ley de defensa del país.

Mao Zedong, el líder revolucionario de China, dijo que al enrolar a un gran número de civiles en las brigadas estaba mejorando la defensa del país contra la amenaza de “fuerzas imperiales” como Estados Unidos. Pero los historiadores afirman que Mao utilizó esas fuerzas para promover su agenda personal y consolidar su poder.

Incorporó las brigadas a las Comunas Populares, enormes colectivos formalizados en 1958 que gestionaban casi todas las actividades económicas y políticas en la China rural. Las comunas fueron una parte central de la campaña del “Gran salto adelante”, de Mao, un esfuerzo desastroso para galvanizar la agricultura y aumentar la producción de acero a través de la colectivización que resultó en la muerte de decenas de millones de personas.

Mao también amplió el sistema de milicias para reprimir e intimidar a las personas que se oponían a sus políticas radicales, al tiempo que desarrolló un culto a la personalidad dentro y fuera del partido.

Policías armados y soldados entrenándose en agua de mar en la ciudad de Fangchenggang, en la región autónoma china de Guangxi, el 24 de julio de 2023.

Después de la muerte de Mao, en 1976, el país comenzó a centrar su atención en el crecimiento económico en lugar de en la lucha política. A medida que la economía despegaba, el número de miembros de las milicias se desplomó hasta los 8 millones, en 2011, según los datos más recientes disponibles del Ministerio de Defensa Nacional.

Aunque algunas empresas estatales conservaron sus milicias, hasta hace poco no habían existido en las principales empresas privadas, ya que el sector privado solo comenzó a restablecerse después de 1978, cuando China implementó reformas de libre mercado.

¿Por qué ahora?

El resurgimiento de las milicias corporativas probablemente esté impulsado por la pandemia de covid-19 y la reciente crisis en el sector inmobiliario, según Timothy Heath, investigador sénior de Defensa Internacional de Rand Corporation.

“La pandemia de covid-19 podría haber desempeñado un papel a la hora de motivar a los líderes a buscar organizaciones y fuerzas más eficaces en la sociedad que pudieran ayudar a gestionar y coordinar las respuestas a grandes emergencias nacionales como las pandemias”, dijo.

Una caída del mercado inmobiliario que ya dura varios años ha desencadenado una crisis hipotecaria generalizada. Desde 2022, los compradores de viviendas enojados en muchas ciudades chinas se han negado a pagar sus hipotecas por apartamentos sin terminar después de que los promotores con problemas de liquidez retrasaran o abandonaran la construcción.

Las consecuencias de la crisis inmobiliaria se han extendido al sector financiero, causando que algunos de los principales bancos incumplan con sus productos de inversión, lo que a su vez ha provocado manifestaciones de personas que perdieron dinero.

El restablecimiento de los Departamentos de las Fuerzas Armadas del Pueblo también está relacionado con el esfuerzo más amplio de Xi para reformar el Ejército chino, añadió Heath. El líder chino no ha ocultado su objetivo de “modernizar” el EPL y transformarlo en una fuerza de combate de “nivel mundial”.

“El objetivo principal de los cambios es mejorar la capacidad de los militares para llevar a cabo una movilización de activos de defensa. Esto puede, a largo plazo, ahorrar recursos al EPL al delegar algunas tareas a las fuerzas de la milicia para que se ocupen de ellas”, dijo Heath.

Willy Lam, miembro principal de la Fundación Jamestown, señala una sensación de déjà vu. “Estamos viendo el resurgimiento de los lemas clave de Mao: ‘la guerra popular’ y ‘la coexistencia orgánica de los sectores civil y militar’”, dijo.

Eso podría reflejar el deseo de Beijing de reforzar aún más el control sobre la sociedad y poner al país en pie de guerra, tal como lo hizo Mao en las décadas de 1950 y 1960.

Picos antidesembarco colocados a lo largo de la costa de las islas Kinmen de Taiwán, que se encuentran a solo dos millas de la costa china (al fondo), en una imagen del 20 de octubre de 2020

A largo plazo, Xi podría estar preparándose para una invasión de Taiwán, cuando “gran parte de China se militarice”, dijo Lam, añadiendo que las grandes ciudades podrían convertirse en “zonas militarizadas” o “puertos”.

Xi ha prometido que la eventual “reunificación” de la isla con el continente es de “una inevitabilidad histórica”. El gobernante Partido Comunista de China considera a Taiwán parte de su territorio, a pesar de nunca haberlo controlado.

“Si más y más ciudadanos se convierten en miembros de su milicia, su fervor nacionalista supuestamente aumentará”, dijo Lam.