(CNN) – Excavaciones de un sitio arqueológico en Panamá revelaron la tumba de un líder religioso enterrado hace más de 1.200 años junto con un tesoro de objetos de oro, y numerosos otros restos humanos.
Los investigadores encontraron la antigua tumba en el Parque Arqueológico El Caño, un sitio en la provincia de Coclé conocido como un semillero de descubrimientos precolombinos, particularmente cámaras funerarias lujosas. El recinto recién descubierto, construido alrededor del año 700, es la novena tumba desenterrada del parque desde que comenzaron las excavaciones en 2008, según un comunicado del 1 de marzo del Ministerio de Cultura de Panamá.
Las tumbas, incluida la última descubierta, son lugares de descanso para personas que tenían un estatus más alto dentro de sus sociedades, dijo la Dra. Julia Mayo, líder de la excavación y directora de la Fundación El Caño, un grupo que estudia el patrimonio cultural de Panamá a través de investigaciones en el sitio arqueológico. El equipo de investigación cree que la persona encontrada acostada en el centro de la tumba tenía un estatus más alto, indicado no solo por su posición física sino también por los artefactos de oro y cerámica que rodeaban el cuerpo.
La civilización de la región circundante a El Caño en ese momento trataba el sitio como sagrado y adoraba a sus “ancestros”, refiriéndose a aquellos recordados por haber hecho cosas importantes. “Después de la muerte de estas personas, (se creía que) se establecía una comunicación constante entre el ancestro y sus descendientes”, dijo Mayo. “Nuestro estudio (de las tumbas) destaca la práctica de la muerte ritual en rituales funerarios vinculados al estatus”.
El líder de élite recién descubierto probablemente era un hombre de 30 o 40 años, apodado “señor de las Flautas” por los arqueólogos porque fue enterrado junto con un conjunto de flautas de hueso de animales que probablemente se usaban en ceremonias religiosas, agregó.
Y mientras los investigadores continuaban explorando la tumba, se dieron cuenta de que el Señor de las Flautas podría haber tenido bastante compañía en su viaje hacia la vida después de la muerte, potencialmente hasta una docena de acompañantes cuyos restos fueron encontrados enterrados bajo las ofrendas que lo rodeaban.
“Una representación del orden social”
Investigadores encontraron patrones similares entre la tumba y las ocho tumbas previamente estudiadas que sugirieron que los otros cuerpos pertenecían a personas sacrificadas para acompañar al difunto en la vida después de la muerte, dijo Mayo. Parece que los restos recién descubiertos fueron enterrados al mismo tiempo y también tenían signos de una muerte ritual, agregó.
El Caño está dividido en dos sectores de cámaras funerarias: un sector de alto estatus que alberga cámaras funerarias con múltiples cuerpos, y un sector de bajo estatus donde las tumbas incluyen solo un cuerpo por tumba, dijo Mayo. La excavación no está completa, por lo que no está claro cuántos cuerpos hay dentro de la tumba recién descubierta, pero las otras ocho tumbas han revelado desde ocho hasta 32 cuerpos.
Mientras que las otras tumbas contenían lo que los investigadores creen que eran líderes militares, el Señor de las Flautas probablemente era más un líder religioso, ya que el cuerpo fue “enterrado con flautas y campanas y no, como en el caso de otros señores encontrados en el mismo sitio, con hachas, lanzas y objetos hechos con dientes de grandes depredadores. Esto llama la atención sobre la importancia de la religión en esta sociedad”, dijo Mayo en un correo electrónico.
Se espera que la excavación de la novena tumba esté completa para esta época el próximo año.
Prácticas funerarias antiguas
Los arqueólogos encontraron el cuerpo del supuesto líder religioso enterrado boca abajo y sobre el cuerpo de una mujer, declaró el comunicado. La relación que el hombre podría haber tenido con la mujer es desconocida, dijo Mayo.
“El modo de entierro boca abajo era común en esta época en esta región, pero la posición del hombre sobre la mujer no lo es”, dijo Nicole Smith-Guzmán, la curadora de arqueología del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en la Ciudad de Panamá, por correo electrónico.
Sin embargo, agregó que otros investigadores informaron sobre el descubrimiento de restos humanos que datan de más de 1,000 años enterrados en una posición similar en un sitio cercano llamado Sitio Sierra, en la misma provincia que El Caño. En ese momento, los investigadores especularon que la pareja representaba a un esposo y esposa, pero la teoría sigue sin confirmarse.
“Sin embargo, es probable que hubiera algún tipo de relación social entre los dos individuos durante la vida que era importante mantener en la muerte”, dijo Smith-Guzmán, quien no fue parte de ninguno de los descubrimientos.
Adornos de oro cimentaron alianzas poderosas
Entre los artefactos encontrados dispersos sobre la cámara funeraria y rodeando al Señor de las Flautas había cinco pectorales, dos cinturones hechos de cuentas de oro, varios brazaletes y collares de oro, así como dos aretes en forma de figuras humanas, y algunas piezas de joyería hechas de dientes de animales, incluidos aretes hechos con los dientes de un cachalote, según el comunicado.
Estos materiales “exóticos” generalmente se interpretan como las estrategias del líder en vida para obtener más prestigio dentro de sus territorios, dijo Ana María Navas Méndez, profesora asistente de sociología y antropología en la Universidad Estatal de Illinois, en un correo electrónico. Los antiguos jefes de América Latina a menudo establecían relaciones políticas y económicas con líderes de comunidades cercanas, lo que permitía intercambios de bienes preciosos y artesanales entre ellos, agregó.
Varios de los artefactos encontrados dentro de la tumba eran “estilísticamente similares a los producidos en la región Quimbaya (en Colombia)”, dijo Mayo, agregando que esto indica que hubo una gran cantidad de interacción e intercambio de materiales “entre las poblaciones que habitaban la región central de Panamá y el norte de América del Sur”.
Ciudad de los muertos
Los expertos creen que El Caño funcionaba como un centro ceremonial regional o necrópolis (ciudad de los muertos) para miembros de élite de la sociedad, dijo Smith-Gúzman.
Ha habido dos intentos, el más reciente en 2021, para descubrir a quiénes pertenecían las diversas tumbas encontradas en el sitio de El Caño, dijo Mayo. Pero cada intento falló en encontrar ADN en los huesos humanos, muy probablemente porque el clima cálido y húmedo de la región no es ideal para la preservación, agregó.
“(Este descubrimiento) ofrece nuevas evidencias para seguir estudiando los cacicazgos en Panamá que podrían compararse con hallazgos anteriores”, dijo Navas Méndez. “Con esta nueva evidencia, los arqueólogos podrían plantear nuevas preguntas sobre las interacciones entre cacicazgos, sobre la economía política de las sociedades precolombinas, sobre aspectos religiosos, sobre género, y así sucesivamente”.