(CNN) – Los perros pueden entender que ciertas palabras se refieren a objetos concretos, según un estudio reciente, lo que sugiere que podrían comprender las palabras de forma similar a los humanos.
Según los investigadores, se trata de la primera prueba de actividad cerebral de este tipo de comprensión en un animal no humano, aunque la conclusión del estudio se ha enfrentado al escrutinio de otros expertos en la materia.
Se sabe desde hace tiempo que los perros pueden aprender órdenes como “siéntate”, “quieto” o “busca” y responder a estas palabras con comportamientos aprendidos, a menudo con la ayuda de una o dos recompensas, pero desentrañar su comprensión de los sustantivos ha resultado más difícil.
Para entender las habilidades lingüísticas de los perros, Lilla Magyari, profesora asociada de la Universidad de Stavanger, Noruega e investigadora de la Universidad Eötvös Loránd, Hungría, y Marianna Boros, investigadora postdoctoral de la Universidad Eötvös Loránd, se inspiraron en estudios sobre la comprensión de los bebés antes de que puedan hablar. Decidieron imitar estos experimentos con perros.
Como autoras principales del estudio, idearon un experimento en el que 18 dueños de perros decían palabras para objetos que sus perros ya conocían. A continuación, los dueños sostenían en alto el objeto correspondiente u otro diferente mientras unos pequeños discos metálicos fijados de forma inofensiva a la cabeza de los perros medían la actividad cerebral en un proceso conocido como electroencefalografía (EEG).
De este modo, las científicas observaron que la actividad cerebral de 14 de los 18 perros era diferente cuando se les mostraba un objeto que coincidía con la palabra, en comparación con uno que no coincidía. Ellas afirman que la actividad cerebral resultante era la misma que la producida por los humanos en experimentos similares.
“Decir que un perro entiende una palabra significa que, en ausencia del objeto, el perro activa una supuesta representación mental”, explica Boros. “Podemos imaginarlo como la memoria de ese objeto. Cuando el dueño muestra el objeto que no coincide con esa representación mental, se produce una respuesta cerebral muy típica que observamos en el cerebro del perro y que en los humanos está ampliamente aceptada como índice de… comprensión semántica”.
Había un intervalo de dos segundos entre el momento en que los dueños decían la palabra de un objeto y se lo mostraban, una condición que favorecía la interpretación de que los perros entendían las palabras en lugar de simplemente asociarlas con el objeto, argumentaban los investigadores en el estudio.
Las palabras que los perros conocían mejor, determinadas por sus dueños, también producían un mayor efecto de desajuste cuando se mostraba el objeto equivocado, lo que, según los investigadores, reforzaba su hipótesis.
Según un comunicado de la Universidad Eötvös Loránd, en experimentos anteriores para comprobar la comprensión de sustantivos por parte de los perros, éstos tenían que ir a buscar objetos específicos cuando se les pedía.
Este método sugería que los perros solo buscaban el objeto correcto en la proporción esperada por el azar, aunque, como señaló Magyari, los perros pueden estar desmotivados o distraídos durante los estudios.
Con el electroencefalograma no fue necesaria esta respuesta conductual y los investigadores pudieron comprobar la “comprensión pasiva de los perros, porque quizá puedan revelar más de lo que son capaces de exhibir o mostrar”, añade.
Pero el verdadero alcance de la comprensión de los perros sigue siendo desconocido, incluso para los autores del estudio, ya que los perros respondían a sus propios juguetes y objetos que los dueños llevaban al laboratorio.
“En este estudio, solo sabemos que cuando oían las palabras esperaban sus (propios) objetos”, explica Magyari.
“Así que no sabemos cuánto (entendimiento)… tienen sobre la relación entre la palabra y el objeto, si también refleja un conocimiento categórico, lo que significa si piensan que la pelota se refiere a muchas cosas parecidas a la pelota y no sólo a su propia pelota. Esto es algo que deben analizar otros estudios”.
Clive Wynne, profesor de la Universidad Estatal de Arizona y director del laboratorio de Colaboración Científica Canina de la universidad, declaró a CNN que el experimento era un concepto “inteligente”, pero demostraba que los perros entendían un “estímulo” seguido de una “consecuencia importante” más que el significado intrínseco de una palabra.
Wynne sostiene que el tiempo de retraso en el experimento “no era ni aquí ni allá, si se trata de condicionamiento puede haber un desfase de algunos segundos” y que solo las palabras familiares provocaban una respuesta, lo que explicaba el mayor efecto de desajuste.
Los perros carecen de las dos áreas del cerebro cruciales para la comprensión humana del lenguaje, por lo que el patrón del electroencefalograma observado por los investigadores no es el mismo que el de los humanos.
“Si estamos afirmando que el patrón de las ondas cerebrales muestra que debe tratarse de una comprensión de las palabras, es necesario que sea el mismo patrón”, dijo.
El estudio se publicó en la revista Current Biology el 22 de marzo.