(CNN) – Un juez de Texas recomendó la semana pasada que se anulara la condena y sentencia de una madre condenada a muerte, al considerar que los fiscales ocultaron pruebas clave que podrían haber evitado que fuera declarada culpable en 2007 de la muerte de su hija de 2 años.
La evidencia, un informe de los Servicios de Protección Infantil y entrevistas con los hijos sobrevivientes de la reclusa Melissa Lucio, habría corroborado la teoría de la defensa en el juicio, según un expediente presentado por sus abogados y fiscales, y firmado por el juez, el viernes: la hija de Lucio, Mariah Alvarez, murió a causa de las heridas sufridas en una caída accidental por las escaleras y no por abusos a manos de su madre, como afirmó el estado.
El caso vuelve ahora al Tribunal de Apelaciones en lo Penal de Texas, que hace dos años detuvo la ejecución de Lucio dos días antes de que fuera a llevarse a cabo, devolviendo sus reclamaciones al tribunal de primera instancia del condado de Cameron para su revisión. El tribunal de apelaciones tiene autoridad para anular la condena de Lucio, y no está claro cuándo podría tomar una decisión.
El caso de Lucio recibió un amplio apoyo en los últimos años, especialmente antes de su ejecución programada. Kim Kardashian —celebridad y empresaria que ha defendido los casos de varios condenados a muerte—, así como un grupo bipartidista de legisladores de Texas, pidieron clemencia para Lucio, al igual que cinco miembros de su jurado.
Al menos 197 personas condenadas a muerte en Estados Unidos desde 1973 han sido exoneradas, 16 de ellas en Texas, según la organización sin fines de lucro Death Penalty Information Center.
La recomendación del juez Arturo Nelson, que presidió el juicio por asesinato de Lucio, se produce más de un año después de que los abogados de Lucio y la fiscalía del condado de Cameron presentaran un documento en el que se acordaban los hechos y las conclusiones del caso, incluido el reconocimiento de que el Estado había ocultado pruebas favorables a Lucio. Ambas partes acordaron que ella tenía derecho a la reparación, dijeron este mes en una declaración conjunta.
El viernes, Nelson firmó esa declaración, indicando que estaba de acuerdo con sus conclusiones y considerando que Lucio había “cumplido con su carga de la prueba, por una preponderancia de la evidencia, de que no habría sido condenada a la luz de las pruebas suprimidas”.
“Estamos agradecidos al equipo legal de nuestra madre por su duro trabajo para sacar la verdad a la luz y al fiscal (Luis) Sáenz por volver a examinar el caso de nuestra madre y reconocer que no tuvo un juicio justo y que su condena debe ser anulada”, dijeron dos de los hijos de Lucio, Bobby Álvarez y John Lucio, y su nuera Michelle Lucio, en un comunicado facilitado por los abogados de Melissa Lucio.
“Esperamos y rezamos para que el Tribunal de Apelaciones en lo Penal dé la razón al fiscal del distrito, a la defensa y al juez Nelson y nuestra madre pueda volver a casa con su familia”, dice su declaración. “Hace 17 años que estamos sin ella. La queremos, la echamos de menos y estamos deseando abrazarla”.
Una “probabilidad razonable” de que el resultado del juicio fuera diferente
Mariah, que entonces era una niña pequeña, murió el 17 de febrero de 2007, dos días después de que, según Lucio, se cayera por unas empinadas escaleras fuera del departamento de la familia, lo que pudo causarle un traumatismo craneoencefálico que le provocó la muerte. Los fiscales, por su parte, argumentaron que Lucio era una madre maltratadora responsable de las lesiones de su hija, citando en parte una supuesta “confesión” que dio a las autoridades la noche de la muerte de Mariah.
Los abogados de Lucio han negado que confesara, argumentando que su declaración fue coaccionada durante un interrogatorio “agresivo” y que Lucio era susceptible de ser coaccionada debido a su historial como sobreviente de abusos sexuales y violencia doméstica durante toda su vida.
La prueba clave ahora en cuestión se deriva de las entrevistas de los Servicios de Protección de Menores con cinco de los otros hijos de Lucio en las horas posteriores a la muerte de Mariah y las declaraciones que dos de los hijos mayores —uno adolescente y el otro de 20 años— dieron a la policía.
Según los hechos y conclusiones acordados por los abogados de la defensa y la fiscalía, varios de los hijos de Lucio negaron a los Servicios de Protección de Menores que su madre fuera abusiva y dijeron que nunca les había pegado ni a ellos ni a Mariah. Al menos uno de ellos presenció la caída de Mariah por las escaleras.
Además, dos de las hijas mayores de Lucio prestaron declaración bajo juramento a la policía, corroborando detalles sobre el deterioro de la salud de Mariah y la creciente preocupación de su madre en los días previos a su muerte.
Tanto los abogados de Lucio como los fiscales coincidieron, sin embargo, en que estas pruebas no fueron reveladas a los abogados de la acusada en el juicio, lo que constituye una violación del principio Brady. Si las pruebas hubieran sido compartidas, los abogados de Lucio habrían podido presentarlas como evidencia de que Mariah se había caído e impugnar el testimonio que sugería que Lucio mentía. La ocultación de pruebas también impidió que los abogados de Lucio pudieran investigar a fondo la verdadera causa de la muerte de Mariah, según la demanda.
En última instancia, si las pruebas se hubieran revelado a los abogados de Lucio y se hubieran presentado al jurado, “existe una probabilidad razonable de que el resultado del juicio hubiera sido diferente”, concluye el escrito firmado por el juez.