Hualien, Taiwán (CNN) – Wu estaba preparando el desayuno para los huéspedes del pequeño hotel que dirige en el condado taiwanés de Hualien cuando las estanterías a su alrededor temblaron violentamente y la montaña situada detrás de su casa rugió.
Temiendo que el edificio se derrumbara, se apresuró a poner a salvo a sus huéspedes en el exterior. Al otro lado del río, escarpadas laderas se desprendían de las montañas, el aire estaba lleno de nubes de polvo.
Pero la casa de Wu apenas sufrió daños por el terremoto de magnitud 7,4 del 3 de abril, el más potente de los últimos 25 años en Taiwán, algo que él atribuye a un esfuerzo más amplio por hacer la isla más resistente a los sismos.
“Tras el terremoto de 1999, nuestro Gobierno llevó a cabo una revisión exhaustiva de los códigos de construcción, y todos los edificios que se construyan deben utilizar nuevas tecnologías que los hagan más resistentes a los sismos”, explica.
Hace 15 años, cuando empezó a construir su casa de huéspedes de dos plantas cerca de la entrada del desfiladero de Taroko —un parque nacional famoso por sus escarpados cañones con paredes de mármol—, Wu tuvo que obtener la aprobación del Gobierno para prepararla contra terremotos.
Y los expertos afirman que cambios como éste han ayudado a la isla, propensa a los temblores, a evitar víctimas masivas en sismos como el del miércoles.
“Me siento muy afortunado”, dice Wu sobre los escasos daños causados por el fuerte sismo. “No es demasiado grave”.
La situación es similar en Hualien, una ciudad situada a sólo 18 kilómetros del epicentro, que parecía sorprendentemente tranquila el día siguiente del temblor.
Las tiendas y restaurantes han reabierto, al igual que los puestos de frutas, verduras y aperitivos. Los servicios de trenes a la ciudad, suspendidos por precaución el miércoles, se reanudaron y circulan según lo previsto.
La señal más potente del terremoto es una torre de ladrillo rojo de 10 pisos en el centro de la ciudad, que se inclina precariamente en un ángulo de 45 grados tras el derrumbe de su planta baja. Las excavadoras han amontonado escombros en la base del edificio Uranus para reforzarlo.
Los equipos de emergencia han empezado a reparar decenas de edificios dañados y a demoler cuatro considerados imposibles de salvar. Pero en su mayor parte, la ciudad de 100.000 habitantes de la pintoresca costa oriental de Taiwán ha salido indemne.
No se trata de subestimar la fuerza del sismo. Los sismólogos taiwaneses describen el temblor con una energía equivalente a 32 de las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima. Sacudió toda la isla de Taiwán y se sintió en lugares tan lejanos como Hong Kong y Shanghái.
Chong, una ama de casa de 52 años, dijo que había vivido muchos terremotos en Hualien. “Pero la magnitud de este terremoto fue muy aterradora”, dijo. “Nunca había experimentado un terremoto tan grande en mis 50 años aquí en Hualien”.
El terremoto del miércoles sacudió más zonas de Taiwán con mayor intensidad que ningún otro sismo desde 1999, cuando un temblor de magnitud 7,7 sacudió el centro de la isla, causando 2.400 muertos y 10.000 heridos.
Pero esta vez, el número de víctimas es mucho menor. Hasta este jueves, 10 personas habían muerto y algo más de 1.000 estaban heridas, mientras que 25 permanecían desaparecidas, según las autoridades.
“Es un resultado bastante milagroso”, dijo Daniel Aldrich, profesor de Ciencias Políticas y Políticas Públicas en la Universidad Northeastern que estudia la capacidad de recuperación de las ciudades, calificando el balance de “un número muy bajo de muertos por un terremoto fuerte y potente cerca de un centro urbano”.
“Las demás catástrofes en torno a 7,5 (magnitud) han causado muchas más víctimas de las que hemos visto hasta ahora en Taiwán”, afirmó, citando las decenas de miles de muertos durante anteriores sismos en Haití, India y China.
“Crecimos con terremotos”
El sismo del miércoles sacudió la costa este rural de Taiwán. La mayor parte de la población vive en el oeste de la isla, donde se encuentran las ciudades más grandes, una extensa red ferroviaria de alta velocidad y gran parte del corazón industrial.
La mayor parte de la destrucción y de las muertes se produjeron en zonas rurales remotas del condado de Hualien.
La mayoría de las víctimas murieron al aire libre por la caída de rocas o corrimientos de tierra. Según las autoridades, cuatro de ellas estaban de excursión en el desfiladero de Taroko, otras cuatro murieron en carreteras de montaña y otra estaba trabajando en una cantera remota.
Hasta ahora, sólo había muerto una persona en un edificio derrumbado: el edificio Uranus, en el centro de Hualien. En un principio escapó, pero regresó para rescatar a su gato, informó la filial de CNN, SET.
Según los expertos, el reciente impulso de Taiwán en materia de preparación se debe a las duras lecciones aprendidas del devastador sismo de hace 25 años.
Cuando se produjo el sismo en 1999, Taiwán no estaba preparada, afirma Aldrich, citando la corrupción en el sector de la construcción, la falta de normas de edificación y la inadecuada coordinación de las labores de rescate.
Aquel sismo dejó más de 100.000 edificios total o parcialmente derrumbados en todo Taiwán, incluidas casi 300 escuelas. También se derrumbaron edificios en la capital, Taipei, a unos 160 km del epicentro.
“Lo que hemos visto desde entonces son mejoras masivas en todos los ámbitos, lo que yo llamaría un conjunto de respuestas de arriba abajo sobre un conjunto de respuestas de abajo arriba”, dijo Aldrich.